Cuando comenzaron las ventas del Tesla Model S allá por 2012, se podía elegir entre tres paquetes de baterías diferentes: el de 40, 60 y por último el de 85 kWh que era el no va más de la movilidad eléctrica, permitiendo alcanzar una autonomía nunca antes vista de 422 Km.
A comienzos de 2016 y tras numerosas modificaciones en la gama, hoy ya no se ofrece ninguno de los paquetes de baterías originales. El de 40 kWh tuvo un recorrido muy corto a decir verdad, porque casi nadie lo demandaba y los clientes preferían las baterías más capaces aunque también más caras.
El de 60 kWh tuvo algo más de éxito y ha seguido ofertándose hasta hace unos meses cuando la nueva versión de 70 kWh lo dejó fuera de juego. Y algo así es lo que ha ocurrido finalmente con el paquete de 85 kWh.
Hace unos meses comenzó a venderse el Tesla Model S 90D y el P90D (os recuerdo que la P es de performance). Era cuestión de tiempo que la batería de 85 kWh dejase de estar en el catálogo ya que no tenía sentido con la versión de 90 kWh justo por encima. Es de suponer que en Tesla la han mantenido este tiempo en cartel hasta acabar con el stock de baterías restante.
Es curioso todo lo que ha mutado y evolucionado este coche en los apenas cuatro años de vida que tiene. Tesla sigue mejorando su ingeniería. En este tiempo han mejorado todos los paquetes de baterías, han creado una versión con tracción integral, también mejoran el software del coche a través de Internet e incluyen añadidos muy interesantes como la del piloto automático.
Es como si su modelo fuese un ente vivo y dinámico al que van incorporándole todo lo que sale del departamento de I+D a diferencia de los fabricantes de coches convencionales que se suelen esperar a presentar una nueva generación del coche, o al menos un restyling para acometer cambios de cierta envergadura en el coche.
Vía | Inside EVs
