Acelerar, frenar y girar el Range Rover Sport desde el móvil, también controlar la suspensión y sortear según qué avatares de la conducción off-road, es posible con el desarrollo que andan probando los ingenieros de Jaguar Land Rover. Todo, a una velocidad máxima de 6,4 km/h. También se puede utilizar el control remoto vía app para sacar el coche de su plaza de estacionamiento, por ejemplo en esos parkings diseñados a la medida de un 600 que año tras año se fueron encogiendo.
Si nos buscamos aplicaciones más intrepidas de este control remoto, desde el móvil es posible controlar la inclinación, los ángulos de ataque y de salida y corregir la posición del vehículo al acometer zonas de rocas, vadeos o zonas especialmente resbaladizas. Para evitar pirateos, este sistema sólo funciona cuando el usuario lleva encima la llave del vehículo y se encuentra a una distancia máxima de 10 metros, y en un futuro ya se prevé que el control sea por voz.
Del control remoto a la conducción autónoma:
Multi-Point Turn y Solo Car
Otro grado mayor de manejo está en el dispositivo Multi-Point Turn de Range Rover, que es capaz de maniobrar de forma autónoma hasta en 180 grados. De esta manera puede cambiar el sentido de la marcha en plena carretera, dando media vuelta si encuentra el camino cortado o si encuentra un aparcamiento saturado de coches y su conductor no está de humor para maniobrar.
De momento, este sistema evalúa el espacio disponible y esquiva peatones, vehículos y obstáculos, completando la maniobra en los movimientos que sean necesarios, y próximamente será capaz de escanear el entorno e informar al conductor si es seguro llevar a cabo la maniobra de giro, para que sea este quien la valide o la cancele.
Según explican en el departamento de I+D de Jaguar Land Rover, con estas experiencias quieren que los momentos más estresantes de la conducción queden a cargo de la máquina. De forma paralela, es obvio que estas investigaciones ayudan a avanzar hacia el coche autónomo, incluso desarrollando las técnicas adecuadas para establecer la toma de decisiones de la máquina, esto es, nutrir al vehículo de sensores, actuadores y un completo software que le permita escoger la mejor opción dependiendo de las circunstancias.
Hasta la fecha, los más recientes proyectos de conducción autónoma que están saltando a la luz pública contemplan usos en ciudad y carretera, pero con esta apuesta del Range Rover Sport dirigido a distancia y con elementos de coche autónomo que están en camino, Jaguar Land Rover recupera un punto clave de esta tecnología, que conocemos por los proyectos vinculados a DARPA: conseguir un coche autónomo capaz de moverse en todos los terrenos.
No es casualidad que la filial de la automovilística india Tata Motors lance esta novedad aquí y ahora. Próximamente los sensores que montarán en su prototipo Solo Car permitirán que los todoterrenos de la marca afronten diferentes condiciones, tanto en lo que respecta al terreno como a las variables condiciones meteorológicas. De hecho, desde la marca ya anuncian que algunos modelos futuros de Jaguar y Land Rover podrán acometer estas situaciones igual que si estuvieran sobre asfalto.
El Solo Car no necesitará señales ni semáforos. Tampoco le preocuparán el tamaño de los carriles o de los arcenes. Entre sus atributos tecnológicos están el radar, la detección de imágenes por láser (LIDAR), cámaras, sensores de ultrasonidos y tecnología de escáner de luz estructurada. Y en un futuro no demasiado lejano, podría estar recorriendo las calles de nuestras ciudades... y los caminos más escarpados también.