La eterna polémica de la velocidad

La eterna polémica de la velocidad
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En el análisis que la edición impresa de Marca Motor hace del Honda Accord 2.4 pueden leerse cosas como éstas:

“El bastidor es más bien rígido lo que contribuye a que las curvas más cerradas las podamos afrontar a ritmos elevadísimos con seguridad. El único pero es el ruido aerodinámico, que llega a ser realmente muy molesto a partir de 140 km/h. y casi insoportable si se pretende viajar aún más rápido. En trazados rápidos, el Accord se muestra intratable, mantiene unos cruceros sin el más mínimo problema por encima de los 180 km/h.”

En Abundando se alude a la contradicción entre velocidades máximas desarrolladas y limitaciones legales. Hay varias cosas que decir: no todos los países tienen las mismas limitaciones, y los coches son los mismos. Además, no hay que confundir las cualidades dinámicas de un vehículo con la velocidad que luego se desarrolle con él. Y a mejores cualidades, más control. Es la potencia, no la velocidad punta lo que hay que considerar. Y la potencia es aceleración, par y capacidad para salir de problemas o realizar adelantamientos rápidos y precisos, sin que ello obligue necesariamente a superar los límites. Por así decirlo, si voy detrás de un camión que va a 80 por una carretera comarcal, prefiero adelantarlo con un Honda Accord 2.4 que con un (poned el que esteís pensando).

Vía | Abundando

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