El segmento de los SUV compactos se ha convertido en uno de los más populares del mercado. Por eso, esta categoría está repleta de opciones de todos los precios y con todo tipo de motorizaciones, pero hay un modelo que destaca sobre el resto por ser el más cómodo.
Se trata del Citroën C5 Aircross. El todocamino francés lleva ya un tiempo a la venta, pero se renovó hace unos meses para poner al día su diseño, actualizar su interior e incorporar una nueva mecánica híbrida enchufable. Lo que no ha cambiado es su puesta a punto totalmente orientada al confort.
Amplio y perfecto para viajar
Marcar la diferencia en un segmento tan competido como el de los SUV C es francamente complicado, pero el Citroën C5 Aircross ha conseguido desmarcarse de sus rivales por ser un modelo más cómodo de lo habitual.
El todocamino francés llegó a España en 2018 y se actualizó en 2022. Mide 4,50 metros de largo y parte de su éxito tiene que ver con lo bien que aprovecha el espacio interior, puesto que tiene cinco asientos individuales y un maletero con 580 litros de capacidad (460 litros en el caso de los híbridos enchufables).
Aunque el espacio de carga puede ampliarse hasta los 720 litros (600 litros en los PHEV) porque los tres asientos posteriores se pueden desplazar longitudinalmente de forma independiente. Plegando sus respaldos, el maletero crece hasta los 1.630 litros en los C5 Aircross térmicos y hasta los 1.510 litros en los electrificados.
Más allá de la habitabilidad interior, por lo que destaca el Citroën es por ser un coche más cómodo de lo normal y es, en gran medida, gracias a su suspensión.
Mientras que la mayoría de los rivales apuestan por un tarado más bien duro de los amortiguadores, el C5 Aircross va a contracorriente y tiene una suspensión blanda para dar prioridad al confort de marcha, por encima de la agilidad o un tacto de conducción deportivo.
Citroën denomina a esta suspensión PHC (Progressive Hydraulic Cushions), que significa amortiguadores de topes hidráulicos progresivos. El objetivo es replicar el comportamiento de alfombra voladora que utilizaban suspensión hidroneumática, pero con un sistema más sencillo y fiable.
Su dirección también es suave y poco directa y Citroën ha prestado mucha atención a la insonorización del habitáculo para que el interior esté lo más aislado posible.
También ayudan los asientos, que desde el acabado básico son anchos y cómodos, mientras que el resto de terminaciones utilizan los denominados Advanced Comfort.
Tienen un diseño similar a los del nivel de equipamiento más sencillo, pero cuentan con mullido extra gracias a su capa de espuma de alta densidad. En función del acabado, también pueden ser eléctricos estar calefactados y tener masaje.
El resultado es un coche fácil de conducir y muy cómodo, tanto para el día a día como para viajar, incluso en carreteras rotas y bacheadas, en caminos o al pasar los típicos resaltos que hay en todas las poblaciones españolas.
Por contra, es menos ágil que rivales con un tacto más deportivo, como el Peugeot 3008, con el que comparte la plataforma EMP-2 de Stellantis, pero en términos de confort el Peugeot está muy lejos del Citroën. Y lo mismo sucede con el Seat Ateca, el Skoda Karoq, el Kia Sportage o el Hyundai Tucson.
El precio de partida del Citroën C5 Aircross es de 27.645 euros con el acabado Feel y el motor de gasolina PureTech de 130 CV asociado a un cambio manual de seis marchas. Está disponible con cuatro niveles de terminación y, además de la mecánica de gasolina de 130 CV, se ofrece con un diésel de 130 CV y dos híbridos enchufables de 180 CV y 225 CV, ambos con la etiqueta CERO de la DGT.
