“Cruzar el desierto en un sillón”. Este autobús que parece salido de Mad Max fue el más grande y lujoso del mundo, surcaba el desierto sirio, y tenía hasta cocina

“Cruzar el desierto en un sillón”. Este autobús que parece salido de Mad Max fue el más grande y lujoso del mundo, surcaba el desierto sirio, y tenía hasta cocina
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“Cruzar el desierto en un sillón”. La propuesta de la Nairn Transport Company en los años 30 era descaradamente soberbia, pero también muy real. Este camión de 25 metros cuyo remolque era un autobús, con cocina y baño incluidos, unía Damasco con Bagdad, cruzando uno de los desiertos más inhóspitos del mundo mientras sus 40 pasajeros gozaban de un lujo similar al del Orient Express.

Bien podría haber sido imaginado por uno de los diseñadores de 'Mad Max', pero fue el apogeo y la consagración para los hermanos Nairn, dos neozelandeses que abrieron camino -literalmente- en el transporte de personas y del correo en Oriente Próximo. Fueron también pioneros en proponer unos servicios, como el aire acondicionado, que nadie podía ni siquiera imaginar todavía en un autobús.

Abriendo camino en el desierto con un Oldsmobile y un Lancia

Esta no es tanto de lo que fuera entonces el autobús más grande, lujoso y extraño del mundo, sino la historia de unos pioneros que supieron reinventarse a tiempo en una región en la que estaba todo por hacer.

A principios del Siglo XX, la mayoría del transporte en la región que alberga hoy Israel, Siria o Iraq se hacía todavía esencialmente con camellos y carruajes tirados por caballos. Bajo control del Reino Unido y de Francia, las comunicaciones y las infraestructuras brillaban por su ausencia.

Tras abandonar su Nueva Zelanda natal y servir en el ejército británico durante la Primera Guerra Mundial, Gerald y Norman Nairn, decidieron montar un negocio de venta y reparación de coches en Beirut gracias a un inversor local.

Anuncios De Nairn Transport

Para los Nairn, era una elección obvia. Habían dirigido un exitoso concesionario de motocicletas en Nueva Zelanda antes de la guerra y conocían, como nadie en aquella época, la peculiaridades del motor de combustión interna. Su padre, de hecho, fue uno de los primeros neozelandeses en tener un coche: un American REO de un cilindro y cuatro plazas comprado en 1905.

El problema es que en 1919, ver un coche en esa región, era poco más que ciencia ficción. Los pocos coches que había estaban sometidos a auténticas torturas (casi que no había carreteras, sino pistas de tierra y roca), mientras que quienes poseían un coche tampoco estaban muy puestos en su mantenimiento ni había suficientes mecánicos para arreglarlos.

Cadillac 1925 Type V 63 Custom Suburban For Seven Passengers
Cadillac Type V 63 Custom Suburban con siete plazas de 1925 similar a los usados por la Nairn Transport Company.

Al cabo de un año, era evidente que el negocio no era tan rentable como esperaban y tenían que hacer algo para salvar la empresa. Utilizaron entonces lo que tenían a mano para generar ingresos, los coches, y ofrecieron servicios de transporte de paquetería y pasajeros de Beirut a Haifa.

Ganaron rápidamente fama, pues cubrían la distancia de 112 km entre las dos ciudades en menos de un día, cuando los servicios de carruajes o camellos tardaban unos tres días. Pero también atrajeron competencia, con más recursos, y estuvieron a punto de cerrar la empresa en 1922.

Un préstamo así como la ayuda inesperada del cónsul británico en Damasco y de un jeque local, Ibn Bassim, les permitieron seguir y sentar las bases de lo que sería su ruta estrella.

Mapa de la ruta comercial de los hermanos Nairn, de Beirut a Damasco y Bagdad.
Mapa de la ruta comercial de los hermanos Nairn, de Beirut a Damasco y Bagdad, con escala en Rutba.

El cónsul les preguntó por la posibilidad de cruzar el desierto sirio en coche y unir Damasco, bajo control francés y conectada al Mar Mediterráneo vía Beirut (también bajo control francés), con Bagdad, administrada por los británicos.

La idea era reducir el tiempo en el que correo británico viajaba. La ruta habitual era hasta el puerto de Bassorah y luego en barco hasta la India para volver hacia el oeste en barco hasta el Reino Unido. Si conseguían conectar Bagdad con Damasco, el correo llegaría varias semanas antes.

Los franceses aceptaron, mientras que el jeque Ibn Bassam aprovecharía la ruta para acelerar su tráfico de oro proporcionando escoltas y sobornando las tribus y bandidos locales que podían querer atacar el convoy de los Nairn.

Autobus Nairn

En abril de 1923, un Buick, un Oldsmobile y un Lancia salieron de Damasco hasta Bagdad. La expedición fue un éxito y una vez establecida la mejor ruta tras varias expediciones de reconocimiento, propusieron encargarse del servicio postal en esa ruta. El correo tardaría 10 días en hacer la ruta del Reino Unido a Bagdad, y viceversa, en lugar de las seis semanas habituales.

Para 1926, los Nairn habían comprado 14 Cadillac para efectuar la ruta, así como varios autobuses. Esos viajes ayudaron también al desarrollo de nuevos neumáticos.

Nairn Bus en Ramadi, 1934
Autobús Nairn en Ramadi, 1934

Con los Buicks y Cadillacs, los Nairns habían descubierto que tenían que cambiar sus neumáticos a base de fibra de algodón cada 4.000 millas (6.400 km), es decir, apenas tres viajes entre las dos capitales. Era un gasto considerable. Acabaron por interesar a la Firestone Tire and Rubber Company en el problema.

Firestone desarrolló entonces un neumático que pudiera soportar el calor del desierto, y usaron una nueva fibra sintética de Du Pont, que además necesitaba menos caucho para su fabricación por lo que además eran más baratos. Finalmente, salió al mercado un tipo de neumático completamente nuevo, con una vida útil de 24.000 kilómetros.

Nairn Trans Co

A la flota de Cadillac, se unieron unos autobuses. Podían llevar 15 pasajeros y dos toneladas de equipaje y permitieron, gracias a dos chóferes que se turnaban para conducir, reducir el trayecto a menos de 20 horas. Toda una proeza entonces. Y eso que, por seguridad, optaron por desvíar la ruta final un poco hacia el sur, para efectuar una parada en Rutba, donde seis pozos de 15 metros de profundidad que se remontan a los romanos proporcionan agua. Con el tiempo, los Nairn montaron ahí un hotel para sus viajeros.

El autobús más grande y lujoso del mundo para cruzar el desierto

Nairn Transport Autobus más grande del mundo

Al mismo tiempo había cada vez más demanda. Los hermanos Nairn encargaron entonces a la Budd Company de Philadelphia la construcción de un autobús articulado. Esa fantástica máquina de viajar contaba con una cabeza tractora Marmon-Harrington.

Ésta disponía de una zona de literas para los conductores, mientras que el semirremolque disponía de 40 plazas en butacas reclinables. Este vehículo de 25 metros de largo, fabricado en 1933, pesaba 26 toneladas y ofrecía a los pasajeros un viaje cómodo en asientos inspirados en los de los aviones de pasajeros.

Bus Nairn transport

Los viajeros también disfrutaban de comodidades como un bufé, un aseo y almuerzos. “Comida, té y agua potable son gratis en el desierto”, se podía leer en el prospecto de la época.

Marmon-Harrington era famosa por la tracción integral de sus camiones que, en el caso del bus de los Nairn, accionaba las seis ruedas. El motor era un bloque diésel Hercules de 188 CV, con un cambio de 12 marchas hacia delante y tres marchas hacia atrás.

Este mega pullman sirvió durante casi 10 años. La Segunda Guerra Mundial dificultó bastante operar comercialmente la ruta entre Damasco y Bagdad. En 1942, vendieron el autobús a la RAF, que lo utilizó para mover personal en la región. El bus fue vendido más tarde y tuvo varios dueños hasta que se pierde su rastro en los años 50.

Pero antes, los Nairn fueron un paso más allá. En lugar de querer llevar cada vez más pasajeros, buscaron una clientela más escasa pero mucho más pudiente.

Budd Company Bus 18 Plazas
Uno de los dos autobuses de 18 Plazas finalizados en la factoría de la Budd Company.

Esta vez encargaron en 1934 a la Budd Company dos semirremolques. Mientras que las cabezas tractoras equipaban un motor diésel Cummins de 150 CV y suspensión neumática, los semirremolque tendrían una capacidad de tan sólo 18 pasajeros. Viajarían con las mismas comodidades que en el Pullman gigante, pero el añadido del lujo supremo en los años 30 en el desierto: el aire acondicionado.

Nairn TT

En la posguerra, la empresa empezó a declinar a medida que se desarrollaba el transporte aéreo y aumentaban las dificultades políticas. En 1950, los Nairn ya no estaban en la compañía. De hecho, los Nairn se retiraron a finales de los años 40 y vendieron su compañía a sus empleados. Gerald Nairn volvió a Nueva Zelanda en 1946, mientras que Norman dejó la empresa dos años después y, tras un tiempo, se instaló en Beirut.

Autobus Nairn Transport Co Desierto

La situación política de la región, con los británicos saliendo de Palestina lavándose las manos de lo que pudiese ocurrir, hacía que viajar por Palestina, Israel, Líbano, Siria o Irak era cada vez más complicado, con nuevas fronteras y más controles. Y sobre todo, más conflictos.

Al final, en 1956, el mismo año de la Guerra del Sinaí, la Nairn Transport Company fue disuelta. Los dos autobuses de 18 plazas que les quedaba habían efectuado más de 1,6 millones de km cada uno.

Se dice que alguno siguió circulando por la región, en otras rutas, hasta los años 70, pero no está claro. En la actualidad, nada se sabe de esos autobuses que surcaron antaño el desierto. La ruta que usaban los coches y autobuses de Nairn, en el desierto donde no había ni siquiera pistas, es hoy la ruta que sigue la carretera que une Bagdad con Damasco vía Rutba. Tal y como hacían los vehículos de los Nairn.

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