"¿Por qué no se multa a los ciclistas que incumplen las normas?". Esta pregunta le fue formulada al director de la DGT, Pere Navarro, en mitad del encuentro digital que se celebró con motivo de la entrada en vigor de las nuevas limitaciones de velocidad urbana.
La pregunta no estaba relacionada con el tema del día, pero sin duda ponía sobre la mesa una problemática interesante: la convivencia entre el tráfico motorizado y el tráfico de bicicletas y, por extensión, el tráfico de otros vehículos de movilidad personal.
Navarro respondió, y lo hizo reconociendo que en una primera fase "había que promover el uso de la bicicleta", motivo por el cual "hubo que tener más tolerancia". Esta tolerancia, habrá que deducir, se tradujo en una mayor laxitud con los ciclistas.
Ahora, sin embargo, para el director de la DGT "se puede decir que ya estamos en la segunda fase, en la de consolidación", y será ahora el momento en el que "habrá que aplicar las normas de disciplina que sean necesarias". Sobre posibles hábitos adquiridos y sobre la dificultad de modificarlos no se pronunció el máximo cargo.
Nueva ley para proteger mejor a los ciclistas, pero exigiéndoles ciertas obligaciones
"Ya toca hablar de derechos y también de obligaciones", fue el titular que regaló Navarro a los medios. Y este aviso a navegantes cabe enmarcarlo en un contexto legal: la inminente reforma del Reglamento General de Circulación, que se espera que llegue "a finales de este año", según el director de la DGT, a través del llamado Decreto de Vulnerables.
Esta modificación de la normativa vigente pretende recoger las peticiones de la ONU en materia de seguridad vial para los próximos tiempos, y supone una continuación de las políticas emprendidas hasta ahora a raíz de la Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 y la Declaración de Estocolmo de Seguridad Vial de febrero de 2020.
Esos marcos de actuación establecían la promoción de la movilidad segura para peatones y ciclistas, y fijaban objetivos para la reducción de la mortalidad de los usuarios más vulnerables de la vía, instando a la reducción de la velocidad a 30 km/h en zonas donde los usuarios vulnerables de la carretera y los vehículos interactúan de forma frecuente y planificada.
Ahora, el Marco de política de seguridad vial de la UE 2021-2030 reclama que se haga un mayor hincapié en la promoción de políticas de movilidad activa, especialmente en el ámbito urbano, y en la gestión de cómo están proliferando los usuarios vulnerables en el entramado vial.
De ahí, que se quiera adecuar la normativa a las necesidades de una movilidad urbana segura y sostenible, "estableciendo un nuevo marco de obligaciones y derechos" para peatones, conductores de vehículos a motor, ciclistas y usuarios de vehículos de movilidad personal, según recoge el proyecto de la futura reforma.
Por ahora, se desconocen los detalles de qué obligaciones se exigirán a los usuarios vulnerables, pero el aviso de Pere Navarro a los ciclistas —y también a usuarios de patinetes eléctricos, de hecho— debe tomarse ya como un primer toque de atención para lo que llegará este mismo año, si no hay sorpresas de última hora.
En Motorpasión | Con la velocidad limitada a 30 km/h en vías urbanas no debería cambiar nada... salvo que TODO va a cambiar en las ciudades