Pruebas de choque seguro que has visto y más de una, pero ésta es algo especial. Tanto que no alcanzaba a entender exactamente el objeto de estudio de estos ensayos. Lo que más llama la atención es que estos crash-test están realizados a una velocidad de 200 km/h, así que ya puedes imaginar que los destrozos son más que notables. Y además al aire libre, que también es diferente.
Pero hay más. Ante la velocidad de los impactos no puedo apostarme nada muy valioso, pero no me ha parecido ver ningún dummie en el interior. ¿Sospechoso? Es que además el coche que recibe el golpe está frenado con dos bloques de hormigón para causar más daño y llega un momento que parece que se ceban y ya se trata de romper por romper.
Resulta que son unas pruebas realizadas por el Dynamic Test Center de Suiza (empresa que trabaja para fabricantes de automóviles en materia de ingeniería) para concienciar de los peligros de la velocidad al volante. Y el pobre Opel Omega es el que peor parte se ha llevado en estas pruebas, porque lanzan dos unidades de este modelo y también le toca posar para recibir el golpe.
Me quedo con las ganas de ver estos accidentes sin los bloques de sujección, sería más realista.
