'The Hunter', cuyo título fue traducido al castellano como 'Cazador a sueldo', pasó a la historia como la última película que rodó el gran Steve McQueen. En ella, el actor estadounidense interpretaba al cazarrecompensas Ralph 'Papa' Thorson, que echaba el guante a criminales al volante de un Pontiac Trans Am de 1979. Bien, pues una de las siete unidades que fueron utilizadas en el rodaje acaba de aparecer en un granero de Illinois.
Los coches de película son susceptibles de protagonizar una bonita historia y, sin duda, la de este Pontiac Trans Am lo es. Para la filmación de la película la productora contrató directamente a Pontiac seis unidades del Trans Am del '79, a las que se uniría posteriormente una séptima. Se creía que todas las unidades fueron destruidas durante el rodaje, pero este 'barn find' demuestra que no fue así.
Así, este Pontiac Trans Am es la única unidad conocida que se conserva del rodaje y ha pasado casi cuatro décadas aparcado en un granero, manteniéndose en idéntico estado que hace 39 años. Y no es que sea el mejor, como puede verse en las fotografías. Seguramente te estarás preguntando cómo acabó allí y por qué ahora ha salido a la luz. He aquí la respuesta.
De Hollywood a una granja de Illinois
Harold McQueen era un granjero de Illinois que no tenía parentesco alguno con el actor a pesar del apellido. Fan del de Beech Grove, como no pocos estadounidenses en aquellos años, tuvo la suerte que una parte del rodaje de 'The Hunter' se realizase cerca de su casa. Así, Harold se dejó caer tanto por el rodaje que llegó a entablar relación con los miembros del equipo de la película y hasta conoció al propio Steve McQueen.
Pero es que además, este granjero también participó en la producción del film: en una ocasión necesitaron un trailer para mover los vehículos utilizados durante las escenas de acción y el bueno de Harold se ofreció voluntario para la tarea. Tras realizar el traslado, como pago por sus servicios, el equipo le obsequió con uno de los ejemplares del Pontiac Trans Am.
En concreto, esta unidad fue una de las que explotaba durante la película, pero la explosión no fue lo suficientemente espectacular para Buzz Kulik, director del film, por lo que hubo que encargar otro Trans Am para ello, la séptima unidad de la que hablábamos. Si bien esa quedó completamente destrozada, la que se quedó Harold quedó algo menos perjudicada por la pirotecnia.
Encantado con el regalo, Harold McQueen, lo guardó en el granero con la intención de restaurarlo, pero esa reparación nunca llegó. Además, la productora también le cedió toda la documentación del coche por si lo volvía a poner en marcha y acaba circulando con él. No ha tenido ese cometido, pero sí que ha servido para confirmar la autenticidad del Pontiac.
¿Volverá a la vida?
Los años pasaron y aquel Pontiac Trans Am que había sido la última montura de McQueen en la gran pantalla cayó en el olvido. Hasta que en octubre de este 2018, los hermanos Stan y Randy Harvell, así como Calvin Riggs, dueños del concesionario Carlyle Motors se enteraron del paradero de esta reliquia y se pusieron en contacto con Harold McQueen.
Estos llegaron a un acuerdo con el granjero y compraron el Pontiac, que ahora se encuentra en este concesionario ubicado en Texas. En plan de sus nuevos propietarios es el mismo que el del Harold, restaurarlo, aunque no sabemos si con el objetivo de subastarlo por una importante suma o no.
Como demuestran las imágenes, el estado de tan ilustre Pontiac Trans Am es bastante pésimo. A la explosión a la que fue sometido se unió que los miembros del rodaje se quedaron con varias de sus partes como suovenir. Así vemos como le faltan el capó o los espejos retrovisores.
No obstante, elementos clave como el chasis, el motor o la transmisión siguen siendo las mismas que las que equipaba el modelo cuando salió de fábrica en 1979. ¿Volveremos a verlo en unos meses completamente restaurado?
Fotos: Carlyle Motors.