Este pasado verano comentamos cómo BMW iNext supondría un gran paso adelante de BMW en el mundo de la conducción autónoma. Ahora el fabricante bávaro ha dado a conocer algún detalle adicional sobre ese plan, y lo ha hecho revelando que pondrá en circulación una flota de BMW Serie 7 que se entrenarán de cara a la conducción sin conductor.
Según ha explicado a Bloomberg Klaus Fröhlich, jefe de desarrollo y miembro del Consejo de Administración de BMW, la firma de Múnich pondrá en circulación 40 unidades del Serie 7 y los entrenará para que sean capaces de conducir en áreas urbanas, sin duda las más complejas de cara a la conducción autónoma, a causa del mayor número de interacciones que se dan en el ámbito de la circulación. El objetivo está en dotar al futuro iNext de un bagaje suficiente para cuando llegue, utilizando un nivel 5 de conducción autónoma, es decir, autonomía total.
Y eso será dentro de sólo cuatro años, según BMW.
De la carrera por el coche autónomo al pago compartido de la conducción autónoma
En la carrera por el coche autónomo, Fröhlich tiene claro que quien golpee primero golpeará dos veces. Hay mucha estandarización por crear, de manera que quien mejor posicione sus opciones puede ser aquel que acabe diciendo cómo deben funcionar los sistemas de los otros fabricantes. Así lo entiende también Amnon Shashua, director de Tecnología de la firma de sistemas de tracking y avisadores de colisión Mobileye, quien apuesta por compartir recursos e investigaciones.
En ese sentido, el proyecto de Google ya ha registrado más de 3,2 millones de kilómetros recorridos de forma autónoma, mientras que Tesla lleva recabados los datos correspondientes a casi 2,1 millones de kilómetros viajados con su sistema Autopilot. BMW no se quiere quedar atrás, aunque Fröhlich es realista y ya ha explicado que los avances se percibirán antes en los coches premium que en el resto, por lo que la conducción humana todavía tardará en desaparecer:
"Al principio, sólo los coches premium podrán permitirse esa tecnología, ese enorme número de sensores en el coche, de manera que seguiremos siendo conductores".
Según lo ve Kathy Winter, vicepresidenta y directora general de la División de Conducción Automatizada de Intel, los fabricantes pueden participar comprando sensores para instalarlos en sus coches, o ir más allá con equipamientos que ayuden a nutrir una base de datos global alimentada con flotas de vehículos autónomos.
¿Quién se beneficiará en primer lugar de la conducción autónoma? BMW apunta tanto a los clientes particulares como a las flotas de coches compartidos. Y es en este último ámbito donde el fabricante bávaro compite en otro suculento pastel que trasciende la carrera tecnológica para entrar de lleno en la competencia por la movilidad de las personas.
Según un estudio de Boston Consulting Group, los ingresos por car sharing se elevarán a 4.700 millones de euros en 2021, lo que supone un aumento superior al 700 %, y de cara a 2030 los vehículos autónomos utilizados como taxis representarán el 40 % de los beneficios de la automoción en 2030, superando ampliamente los beneficios derivados de la venta de vehículos.
Así, BMW y Sixt SE poseen la plataforma de coches compartidos DriveNow, que entra en el mismo mercado que Uber, GoDrive de Ford o MOIA de Volkswagen, mientras Waymo de Google se refuerza con FCA para sacar adelante su propia red de monovolúmenes autónomos para compartir.