Después de que el Gobierno confirmase que, tras el vencimiento de las grandes concesiones de las autopistas de peaje, no iban a renovarse las vigencias de las obligaciones de pago, se ha iniciado el fin de un modelo vigente desde hace casi medio siglo y que afecta a todos los conductores españoles.
Actualmente ya hay una autopista por la que podemos circular sin pagar, la AP-1 en su recorrido entre Burgos y Álava, pero vamos a repasar cuáles son las autopistas que podrán dejar de tener peajes, para convertirse en autopistas gratuitas.
Las autopistas de peaje en las que no habrá que pagar
| Autopista | Tramo | Distancia | Vencimiento |
|---|---|---|---|
| AP-1 | Burgos - Álava | 84 km | 30/11/2018 |
| AP-4 | Sevilla - Cádiz | 85,9 km | 31/12/2019 |
| AP-7 | Alicante - Tarragona | 373 km | 31/12/2019 |
| AP-2 | Zaragoza - Mediterráneo | 220 km | 31/08/2021 |
| AP-7 | Tarragona - La Jonquera | 246,5 km | 31/08/2021 |
| AP-7 | Montmeló - El Papiol | 26,8 km | 31/08/2021 |
La liberalización de la AP-1 a su paso entre Burgos y Armiñón es sólo el primer paso de una senda abierta por José Luis Ábalos, ministro de Fomento, en su camino hacia la determinación de devolver al ente público las carreteras en manos de gestores privados.
Las próximas autopistas en vencer el plazo de su concesión serán los tramos de la AP-4 de Sevilla a Cádiz y la AP-7 entre Alicante y Tarragona, cuando finalicen sus contratos el 31 de diciembre de 2019, aunque habrá que estar atentos a si el Gobierno resultante de las próximas elecciones generales de 2019 mantiene la misma voluntad o decide mantener el formato de privatización.
Las empresas concesionarias afectadas por esta liberalización serán Itinere, Aumar y Acesa (las dos últimas subsidiarias de Abertis) quienes dejarán de prestar sus servicios en las autopistas mencionadas para pasar a ser responsabilidad del Ministerio de Fomento.
De los 1.000 millones de euros que el anterior Gobierno del Partido Popular tenía pensados ingresar por la reprivatización de estas autopistas ahora habrá que ver cómo se gestiona ahora el incremento de gasto que supone el mantenimiento y conservación así como todos los costes derivados de estas carreteras.
En cualquier caso, dejar de ingresar 1.000 millones parece un coste asumible comparado con los más de 12.000 millones de euros entre rescates, pérdidas y compensaciones por reducción de clientes que soportarán las arcas públicas en favor de las concesionarias.
