Estamos acostumbrados a ver a Chris Harris, el popular periodista de motor británico, derrapando y haciendo fechorías con algunos de los coches superdeportivos más exclusivos y espectaculares del planeta. Por eso nos llama la atención que esta vez, Harris se haya enamorado perdidamente de un BMW 320d.
Hasta tal punto ha llegado el amor entre ambos que llega a hablar de el como el coche definitivo y se pregunta si realmente "¿Necesitas algo más que un BMW 320d?". Harris cogió la berlina alemana para ir de Inglaterra a Alemania para correr una carrera del VLN con un Aston Martin y fue en ese trayecto donde se dio cuenta de que para usar en carretera, realmente no necesitaba nada más...
Chris Harris comienza destacando la calidad del interior, el diseño y la atmósfera que se respira a pesar de que algunos de los plásticos del salpicadero, asegura, son demasiado duros. La característica posición de conducción con la banqueta del asiento muy baja de los Serie 3 de BMW, el tacto y la magnífica ergonomía de los mandos del volante multifunción firmado por BMW M, que aparte de bonito es práctico. Todo parece gustarle.
Más adelante habla del motor, un cuatro cilindros en línea de dos litros de cilindrada que desarrolla 184 caballos de potencia. Es sin duda uno de los motores más completos del mercado, ya que combina una entrega de potencia y par sencillamente brutales gracias a los 380 Nm disponibles desde 1.750 RPM hasta las 2.750 RPM. Esta banda de uso le permite hacer recuperaciones muy rápidas, fulgurantes.
Y todo ello se combina con unos consumos que lo convierten en todo un hypermiller. Homologa 4,4 l/100 km de media, y aunque en uso normal es casi imposible conseguir esa cifra, si que es cierto que con este BMW puedes hacer muchos kilómetros sin tener que pasar por la gasolinera. Es más, tendrás que parar antes a limpiar los mosquitos del parabrisas que a echar combustible.
Hasta cierto punto estoy de acuerdo con Chris Harris, porque casualmente tengo aparcado ahora mismo en el garaje un BMW 320d. El "mío" es un poco distinto, ya que se trata de la versión Touring, con acabado Luxury en lugar de M y con el cambio automático de ocho velocidades en lugar del manual de seis.
En unos días os contaremos por qué creo que este, concretamente este, sí puede ser el coche definitivo para los largos viajes de verano que ahora, coincidiendo con la famosa operación salida, comienzan en nuestro país. Llevamos 1.300 kilómetros al volante y creo que ya empiezo a estar listo para sacar conclusiones...