No, no me he vuelto loco ni tú tienes que frotarte los ojos, el coche de la foto de arriba no es un Octavia, es un Škoda Spartak de 1958, el primo hermano del antiguo Octavia. Pero ése no es el que cumple 20 años, sino el Octavia de la Škoda moderna, la del Grupo Volkswagen.
Es curioso,dicen que los hijos son el mayor medidor de tiempo, que sólo con mirarlos te das cuenta de lo rápido que pasan los años. Bueno, a algunos nos pasa algo muy parecido con los coches. Parece que fue hace sólo unos añitos cuando Škoda presentaba el primer Octavia alemán y ayer se contaron 20 años desde que se arrancó su producción.
Seguro que cuando piensas en el Octavia te viene a la mente la imagen de un taxi, sobre todo si eres de Madrid. La primera generación lo petó entre los taxistas, así como la segunda y no tanto la tercera por culpa de la invasión Prius y por el aumento de precio del modelo Checo.
Una gran inversión
La marca de la flecha alada fabricó una nueva línea de producción en Mladá Boleslav sólo para el Octavia, una berlina compacta de cinco puertas con un maletero de 528 litros, el rival perfecto para el SEAT Toledo. De 1996 al 2010 se entregaron alrededor de 970.000 berlinas y más de 470.000 modelos familiares.
Pero la segunda generación llegó antes y reinó entre 2004 y 2013, aunque compartió bastantes años con la primera generación a la que le añadieron el apellido Tour. Algo así hicieron con la segunda generación a partir de la llegada de su sucesora en noviembre de 2012.
Desde el principio la gama se ha compuesto de dos carrocerías en las tres generaciones, berlina y familiar y también con versiones deportivas llamadas RS, pero además la primera generación contó con versión 4x4. A partir de la segunda se lanzó el Scout con un vestido más todocamino.
20 años para esta berlina compacta que en su última generación ha crecido bastante en tamaño, aunque personalmente creo que hay que hacer justicia a la historia de la marca y no diferenciar entre el Octavia checo de los años 50 y el que hemos conocido de forma más cercana.