Tengo que reconocer que cuendo entré en la zona General Motors del salón de Ginebra mis ojos sólo iban buscando una cosa, el Chevrolet Corvette ZR1. No estaba muy seguro de encontrarmelo por los pabellones del Palexpo, pero algo me decía que andaba por allí (igual tuvo algo que ver el comentario de Daniel diciendo que estaba “por allí”...).
Cuando me acerqué a fotografiarlo, la sensación fue la de ver una mala bestia con ruedas. Si sabes que bajo el capó lleva más de 600 CV te impresiona, pero es que sin saberlo también impresionará, ya que su apariencia mezcla la deportividad y la agresividad a partes iguales. Aunque no tengas ni idea de coches, sabes que ese coche es de los gordos.
Uno de los puntos flacos que le ví desde el principio fue la ventana del policarbonato que deja ver el compresor que alimenta al novedoso LS9 V8 6.2. Pero no, visto en persona, la ventana no desentona para nada con el conjunto del coche.
Lo mismo sucede con las nuevas tomas de aire de los laterales. En las imágenes oficiales pueden parecer excesivas, pero no es el caso, ya que acentúan esa deportividad que emana con su sola presencia. Otro de los detalles que me encantó fue el techo de fibra de carbono vista, que en contraste con el precioso azul en el que está pintado, le da un aspecto realmente atractivo.
Lástima que lo tuviesen sobre un pedestal y no se podía acceder a él para hacerle la prueba del algodón al interior, pero es lo que había. Aún así, lo que pude ver a través de las ventanillas tenía una apariencia bastante buena, por no decir inmejorable.
Junto a él, flanqueándolo, se podía ver un Chevrolet Corvette Z06 y un Chevrolet Corvette C6.R preparado para corren en las pruebas de resistencia de las American Le Mans Series. Decir que el Z06 no parecía gran cosa a su lado. Teniendo en cuenta que la primera vez que ví en vivo un C6 Z06 me dejó alucinado de lo tremendamente bonito que es, os podéis hacer una idea de la impresión que da el Corvette ZR1.
Del C6.R poco se puede decir, ya que ese juega en otra liga. Un detalle, al llevar la jaula de seguridad, los encargados de la limpieza de los coches tenían que hacer malabarismos (literalmente) para entrar y salir del coche al ir a limpiar el interior.
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