La presentación de la nueva estrategia del grupo Renault bajo la dirección de Luca de Meo ha dejado unos cuantos titulares. La creación de un gran centro de economía circular y retrofit capaz de producir 100.000 coche al año en 2030, una nueva generación de Lada Niva, Alpine que se convierte en marca de coches eléctricos y un Renault 5 eléctrico han sido los elementos más llamativos. En un encuentro con los jurados españoles del coche del año en Europa, Luca de Meo desveló algunos detalles más acerca del esperado R5 eléctrico.
La llegada al mercado del R5 eléctrico está prevista para el primer semestre de 2024 y, además, ha confirmado que será exclusivamente un modelo eléctrico, no estará disponible con motores gasolina. Para de Meo, el hecho que este modelo se fabrique en Francia es primordial.
Es importante para la imagen del grupo, acusado por los medios galos en los últimos años de fabricar más coches fuera del país que dentro. Que uno de los iconos del automóvil francés se fabrique en suelo galo, mejora notablemente su imagen dentro de su país.
Esto supone un rompecabezas a nivel de costes un tanto difícil. Asegura que “acondicionar la planta y conseguir proveedores que nos puedan asegurar suficiente cantidad de baterías cerca de la fábrica. Es un proceso complejo y largo” y añade: “Si hubiese presentado con este formato un SUV del segmento C, habría sido más rentable, pero no habría tenido el impacto que ha tenido este coche, con menciones en todo el mundo".
El Renault 5 eléctrico, como sospechábamos, vendrá a sustituir el Renault Zoe. Y es que ambos modelos competirían en el mismo segmento y no tendría sentido tener dos modelos luchando por el mismo cliente. “Debe ser un coche de venta, de volumen”, asegura el máximo mandatario de Renault. Para ello, la marca está desarrollando un plataforma eléctrica para el segmento B.
Luca de Meo es también uno de los primeros en reconocer abiertamente que “para democratizar el coche eléctrico” hay que venderlo entre 20.000 y 30.000 euros, porque es el presupuesto de la gran mayoría del mercado europeo. Y la dificultad, para la marca, es hacerlo con un coste lo más contenido posible para poder hacer beneficios. Venderlo a pérdida no tendría sentido.
¿Volverá el R5 Alpine o el R5 Turbo?
Preguntado por Alpine, Luca de Meo ha confirmado lo que ya se había explicado en la presentación del plan estratégico. “Alpine debe ser una mezcla de mini Ferrari y mini Tesla”, dijo de Meo. Alpine seguirá siendo una marca de nicho, pero no tanto como en la actualidad. El futuro A110 será un coche eléctrico, y desarrollado en colaboración con Lotus. Este será el coche halo de la marca, mientras que los volúmenes de venta vendrán de un SUV eléctrico y de un “hatchback” eléctrico.
Lo más probable es que ese hatchback eléctrico sea una versión vitaminada del R5 eléctrico. Primero por razones de costes. Alpine utilizará la plataforma eléctrica del segmento B, es decir, la del R5 eléctrico. Y luego porque a nivel de marketing y de imagen tiene sentido. Es una estrategia que a de Meo le ha funcionado con el Fiat 500 y Abarth. Y con el R5 y Alpine tiene los ingredientes para que esa receta funcione de nuevo.
Así, sencillamente sería el retorno del R5 Alpine, que no del R5 Turbo. Y es que si bien el R5 Alpine original equipaba un turbo, no es el R5 Turbo ni el Turbo 2 que todos conocemos, con motor en posición central trasera y aletas traseras ultra ensanchadas. Dicho esto, si Alpine quiere lanzar también una versión moderna del R5 Turbo 2, aunque sea eléctrica, creo que no le faltaría clientela.
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