Probamos el Volvo XC40 Black Edition: más apetecible por fuera para el mismo SUV de gasolina con etiqueta ECO

Ya hace siete años que Volvo estrenó su primer SUV compacto: el Volvo XC40. En este tiempo se ha convertido en el superventas de la firma sueca en España: este 2024 va por más de 6.800 unidades vendidas superando en más del doble al XC60, su segundo modelo de referencia en nuestro mercado. No sorprende, los SUV compactos mandan en España. También en Europa.

El Volvo XC40, que es además el Volvo más barato, ya solo está disponible con mecánicas gasolina mild-hybrid, además de su versión eléctrica Recharge (que ha pasado a denominarse EX40). Este todocamino acaba de actualizarse con ajustes de equipamiento y estrenando un nuevo acabado de traje exclusivo: el Black Edition. Ya lo hemos conducido con este nuevo acabado y en su mecánica microhíbrida más potente de 197 CV.

El mismo Volvo XC40 de siempre, pero con nuevo acabado

El Volvo XC40 poco cambia en esta nueva puesta al día: sigue siendo el mismo SUV compacto de 4,4 m de largo y 1,8 m de ancho. Su distancia entre ejes se mantiene en 2,7 m y ofrece un maletero de 443 litros, ampliables a 1.319 litros. Su capacidad es idéntica en las dos mecánicas mild-hybrid disponibles.

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Su habitabilidad y diseño ya lo analizamos al detalle cuando lo probamos en su lanzamiento. En todo caso hablamos de un todocamino compacto con buen espacio para las piernas y cabeza en las plazas traseras. Como es habitual, la central es menos cómoda y más estrecha.

Todo al negro: nueva versión Black Edition. Las novedades en el Volvo XC40 son esencialmente de equipamiento. Estrena una rediseñada pantalla de nueve pulgadas, que sigue siendo de disposición vertical e integra Android Automotive OS.

Es decir que tiene el sistema operativo de Google y por tanto apps integradas como Google Maps o el asistente inteligente Google Assistant, que además permite manejar dispositivos del hogar si tenemos el altavoz de Google. No obstante, también dispone de conexión Android Auto y Apple CarPlay, por cable, pero no lo necesitaremos para activar el Maps.

Además estrena un nuevo acabado, el Black Edition que, por precio, se cuela entre los dos acabados más completos de equipamiento. Esta nueva versión se distingue por dar protagonismo al color negro: las llantas de 20 pulgadas son en Negro Onix mate, la parrilla delantera viste en negro brillante con el logo de Volvo en esta tonalidad y en el interior encontramos el techo en color Charcoal.

Todos estos elementos le sientan muy bien al Volvo XC40, con un aspecto premium y a la par deportivo que recuerda a las líneas de acabado de BMW y Audi, marcas con las que compite la firma escandinava.

Además, el Volvo XC40 ofrece un nuevo color para la carrocería en el resto de acabados: el arena Sand Dune. Y suma de serie el obligatorio Asistente Inteligente de Velocidad (ISA), que emite un aviso sonoro cuando superamos el límite de velocidad. Decir que si bien se desactiva desde el puesto de conducción hacerlo no es nada intuitivo: se hace desde el mando izquierdo del volante, pero no va indicado propiamente.

Al volante del Volvo XC40 Black Edition

El Volvo XC40 en este acabado, como en general el resto de versiones, es un SUV que destaca por su calidad percibida, con un diseño sobrio y elegante. Las superficies son de tacto gomoso incluso la zona superior del salpicadero y lo acompaña con molduras varias. Tampoco abusa del negro piano, aunque lo lleva en una parte del túnel central, una de las zonas más sucias del coche.

Con el todocamino compacto de Volvo hemos hecho un viaje largo, siempre por autopista, y me ha parecido un coche estupendo para devorar kilómetros. La postura erguida de los asientos delanteros es muy confortable y la espalda no sufre tras varias horas al volante. Además en el Black Edition el cojín es extensible para las piernas, un punto a favor para personas altas.

Destaco sobre todo su suspensión, muy equilibrada: firme, pero no dura. Absorbe a la perfección cualquier irregularidad del terreno sin acusar bamboleos en curvas a velocidad elevada. A ello se añade una cabina muy bien insonorizada. Menos me ha gustado la dirección, quizá excesivamente blanda incluso aunque la ajustemos para que ofrezca mayor resistencia.

Siendo el XC40 gasolina más potente (B4), sus 197 CV son más que suficientes para este SUV compacto que roza los 1.700 kg de peso. El tacto del acelerador es directo y responde rápidamente si pisamos a fondo. Quizá sí que he echado de menos levas en el volante, ya que la única manera de manejar su cambio automático en modo manual es con la palanca de cambios. Tampoco dispone de un selector de modos de conducción como tal, aunque desde la pantalla central podemos configurar ciertos parámetros dinámicos al gusto. Algo que en todo caso tendremos que hacer antes de iniciar la marcha.

En este aspecto, una de las notas negativas del Volvo XC40 es que tiene pocos mandos físicos fiando demasiadas funciones al display. Debajo de la pantalla solo encontramos una ruleta para manejar el sistema multimedia y algunas funciones de la climatización como el antivaho para el parabrisas o la luna trasera. El resto se maneja desde la propia pantalla y, aunque queda fijo abajo, no se pueden regular al tacto. Es verdad que Google Assistant los ajusta por voz, pero siempre es más cómodo una ruleta o un botón.

A cambio, sí que me ha gustado mucho la vista de la instrumentación digital cuando llevamos activado el Google Maps: el zoom es perfecto y va mostrando diferentes avisos como radares fijos, obras, carriles cortados... Así, no tenemos que desviar la mirada al display central y tampoco llevarlo visible en esta pantalla, aunque con un zoom más amplio sí que nos sirve para ver el recorrido en su conjunto.

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En general este XC40 es un coche muy cómodo en autopista y al no ser excesivamente grande se maneja bien en ciudad o para maniobrar. Su maletero cumple en tamaño igualmente si llevamos bastante a cuestas. Este acabado Black Edition, por cierto, está disponible también en su mecánica de acceso, también mild-hybrid y de 163 CV.

¿Qué equipa el Black Edition? Más allá de su estética diferencial este acabado es muy completo. De serie encontramos por ejemplo el sistema de audio Harman/Kardon con 14 altavoces, subwoofer y sonido envolvente. La instrumentación es de 12,30 pulgadas, la pantalla multimedia de nueve pulgadas, y suma maletero apertura eléctrica con función manos libres, arranque sin llave, sensores de aparcamiento o cámara trasera, entre otros.

Tampoco faltan sistemas de asistencia: además de los obligatorios como frenada automática de emergencia o el mencionado ISA, encontramos aviso activo por salida de carril, detector de ángulo muerto, asistente activo por tráfico cruzado trasero o control de crucero adaptativo con asistente de atascos Pilot.

Desde 49.893 euros

Si bien el Volvo XC40 arranca en los 42.600 euros, el Black Edition más asequible hace lo propio en 49.893 euros. Y si optamos por el de 197 CV nos vamos a los 52.338 euros. No hablamos pues de un coche barato, pero al final se trata de un modelo premium.

El Audi Q3 Sportback, con el que rivaliza, en su acabado Black Line arranca en los 45.640 euros, pero con mecánica gasolina 35 TFSI de 150 CV, menos potente y que no va electrificada. Y el BMW X1 más asequible parte de los 44.700 euros siendo también gasolina sin hibridar y de 136 CV.