Nadie duda del potencial industrial del gigante asiático, pero lo que tampoco duda casi nadie es de que los controles de calidad distan mucho de los que estamos acostumbrados en occidente. Una buena prueba de ello es el incidente que uno de los taxis eléctricos del fabricante Zotye que desde hace casi un año circulan por la ciudad China de Hangzhou y que hace unas semanas ha sido pasto de las llamas en pleno servicio.
Ahora, un mes después del incidente, solucionado sin lamentar daños personales, se ha hecho pública la investigación que ha determinado que el problema no ha sido de las celdas que forman la batería si no del proceso de fabricación del propio pack fruto de un deficiente control de calidad que ha motivado que no cumpliese las condiciones óptimas de funcionamiento. Esto ha provocado fugas con el resultado de un cortocircuito y el consiguiente fuego, algo muy poco habitual hoy en día.
Esto nos indica que la producción de coches eléctricos es un proceso mucho más complicado de lo que aparenta a primera vista y no se limita a colocar un motor, un controlador y unas baterías, si no que requiere unos exhaustivos controles de calidad de principio a fin y que podrían estar detrás de los retrasos de fabricantes como BYD, que dos años después de anunciar sus modelos eléctricos, todavía estamos esperando a verlos circulando en nuestro mercado.
Fuente | Plugincars
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