BMW 325d, prueba (parte 2)

BMW 325d, prueba (parte 2)
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¿Qué se siente al volante de un BMW Serie 3? ¿Son los motores diésel de BMW tan suaves como afirman? ¿Es cierto que una berlina diésel de 197 CV puede consumir 5,7 litros a los 100 km?

En esta segunda parte de la prueba del BMW Serie 3 os contaré las impresiones de conducción. En cinco días hice unos 1.900 kilómetros, mi idea inicial eran muchísimos menos pero por un imprevisto tuve que recorrerme media España.

La parte positiva es que ésto me permitió familiarizarme por completo al coche, pasando además en un mismo día por escenarios tan distintos como el calor axfisiante de Extremadura y la lluvia veraniega de Galicia.

BMW Serie 3

La conclusión rápida que puedo sacar es que es un coche nacido para devorar kilómetros. Por su motor, por su equipamiento pero sobre todo por su confort de marcha en carretera.

Es un coche que invita a seguir, a no parar más que lo mínimo y que se convierte en el compañero ideal de viaje. Al detenerme en medio del viaje a estirar las piernas, no podía evitar acordarme de mi anuncio favorito de la historia del automóvil, las emociones del Serie 7. Porque me sentía exactamente así, un conductor imperfecto y vulnerable ante la máquina que impasible me pedía seguir haciendo kilómetros, y que me miraba con desprecio y envidia por mi condición humana.

Al volante del BMW Serie 3

BMW Serie 3

Lo primero que llama la atención es la posición del conductor adelantada y baja. Tanto el volante como el asiento son completamente configurables, pero el coche invita a conducir de esta forma, deportiva aunque sin perder comodidad.

Otra cosa que llama la atención es la zona de los pedales, con el piso más bajo que el asiento. En teoría debería ser más cómodo y envolvente, al principio me resultaba extraño aunque a la larga no le encuentro ni ventajas ni inconvenientes a este pequeño detalle.

El volante es pequeño y grueso, y transmite una curiosa sensación de control y aplomo, probablemente por lo grueso que resulta, aunque no es incómodo sino todo lo contrario. Desde sus mandos se pueden manejar elementos básicos del sistema, como subir o bajar volumen y cambiar de pista, aunque para obtener todas las opciones deberemos ir al iDrive, del que hablaremos más adelante.

BMW 325d, 3.0 de 197 CV

BMW Serie 3

El BMW Serie 3 actual cuenta con cinco motorizaciones diésel de entre 143 y 286 CV, y el el BMW 325d me pareció una de las más interesantes porque es justo la que se sitúa en medio en cuanto a potencia. Se trata de un seis cilindros en línea con tres litros de cilindrada y 197 CV a 4.000 rpm.

La valoración general es que se trata de un motor con una respuesta muy potente, aunque progresiva y suave. No da una sensación de “patada deportiva” (para eso están otras versiones), pero garantiza solvencia en cualquier adelantamiento o circunstancia. Su chasis y su distancia entre ejes (2,76 metros) están preparados para potencias mayores, por lo que se adaptan sin problema a esta motorización.

La mayor pega que me encontré con este coche es su caja de cambios. Un tacto poco preciso, lento y pastoso, y una segunda marcha que rascaba siempre. Mi conclusión, comentando el caso con mis compañeros de Motorpasión, es que era un problema puntual de esta unidad y no algo generalizado, al menos el problema al engranar la segunda.

BMW Serie 3

Mención especial se merece su suspensión, con una dureza muy equilibrada. No es una suspensión blanda pero tampoco es incómoda. Después de haber hecho tantos kilómetros por diversos terrenos, me costaría encontrar una justificación para una suspensión de dureza variable (el 325d no la lleva), ya que su configuración me parece adecuada para el 95% de los casos.

¿Y qué hay de la tracción trasera? Es una de las diferencias frente a uno de sus principales rivales, el Audi A4, y un argumento que tiene en cuenta alguna gente a la hora de comprar un BMW o un Mercedes, por “miedo” a esta propulsión.

Lo cierto es que con una conducción normal por carretera no se nota la diferencia. A efectos prácticos sólo pude apreciar diferencia en una rotonda bastante mojada y deslizante, una vez comencé a enderezar el volante para tomar la salida pisé el acelerador para ver la reacción, y el coche tuvo una pequeña tendencia a sobrevirar que el control de estabilidad corrigió inmediatamente. Pero, si no le buscamos las cosquillas, no encontraremos diferencias por ser propulsión.

Otro punto destacable de la marcha es el ruido aerodinamico y la insonorización del habitáculo, muy bien logrados y ayudados por la baja rumorosidad del motor.

Conducción en ciudad

Una pequeña reseña de algunos aspectos de su comportamiento en ciudad. El primero, el hill-holder o asistente de arranque en colina. Merece la pena hablar de él porque es un sistema que en algunos modelos resulta algo intrusivo, pero en este funciona bastante bien. De hecho, pensé que realmente la facilidad para arrancarlo en cuestas se debía a un alto par motor y un embrague muy alto.

Sin embargo, este sistema retiene el coche un par de segundos una vez que soltamos el freno mientra pisamos el acelerador, si tenemos el embrague pisado. Sin embargo, no es necesario acelerar de más para “romper” este freno. Es decir, que si somos ases del embrague, ni nos enteraremos que existe.

Otro detalle que me gustó, y mucho, es el espejo derecho automático en aparcamiento. Cuando metemos la marcha atrás, el espejo derecho se baja para mostrarnos el bordillo, algo que es de enorme ayuda para hacer un buen aparcamiento y no rascar las llantas.

Consumo y eficiencia del BMW Serie 3 diésel

El BMW 325d tiene una cifra de consumo homologado de 5,7 litros a los 100 km. No le he hecho ninguna prueba de hypermilling, la conducción eficiente extrema se la dejo a mi compañero Javier.

De todos los kilómetros que he hecho con el coche, he dividido el consumo en tres tipos de conducción: dinámica (sin llegar a ser deportiva), normal (despreocupada) y eficiente (sin excesos).

BMW Serie 3

Estos fueron los resultados (consumo medio / kilómetros / velocidad media según el ordneador de viaje)

  • 7,6 litros a los 100 km / 525 km / 71 km/h – Conducción dinámica, sin llegar a ser deportiva. Principalmente autopista y ciudad.
  • 7,0 litros a los 100 km / 713 km / 110 km/h – Conducción normal, sin apretar el coche pero sin preocuparse del consumo.
  • 6,6 litros a los 100 km / 634 km / 95 km/h – Por autopista a 120 km/h reales, utilizando el indicador de cambio de marcha y el control de velocidad, además de paradas y ciudad.

Los dos primeros no necesitan mucha explicación, el tercero es matizable. ¿A qué se debe esa diferencia de 0,9 litros? ¿No se pueden alcanzar los 5,7 litros? Lo cierto es que, como siempre ocurre con los consumos homologados, se logran con una conducción eficiente y a velocidades bajas (80-100 km/h).

La diferencia es que, con un coche que a 120 km/h va estable como si fuese parado, y con un motor de 200 CV, es difícil ir lento. Y no hablo necesariamente de superar velocidades legales, sino de aprovechar su potencia para adelantar o acelerar, algo lógico por otra parte.

BMW Serie 3

En lo que se refiere a confort del motor, a 120 km/h por autopista en llano el motor va a algo menos de 2.000 rpm y consumiendo 5 litros a los 100. Visto así, es posible que los 6,6 litros de mi conducción eficiente pudiesen bajar si hubiese sido un recorrido más llano que Galicia – Madrid.

Mi conclusión es que los consumos homologados son posibles, pero para no aprovechar el coche no merece la pena adquirir un motor así. El consumo con un uso real se puede parecer más a los que indico, que por otra parte no es malo. Claro, que siempre puede crecer si queremos jugar más con él.

El coche recomienda la marcha adecuada en cada momento de una forma nada intrusiva. Es útil para modificar nuestro estilo de conducción, ya que tendemos a apurar demasiado las marchas incluso cuando no es necesario. Básicamente, si vamos a más de 70 km/h acelerando poco ya nos recomienda sexta de forma constante. Incluso si aceleramos no nos pide bajar a quinta, salvo que pisemos el pedal bastante.

Claro que esta recomendación de marcha hay que utilizarla con criterio: en carreteras sinuosas el coche recomienda utilizar marchas demasiado largas, que no serían demasiado seguras si nos encontramos un imprevisto.

Continuará...

En Motorpasión | BMW 325dParte 1, Parte 3 y Parte 4

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