No nos engañemos, para que la movilidad eléctrica termine por integrarse en el transporte requiere de alguna u otra manera el apoyo de las autoridades. Ese apoyo puede traducirse en más o menos financiación pública, en función del interés de cada país por este importante cambio y según las políticas económicas que imperen.
De este modo, Alemania entendía hace unos meses que sus objetivos con el coche eléctrico iban a requerir un empujón económico de 1200 millones de euros hasta 2020; y ahora es el gobierno de Reino Unido el que va a dedicar "unos cuantos" millones para lo mismo, el desarrollo del coche eléctrico, añadiendo la conducción autónoma a la ecuación. Tantos como 460 millones de euros (390 millones de libras).
Los británicos continúan así una estela de apoyo a la movilidad alternativa que les ha brindado en los últimos dos años un incremento considerable en las ventas de coches enchufables. De una cuota de mercado del 3% las motorizaciones alternativas están logrando este año situarse en un meritorio 23%.
A la vez, Reino Unido ha terminado por granjearse la confianza de Nissan, en un respaldo bastante relevante tras el Brexit. Y es que no podemos olvidar que el Nissan LEAF se fabrica en Sunderland desde 2013, y un que un plan como el que presentan ahora los británicos puede haber supuesto un aliciente para que los japoneses no abandonen las islas (o para contribuir a convencer a que Tesla Motors los elija para su próxima fábrica europea).
Ha sido el ministro británico, Philip Hammond, el que ha publicado las intenciones económicas de Reino Unido, y de paso, ha desvelado un avance muy interesante. La instalación de puntos de recarga está totalmente subvencionado durante el primer año.
Y aunque cueste (o no), hay que reconocer que en comparación con las partidas alemanas y británicas, el Plan Movea español de 17 millones de euros se queda en una anédcota de ayuda.
Vía | Automotive News Europe
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