Una de las mayores críticas a la ecología de los vehículos eléctricos es el uso de tierras raras, estos elementos, muy dispersos por la corteza terrestre y siempre en bajas concentraciones, hacen que no sólo la ecología del modelo esté en duda, sino que también disparan el precio debido a su escasez.
Uno de estos elementos es el disprosio (Dy), es un elemento clave en el desarrollo de las nuevas tecnologías para el automóvil, al utilizarse en los imanes de los motores eléctricos para mejorar la resistencia térmica de los mismos. Pero gracias a un nuevo procedimiento, Nissan junto a sus proveedores han conseguido reducir la cantidad de disprosio en un 40% en sus motores.
Hasta el momento, el disprosio se distribuía sobre los imanes de base neodimio en aleación con hierro y boro (NdFeB). En esta aleación de neodimio se dispersaba uniformemente el disprosio, para mejorar la resistencia térmica del imán. Pero esa distribución no es eficiente, y con un poco de ingeniería metalúrgica se puede mejorar.
Por ello, en Nissan en vez de distribuir de forma uniforme el disprosio, han realizado un tratamiento térmico que se denomina “difusión en el borde de grano”, por el cual la distribución de disprosio sobre el material no es uniforme, sino que se concentra en los bordes de grano del metal. De esta manera se igualan las prestaciones a la distribución uniforme, pero con la reducción de un 40% del uso de éste elemento.
El objetivo de Nissan es alcanzar un uso cero de tierras raras, mejorando no sólo la ecología de sus modelos, sino siendo capaces también de reducir el precio. Las otras tierras raras que Nissan pretende eliminar son el lantano (La) y el cerio (Ce); presentes en los catalizadores de gases de escape de los motores de combustión y en las piezas de fundición de hierro.
En Motorpasión Futuro | Tierras raras y su relación con la tecnología, Ford reduce el uso de tierras raras en sus híbridos de tercera generación, Toshiba desarrolla un motor eléctrico con menos tierras raras