Lo que ha conseguido Tesla en apenas 11 años de vida no hace falta que os lo repita. El fabricante californiano ha pasado de la nada a ser un competidor a tener en cuenta para los principales grupos automovilísticos de la industria. Sin embargo, a Tesla todavía le queda mucho camino por recorrer para pelearse de tú a tú con los grandes del motor y para eso necesita una cosa: dinero.
Tesla está construyendo su nueva gigafactoría para asegurarse un suministro estable y barato de baterías. Además va a sacar al mercado dos nuevos productos en los próximos años: el Tesla Model X y el Tesla Model 3. Por último el fabricante californiano quiere alcanzar la cifra de 500.000 coches producidos al año. Según fuentes del mundo financiero, Tesla va a necesitar 6.000 millones de dólares (4.700 millones de euros) hasta 2025 para llevar a cabo todos estos planes y eso contando ya los ingresos que va a recibir por la venta de sus coches en dicho periodo.
El problema de Tesla es que no tiene tanto dinero, ni por asomo, así que van a tener que pedirlo para seguir adelante. Lo bueno es que Tesla ya tiene un cierto bagaje y una corta pero exitosa andadura así que la confianza en el fabricante californiano es alta. Buena prueba de ello es el precio de sus acciones que se cotizan a precios extremadamente altos como ocurre con las acciones de otras compañías como Apple o Google.
De momento Tesla tiene los fondos necesarios para comenzar con la construcción de la gigafactoría ya que parte del dinero lo pone la propia compañía, otra parte importante lo pone su socio empresarial Panasonic y el resto, se podría decir que viene de una serie de incentivos fiscales que el estado de Nevada (lugar donde se está construyendo la fábrica) le ha concedido a Tesla.
La cosa se pondrá más complicada para comienzos de 2017 según los analistas, fecha en la cual debería de comenzar la producción del Tesla Model 3, el coche con el que Tesla quiere dar el salto y convertirse en un fabricante de volumen. Para fabricar muchos coches está claro que hace falta tener fábricas más grandes, nuevas máquinas, contratar más personal... en definitiva: muchos dólares.
Puede que este periodo sea el más delicado que tenga que afrontar la compañía en su futuro cercano. Es comparable a lo que tuvo que soportar Tesla cuando finalizó la producción del Roadster y aun estaban diseñando el Tesla Model S, fueron unos meses convulsos que casi llevaron al fabricante a la quiebra.
Imagen | Wikimedia Commons (I)
Vía | Bloomberg
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