El Detailing o detallado del coche es una actividad muy común entre los apasionados de la automoción (como nosotros) y una labor fundamental en exposiciones de coches y concentraciones de tuning y racing. Sin embargo, no tiene nada que ver con la customización de nuestro noche ni con las pinturas. Es de hecho, el último paso después de realizar todo ello: hay que sacar lustre a todo el trabajo realizado.
Qué es y qué no es el Detailing
Para entender bien lo que es el Detailing, podemos usar un sencillo símil. Al detallado de un coche se le conoce también como la Cosmética del Automóvil. Pero cosmética no quiere decir maquillaje, esto es, no nos referimos a pintarlo, añadirle piezas o aumentar sus prestaciones. Como un buen cosmético, el Detailing trata de cuidar y rejuvenecer lo que ya tenemos, para potenciar la belleza de nuestro vehículo (aunque para nosotros ya es el coche más bonito del mundo).
Se trata de algo que hemos hecho desde hace siglos, cuando lavábamos nuestros caballos y sacábamos lustre a nuestros carruajes. Con la aparición del automóvil, los productos y técnicas de Detailing han ido evolucionando a medida que lo hacía la automoción: a mejores coches, mayores cuidados. Así, la historia del Detailing ha ido alcanzando diferentes hitos: el Turtle Wax, la primera cera embotellada; el primer sellador de polímero comercial; la llegada de la pulidora vertical a la automoción...
Actualmente, el Detailing se ha convertido en un conjunto de minuciosos procesos de limpieza y protección. Con un sinfín de sofisticados productos en el mercado, abarca no solamente la carrocería del vehículo, sino todos los elementos de fuera y dentro de la cabina. Profesionales y apasionados en todo el mundo realizan labores de detallado para restaurar y cuidar los distintos elementos de sus vehículos, especialmente de cara a concursos y concentraciones. Vamos a repasar los principales elementos que se cuidan en el Detailing.
Carrocería: sácale los colores a tu coche
La pintura es sin duda el aspecto más llamativo de nuestro coche, y por desgracia es también de los más delicados. Los insectos, el alquitrán o el barro de la carretera, los excrementos de pájaro e incluso el agua de lluvia pueden ensuciar y dañar la chapa de nuestro coche. Y no solamente el color de la carrocería, sino también su tacto, perdiendo el sedoso barniz y volviéndose áspera y porosa.
Ya te imaginarás que para cuidar de la pintura de nuestro coche, los autolavados están completamente prohibidos. Pero si pensabas que un lavado a mano semanal de unos 30 minutos sería suficiente, te equivocas. Un detailer experimentado puede estar hasta 3 horas limpiando solamente la carrocería. Es habitual el uso de barras de arcilla antes del lavado, que eliminarán la contaminación de la superficie, y de ceras abrillantadoras después del mismo.
Otro tema diferente es cuando encontramos imperfecciones en la pintura, como arañazos o rasguños. Muchos de estos fallos se pueden solucionar con un buen pulido, preferiblemente con una pulidora orbital. También existen compuestos especiales que ayudan a eliminar los arañazos, aunque aquí te recomendamos tirar del consejo de profesionales y no fiarte de los productos que puedas encontrar por ahí.
Neumáticos y llantas: tan diferentes como inseparables
¿Te has encontrado alguna vez con un señor perfectamente arreglado con su traje, y unos zapatos por el contrario usados y gastados? ¿A que el contraste el brutal? Algo así puede ocurrir con los "zapatos" de tu coche. Las ruedas son de las partes más olvidadas a la hora de lavar nuestro vehículo, y sin embargo de las que más rápido se deterioran, mostrando marcas de todo tipo y tomando un feo tono marrón.
Según los expertos, es aconsejable empezar nuestro Detailing por los neumáticos y llantas precisamente por eso. Son las partes de nuestro vehículo que están en contacto con el suelo, y por tanto las que más suciedad acumulan. Por ello es recomendable empezar por ellas para que no manchar en el proceso otras partes que ya hayamos limpiado.
Como os podéis imaginar, no es lo mismo detallar el metal de las llantas que el caucho de los neumáticos. Para ambas partes contaremos con productos distintos, y limpiaremos de forma diferente. En este sentido, el mantenimiento de las llantas será más parecido al de la carrocería, usando un limpiador similar y utilizando un guante de microfibra para la superficiente y un cepillo de cerdas para los tornillos y rebajes. Previamente, si fuera necesario, usaremos un limpiallantas y un cepillo para ablandar y remover toda la suciedad que pudiera estar incrustada en la superficie y entre los radios. Terminaremos el proceso con un sellante específico para llantas, que las protegerá de la suciedad y hará que el proceso de limpieza sea más fácil en el futuro.
En el caso de los neumáticos, el Detailing cobra más importancia pues no se trata solo de cuidar su aspecto, sino también de su buen estado y comportamiento en la carretera. Para ello remojaremos y frotaremos primero con un limpiador multiusos o APC (all-purpose cleaner), que no son tan agresivos con la goma como otros limpiadores domésticos, y segundo con un limpiador específico para neumáticos. El último paso después de aclarar y secar es aplicar un acondicionador que nutra y revitalice la goma, pero excluyendo la banda de rodadura para no afectar a su adherencia.
Habitáculo: el reflejo de nosotros mismos
El habitáculo de nuestro coche es donde nosotros pasamos el tiempo conduciendo, por lo que, a diferencia de los elementos exteriores, seremos responsables directos de toda suciedad y desorden que haya. Por eso es importante que tratemos de limpiar regularmente el interior, pues dirá mucho de nosotros mismos. Además, hará que el proceso sea cada vez más rápido, pues con tantos y tan diferentes elementos que tenemos (cristal, goma, tapicería, cuero...), un buen Detailing del interior nos puede llevar horas.
Empezaremos por un buen aspirado por todos los espacios y rincones, si no lo hacemos convenientemente cualquier tarea posterior puede resultar en vano. Después abordaremos cada uno de los elementos, utilizando productos y técnicas según el material del que estén hechos: microfibra y limpiacristales para las lunas, limpiadores y acondicionadores para plástico o madera para el salpicadero, y sacudido y lavado de tapicerías, alfombrillas y moquetas (¡no olvidar el techos!).
Esto último lo haremos utilizando limpiadores específicos para cada material, con especial cuidado en la tapicería. Si además la nuestra es de cuero, debemos buscar que esté bien nutrida y brillante.
El diablo está en los detalles
Esta es, posiblemente, una de las frases más manidas y usadas cuando se habla de Detailing. Pero es que resulta un hecho incuestionable que la diferencia entre una buena limpieza y un detallado profesional se encuentra en los detalles, aquello que va más allá de una carrocería brillante y un interior impoluto.
Nuestro coche es una obra de avanzadísima ingeniería, con millones de piezas y elementos que reclaman su minuto de mimos por nuestra parte. Detalles como unos faros opacos, unos limpiaparabrillas gastados o unos pasos de rueda sucios pueden deslucir nuestro trabajo en cuanto pongamos el coche en marcha. Sólo el motor merecería un capítulo aparte; suele quedar olvidado debajo del capó pero su Detailing es fundamental si vamos a vender nuestro coche o a mostrarlo en una concentración.
Sobre todo, debemos hacer caso de los profesionales que nos vendan el producto y de las instrucciones del fabricante, especialmente si es nuestro primer detallado y no conocemos con seguridad el efecto de cada producto sobre nuestro amado coche. De esta forma, con el paso del tiempo y a medido que vayamos conociendo cada proceso, nuestro Detailing será cada vez más profesional y gratificante.
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