
Los drones cada vez se utilizan en más ámbitos de la vida, desde el reparto de comida a domicilio hasta la vigilancia de las carreteras por parte de la DGT, pasando, por supuesto, por los conflictos armados. El uso de estos aparatos por parte de los ejércitos cada vez está más extendido, en parte, para llevar a cabo ataques con enjambres de drones que son difíciles de neutralizar por la gran cantidad de aparatos que vuelan al mismo tiempo.
Una empresa militar ha desarrollado un sistema que utiliza microondas de alta potencia (HPM) para eliminar estas plagas de drones de un plumazo.
Más barato que las armas convencionales y más efectivo
La mayoría de la gente, asociamos la tecnología de microondas al aparato de mismo nombre que tenemos en la cocina y nos sirve para calentar la comida de forma rápida y sencilla, pero esta tecnología puede utilizarse de una forma completamente distinta en el ámbito militar, por ejemplo, para acabar con enjambres de drones enemigos.
De la misma forma que la tecnología evoluciona a un ritmo frenético en el sector del automóvil, también lo hace en la industria militar y la guerra de Ucrania es el mejor ejemplo porque los drones han pasado a tener el mismo protagonismo que las armas convencionales en el campo de batalla. O incluso más.
Tanto es así, que las empresas militares han tenido que ponerse las pilas porque ya no basta con equipar a los ejércitos con las armas de siempre. Como hay nuevas formas de atacar, hay que desarrollar nuevas formas de defenderse.
La compañía Epirus lo tiene claro, por eso ha inventado Leonidas. Se trata de una herramienta que utiliza la tecnología de microondas, pero no de la misma forma que lo hacemos en casa, sino como arma de defensa para derribar drones. Sí, en plural. Hasta ahora, solo era posible defenderse de los drones derribando de uno en uno, pero Leonidas puede acabar con un enjambre de drones de un plumazo.
“Estados Unidos ha gastado más de dos millones de dólares por unidad para derrotar a los drones, que cuestan cientos o miles de dólares. Los drones se producen en masa con facilidad, mientras que el arsenal cinético estadounidense puede enfrentarse a plazos de entrega de años. El Leonidas cuesta unos céntimos por derribo, ya está listo para producción y su cargador es ilimitado”, dice Epirus en la red social X, acompañando esas palabras de un vídeo que muestra de una forma muy gráfica cómo funciona Leonidas.
The US has spent upwards of $2 million per unit to defeat drones that cost hundreds to thousands. Drones are easily mass-produced, while the US kinetic arsenal can face years-long lead times. Leonidas costs pennies per kill, is ready for production now and its magazine is… pic.twitter.com/kGRRf0IdEN
— Epirus (@epirus) November 1, 2024
Esta herramienta se monta cobre un remolque o sobre la plataforma de un camión o todoterreno, por lo que se puede trasladar prácticamente a cualquier sitio. Para apuntar al objetivo, gira sobre sí mismo y genera un campo persistente de energía electromagnética en el cielo. Cuando los drones pasan por ese espacio aéreo donde está el campo de energía electromagnética, su electrónica “se queda tostada” y simplemente deja dejan de funcionar, por lo que caen al suelo.
Las microondas de alta potencia (HPM) que emite Leonidas afectan a componentes clave para el funcionamiento de los drones, como un servomotor o los cables que recorren el ala. Cuando estos sistemas se sobrecargan, el dron deja de volar. Con armas convencionales, es fácil atacar a un dron, pero se necesita mucha munición para acabar con un enjambre y también hace falta tiempo para recargar, mientras que Leónidas solo necesita “un disparo” para dejar fuera de juego a decenas de unidades de drones al mismo tiempo, con munición ilimitada.
Por lo tanto, es mucho más útil que las armas convencionales para repeler ataques masivos de drones, pero también es más barato. Eso sí, para defender una base o un área de grandes dimensiones, hacen falta varios Leonidas para formar un campo de energía lo suficientemente grande, potente y homogéneo como para detener el ataque.
Además de ser útil en caso de conflicto, Epirus asegura que Leonidas está indicado para defender todo tipo de objetivos, desde aeródromos militares, hasta aeropuertos civiles, estadios deportivos o refinerías.
En una entrevista hecha por Breaking Defense, el director ejecutivo de Epirus, Andy Lowery, ha dicho que Leonidas funciona de una manera similar a los robotaxis (cohes autónomos) de Waymo: "Tienen una misión diferente: conducir un vehículo automáticamente, pero están procesando amenazas de una a muchas: una bicicleta, un automóvil, un pasajero, un semáforo en rojo. ¿Cómo pueden captar todas esas 10.000 cosas al mismo tiempo y producir un objetivo significativo? Eso es en lo que tenemos que pensar. Las formas de proteger nuestros activos vigilados ahora deben evolucionar porque los enjambres se han manifestado en el ámbito físico y los rusos, chinos e iraníes los están desarrollando".
Lowery también dice que los aparatos electrónicos autónomos cada vez tienen más relevancia en los conflictos armados y que la tecnología de microondas de alta potencia que utiliza Leonidas es clave para neutralizar cualquiera de estos aparatos:
"No se trata solo de contrarrestar enjambres de drones, sino de contrarrestar la electrónica en un sentido de defensa sectorial. El HPM afectará a todo lo que contenga componentes electrónicos: motores de barcos y coches, gafas de visión nocturna, ordenadores e interruptores. Todos ellos son vulnerables. Todos ellos son hipersensibles a este tipo de radiación electromagnética".
Imágenes | Epirus