Esta semana acudí a una presentación poco habitual para mi. El protagonista de la misma no era un coche, sino un videojuego llamado Driveclub, exclusivo para la PlayStation4. No os voy a negar que estoy muy poco puesto en esto de los videojuegos de coches. Nunca he sido un gran aficionado, y dudo que con mi edad vaya a engancharme a cualquier juego, aunque también admito que un buen simulador de carreras tendría un espacio preferente en mi garaje ideal.
Tal vez por esa desconexión con el mundo de las carreras virtuales que representan los videojuegos de coches, me sorprendieron algunos datos que se dieron en la presentación. El primero, que el 75% de la población española juega a videojuegos. Me parece un dato demasiado alegre, aunque imagino que considerarán jugar a videojuegos a echar una partida esporádica a cualquier juego electrónico que te pongan entre manos, ya sea en una videoconsola o incluso en el móvil. Ahora entiendo las visitas de nuestros colegas de VidaExtra.
También me llamó la atención la cuota de mercado que tiene PlayStation, con un 75% del mismo en nuestro país. Desde que se lanzó al mercado la PlayStation4 el año pasado, se han vendido en todo el mundo 7 millones de unidades, y en España la firma estima que hay 3 millones de PS3 y 270.000 PS4. Son sin duda los líderes del mercado.
Este juego Driveclub, es especialmente importante para ellos por varios motivos. Por un lado, es el primer videojuego de conducción exclusivo para PS4. Por otro lado, es el título estrella para PlayStation este año. Así pues, como producto es muy importante y están poniendo todos los esfuerzos para que el gran público lo conozca. Estará a la venta como juego o en un pack conjunto con la PS4, aunque no han dicho los precios todavía.
Pasando al videojuego en sí, cuenta con buenos credenciales porque está desarrollado por Evolution Studios, cuyo nombre me sonaba porque fueron los creadores de los WRC y una saga más reciente que se llama MotorStorm. ¿Quién no ha jugado alguna partida al WRC en casa de algún amigo? Yo no hace ni dos meses que lo he hecho, así que tal vez me metan dentro de ese 75% de españoles que dicen juegan a los videojuegos.
Impresionado por los gráficos de Driveclub
Al comienzo de la presentación en el cine de Sony en su sede de Madrid, nos mostraron un trailer del videojuego que me dejó bastante impresionado. Como suele ser habitual en estos juegos, se habían trabajado un trailer cuya realismo era absoluto. Parecía que estábamos viendo una carrera real en carretera abierta entre aquel Pagani Huayra, el Ferrari F12 Berlinetta y el McLaren 12C, lo cual era un buen preámbulo para lo que vendría a continuación.
Después estuvieron situando un poco el juego en el entorno de los videojuegos. Hay algunos en los que intentan que el realismo a la hora de conducir sea total, de forma que tienes que conducir de forma muy fina con el mando de la videoconsola para llevar el coche por el sitio, como si estuvieses al volante del coche de verdad.
Otros juegos lo que intentan es que sea sencillo jugar para todo el mundo, que no tengas que ser un Lucas Ordóñez para hacer un papel medianamente digno y sobre todo, para divertirte delante de la pantalla. En el caso de Driveclub lo que han buscado es un punto intermedio entre ambos estilos, un juego al que sea fácil de jugar pero que al mismo tiempo transmita sensaciones reales a los usuarios.
También contaron que Driveclub es un juego que permite competiciones OnLine, así como crear equipos de jugadores que compitan contra otros equipos. Al parecer es uno de los aspectos que más valoran los amantes de este tipo de videojuegos. Además me llamó la atención una cosa que dijeron: hay canales de vídeo en los que puedes ver partidas de otros jugadores en directo, y al parecer tienen miles, millones de visitas. Increíble.
Por último anunciaron la fecha de lanzamiento del juego, que será el día 8 de octubre en España. Llegaba pues el momento de ponerme al volante mando de Driveclub y echar una partida en la versión demo que habían preparado.
Como decía al principio, no soy muy aficionado a los videojuegos de coches. Es más, no echo más de una o dos partidas al año, la mayoría de ellas en las reuniones familiares por navidades, cuando mis primos pequeños estrenan sus videojuegos de coches. Así pues, podemos decir que estoy bastante oxidado con las videoconsolas.
Sin entrar a programar los parámetros del juego, infinitos por otra parte, puse en marcha una partida rápida. El coche que me había tocado era un Mercedes SLS AMG Black Series, un coche que no había conducido en el mundo real, aunque si la versión normal del SLS AMG. La partida comenzaba en una bonita carretera de montaña con 12 oponentes por delante.
Tenía dos vueltas al trazado, así que usé la primera para ir adaptándome al mando y no perder la partida chocando constantemente contra ambos lados del recorrido. Lo primero que me llamó la atención es que el juego era mucho más fácil de usar para un negado de los videojuegos como yo que otros a los que había jugado. Y ahora que lo he leído, me sorprende que en VidaExtra hayan tenido otro feeling con el juego. ¿Será que si está más cerca de un simulador de lo que pensaban?
Con un mínimo de cuidado estaba siendo capaz de llevar el coche por el sitio, y sólo en dos ocasiones perdí el control del coche y tuve que volver a pista de forma forzosa. Con el paso de los metros y los minutos, iba cogiéndole el punto al videojuego, y acercándome a los 12 rivales que iban por delante y el coche comenzaba a mostrar signos de los golpes que recibía.
Me gustó mucho el realismo de la carretera, del entorno por el que el videojuego transcurría. También me llamaron mucho la atención el realismo de los gráficos, que incluso llegaban a mostrar los reflejos de la luz exterior sobre las piezas de fibra de carbono del salpicadero, lo cual demuestra hasta que punto se han cuidado los detalles.
Pasamos por el punto de partida dónde había comenzado la carrera y ya tenía un control casi total sobre el coche e iba cogiendo a mis rivales. Cuando les di alcance, tal vez la emoción de haberlo conseguido me hizo cometer en un error y en una curva me toqué con un mojón de la carretera que me hizo perder mucho tiempo.
Volví a carretera y entonces comencé también a fijarme en el sonido del coche, que estaba muy conseguido. Creo que si te pones unos buenos auriculares puedes llegar a pensar que estás al volante del Mercedes SLS AMG Black Series de verdad. También el tiempo estaba cambiando, la carrera había comenzado en seco pero las nubes estaban cerrándose sobre nosotros y la carretera mostraba humedades que no había antes.
Sin apenas darme cuenta, llegó el fin de la partida. Vale, no pude hacer un gran papel en mi primera vez con Driveclub, pero había sido más que suficiente para comprobar el enorme realismo del juego y que es más fácil jugar a este que a un GranTurismo, por nombrar uno que me ha sacado de quicio unas cuantas veces.
Viendo la calidad de los gráficos y la jugabilidad de Driveclub, así como el enorme arsenal de coches disponibles (que por cierto se irán ampliando una vez que el juego ya esté a la venta), no me cabe dudas de que conseguirá posicionarse como uno de los títulos estrella para los aficionados a los videojuegos de coches.