Un Mercedes-Benz 540K Autobahn Kurier con matrícula española ha ganado el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, y esta es su historia
Este año, como en las últimas 70 ediciones, a mediados de agosto se celebró el Concurso de Elegancia de Pebble Beach. Muchas son las categorías en las que los coches participan y por tanto varios son los ganadores. Pero como en competición, el público suele recordar solo al ganador absoluto. Y este año el Best of Show fue a parar a un coche español, al Mercedes-Benz 540K Autobahn Kurier 1938 del profesor Ignacio Barraquer.
En el mundillo de los coches clásicos, los concursos celebran la calidad de la restauración de los coches o su importancia en la historia del automóvil, que no en la historia, en general. Porque seamos sinceros, un Mercedes-Benz, un Ferrari o un Maserati, por ejemplo, por muy bonitos que sean y con todo el pedigrí en competición que puedan tener, nunca serán tan importantes en la historia como un SEAT 600, un Renault 5, un Fiat Topollino o un Ford T.
Y en el caso de este Mercedes-Benz, tanto la calidad de la restauración y conservación del coche, como su importancia en la historia de la marca han esenciales para que se llevará el Best of Show.
Los Mercedes-Benz Autobahn Kurier son coches especiales dentro de la marca, eran los Mercedes-AMG SLS y AMG GT de la época. Mercedes-Benz tan sólo fabricó cuatro 500K y dos 540K Autobahn Kurier. Con su largo y amplio capó y su diseño aerodinámico, el Autobahn Kurier causó un gran revuelo cuando se presentó en el Salón del Automóvil de Berlín de 1934.
Fue aplaudido no sólo por su estilo, sino también por su ingeniería avanzada y sus prestaciones, ya que fue construido para gobernar la recién creada y construida red de autopistas, las Autobahnen. O Autobahn, como las conocemos hoy en día.
El concepto de los Autobahn Kurier era el de aplicar a un coche de serie, los primeros conceptos aerodinámicos adquiridos en los récord de velocidad que la industria alemana iba cosechando en los años 30, con Auto Union y Mercedes-Benz al frente.
El primer prototipo de Autobahn Kurier, presentado en el Salón de Berlín de 1934, comenzó siendo un chasis 500K con un parachoques delantero cubierto y ruedas cubiertas. Con el número de chasis 130898, fue regalado a Mohammed Reza, Shah de Irán por el gobierno alemán y pasó la mayor parte de su vida en Irán.
En cuanto al modelo que nos ocupa hoy, se trata del chasis número 408336, el único de los seis Autobahn Kurier que ha sobrevivido hasta hoy. Equipa un 8 cilindros en línea de 5.401 cc. Desarrolla 180 CV a 3.400 rpm y va asociado a un cambio manual de 4 marchas y en su día podía alcanzar los 185 km/h.
Como curiosidad, equipa un compresor volumétrico que le da un plus de potencia si hundimos a fondo el pedal del acelerador, pero que solo se puede usar durante no más de 30 segundos. Su matrícula B- 69475 hace referencia a su primer dueño, el profesor Ignacio Barraquer, quien recibió el coche en 1938.
De Gibraltar al norte de África y luego a España
Hay una serie de leyendas que rodean el cómo el famoso profesor consiguió el coche. Algunos dicen que fue un regalo de alto dignatario alemán por haberle salvado la vista. Otros dicen que fue un jeque árabe quien le regalo el coche por la misma razón. Su hijo, el profesor Joaquín Barraquer, asegura que su padre lo compró cuando operaba en Alemania.
Quizá no sepamos nunca cómo fue realmente, pero como relata el historiador del motor Antonio Palacín sí sabemos que no fue un encargo del profesor sino que fue comprado una vez terminada su fabricación.
“El coche fue encargado el 13 de septiembre de 1938, asignándole el pedido 288557. El vehículo ya estaba terminado (…), el 4 de agosto había superado los controles de acabado”, explica Antonio. Y añade: “El coche salió de la fábrica de Sindelfingen el 10 de octubre, llegando a Gibraltar el 26 del mismo mes”.
El coche fue finalmente entregado a su dueño en Gibraltar el 1 de noviembre, cuando se abonó in situ el 50 % restante del precio, “el otro 50 % se había entregado en Zurich al encargase el vehículo”.
¿Compró el profesor el coche? ¿Fue un regalo? Sea como fuere, la cuestión es que el profesor Barraquer usó a fondo el coche, recorriendo todo el norte de África antes de volver a España al finalizar la Guerra Civil. Viajó con su esposa por Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto.
Y no le daba miedo la mecánica: llevaba de todo en el coche para poder arreglarlo, desde bujías hasta dos ruedas de recambio (el coche tiene hueco previsto para ello). Además de los pinchazos, algo habitual en el desierto, en una ocasión tuvo que cambiar la junta de culata del 8 cilindros con la ayuda de los lugareños para poder levantar dicha culata. Nada que ver con el despliegue técnico que supone hoy en día arreglar un Bugatti o un Pagani que sufre un percance o un pequeño fallo...
De vuelta a España, el profesor siguió usando el coche (esta vez con la famosa matrícula de Barcelona y ya no con matrícula alemana), viajando por toda Europa. Finalmente, en 1952 compraría otro Mercedes-Benz, un 300 S Coupé, pero nunca vendió el Autobahn Kurier. Habría que esperar a 2004, cuando sus herederos (Ignacio Barraquer falleció en 1965) aceptaron finalmente vender un coche que poca gente había visto en vivo, pero del que todos conocían la leyenda: un Autobahn Kurier seguía intacto en algún lugar de Barcelona.
Lo vendieron a Jorge Keller, el conocido ingeniero mexicano reconvertido a productor de vino en California en los años 80, se hizo con este ejemplar único. Y a pesar del que coche, realmente no necesitaba una restauración, pues funcionaba perfectamente y había sido bien conservado, Keller encargó acto seguido una restauración exhaustiva al especialista Paul Russell, en Massachussetts.
Hoy, es una de las numerosas joyas que posee Keller en su colección privada. Una joya que ya había ganado el Best of Show en el Villa d'Este Concorso at Villa Erba (2008), en el Concours d'Elegance of America (2011) y en la Louis Vuitton Classic Concours Award (2011).
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