La recuperación de energía en las frenadas es una de las mejores maneras para reducir el derroche energético de mover un automóvil. De todos es conocido el sistema de frenado mediante los motores eléctricos de coches híbridos y eléctricos puros que almacenan la energía recuperada en baterías.
En coches de combustión, la energía de la frenada se utiliza en sistemas start/stop y para recargar elementos auxiliares del vehículo, pero siempre transformando la energía cinética del movimiento en energía eléctrica. En este campo es donde Volvo ha querido desarrollar una investigación para mejorar la eficiencia de sus vehículos; mediante el uso de un volante de inercia para recuperar la energía cinética en la frenada.
El funcionamiento del sistema es el siguiente: cuando el conductor pisa el pedal del freno, el motor se detiene, desengranándose de la transmisión, para que la energía de frenado sea recuperada en el eje trasero mediante el volante de inercia. Este volante, un disco de 20 centímetros de diámetro construido en polímero reforzado de fibra de carbono, pesa 6 kilogramos y puede alcanzar (gracias a su bajo peso) una velocidad de rotación de 60.000 rpm.