La semana pasada se demostró en Texas (Estados Unidos), que los dueños de todos los SUV del mundo han montado una conspiración para acabar con todos los coches que Ferrari pone en circulación, de otro modo no me lo explico.
Bromas aparte, este domingo os traemos otro caso en el que se demuestran las consecuencias de un choque entre un Ferrari California y un Chevy Suburban. Al parecer el dueño del vehículo americano se saltó un semáforo en rojo, embistiendo al Ferrari y provocando el sándwich que estáis viendo.
Ambos vehículos han quedado absolutamente destrozados, y difícilmente podrán ser reparados. La gran diferencia es que el parachoques del Ferrari cuesta lo mismo que ese viejo Suburban, que al parecer es del año 1987.
A pesar de la violencia del impacto, y de que los bomberos tuvieron que excarcelar al conductor del Ferrari, ninguno de los implicados (en el Suburban viajaban además del conductor, su mujer y sus dos hijas) resultó herido de gravedad.
A este paso, entre los Ferrari que tienen problemillas con el fuego, y los que acaban destrozados en accidentes contra otros coches, va a ser bastante difícil encontrarse con uno de estos deportivos.
Vía | Jalopnok
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