En ausencia del Centocieci, tres de los Bugatti más rápidos jamás fabricados deslumbrarán este fin de semana en uno de los eventos automovilísticos más importantes del mundo -incluso corriendo en grupo-, sacando a pasear más de 4.000 CV a la vez: el Festival de la Velocidad de Goodwood.
No había mejor evento que este, único en su género, para que la marca italiana sacase brazo con hiperdeportivos de récord de la talla del Bugatti Veyron 16.4 Super Sport, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse y el Bugatti Chiron Super Sport 300+.
Los tres deleitarán a sus asistentes vestidos con sus imponentes libreas negras y naranjas, en un guiño a otros modelos que han contribuido a definir la era moderna de la marca.
La espina dorsal del Festival de la Velocidad de Goodwood son los 1,9 km de carretera estrecha y sinuosa que fluyen cuesta arriba por los terrenos de Goodwood House en Sussex (Inglaterra).
Muchos de los vehículos emblemáticos de Bugatti -desde el Type 35 de los años 30 hasta el EB110 de los años 90-, han recorrido ya la desafiante ruta de la subida, que exige concentración al volante. Aquí, el más mínimo despiste o contacto con la hierba que corre paralela a la carretera puede significar un desastre... Más en deportivos tan exclusivos como éstos.
Este año, tres hiperdeportivos que cuentan con varios récords de velocidad mundial entre sus cartas de presentación, deleitarán al publico: el Veyron 16.4 Super Sport, el Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse y el Chiron Super Sport 300+. Todos harán exhibiciones tanto estáticas como dinámicas.
Bugatti se lanzó a una nueva década en 2010 a una velocidad de 431 km/h (268 mph) con el Veyron 16.4 Super Sport, un nuevo récord para los coches de producción en carretera gracias a varias modificaciones a medida para conseguir un mayor rendimiento del Veyron.
Entre ellas, cuatro turbocompresores ampliados y unos intercoolers más grandes para aumentar la potencia del motor W16, o un chasis rediseñado para mantener la seguridad a velocidades extrema. El resultado fue un coche con una potencia de 1.200 CV y un par máximo de 1.500 Nm capaz de alcanzar una velocidad máxima limitada a 415 km/h.
Los cinco primeros Super Sports que salieron de Molsheim constituyeron una serie especial propia, las 'World Record Editions', con la misma configuración que el coche que estableció el récord. El mismo piloto que lo llevó al récord en 2010, Pierre-Henri Raphanel, conduce el coche en el Festival de Velocidad de Goodwood (FOS) este año.
Tres años después, en 2013, nació el roadster más rápido del mundo del momento: el Bugatti Veyron 16.4 Grand Sport Vitesse World Record Edition, que estableció el récord mundial de velocidad de su clase, con una velocidad máxima de 408,84 km/h en las instalaciones de Ehra-Lessien.
En el FOS será conducido por el piloto francés Olivier Thévenin, veterano de Le Mans y de las carreras de GT.
Y el plato fuerte para el final, el Chiron Super Sport 300+ de 2019, que a su llegada elevó el listón a un nivel que antes se creía inalcanzable en un coche de carretera.
Con su motor W16 de 8,0 l y 1.600 CV de potencia, el hiperdeportivo se convirtió en el primer coche de producción en serie en superar la barrera de las 300 mph: concretamente, alcanzó una velocidad de 304,773 mph, que equivale a nada más y nada menos que 490,484 km/h.
El mismo coche que firmó el polémico récord, y a manos del mismo conductor que supo llevarlo al límite, Andy Wallace (legendario piloto de carreras de resistencia y piloto oficial de Bugatti), tampoco podían faltar en West Sussex.
La edición especial Super Sport 300+ se compone de una serie limitada a 30 unidades con un precio unitario de 3,5 millones de euros.
Esta belleza también viste la misma estética que la unidad del Chiron que superó en su día los 490 km/h, en negro y con detalles en naranja. Tonalidades que, dicho sea de paso, ya vestía el Veyron Super Sport que también tuvo el honor de convertirse en el coche de producción más rápido sobre la faz de la tierra allá por 2013.