Uno de los segmentos que más está mejorando con el paso de los años es el segmento A, donde los coches pequeños ya son eso, pequeños, pero ya no es sinónimo de coche cutre en la mayoría de los casos. Algunos fabricantes se nota que se han esforzado, y en este caso me refiero al japonés de los tres diamantes.
El Mitsubishi Space Star es un simpático utilitario que mide 3,71 metros de largo, según la marca no solo es una alternativa en el segmento A. También se plantea como una opción frente a los coches más sencillos del segmento B, planteamiento similar al del Nissan Micra o versiones básicas de los superventas.
Tenemos varios argumentos a favor del Space Star, que retoma el nombre de un monovolumen vendido hace años. Podemos decir de él que tiene una relación coche/precio realmente atractiva, que los motores son solventes o que maniobra muy bien... pero tiene otras virtudes a considerar.
Un coche de orígenes humildes
El Space Star es la versión europea del Mirage, coche pensado en mercados globales de fabricación tailandesa, se pensó para ser económico, moderno y que pudiese adaptarse a distintos escenarios. Y eso se puede notar a la hora de conducirlo, tiene prestaciones SUV ocultas, pero sin que lo parezca a simple vista.
El dossier de prensa no hace mención alguna a esas capacidades. Tiene la suspensión blandita y se atreve con todo. Se pueden pasar los resaltos urbanos a velocidades legales (otros coches casi se parten en dos haciendo eso) e incluso salirse de carretera y meterse en un campo de baches sin que proteste lo más mínimo.
El que os escribe no está bajo la influencia de ningún psicotrópico. Sus generosos recorridos de suspensión y altura libre le permiten desparpajo como varios SUV, porque se diseñó para circular por unas carreteras lamentables. Como hacían los utilitarios de antes, no necesitaban añadidos estéticos para ir por caminos sin miedo a romper nada.
Pero pasemos a la carretera, que es un entorno más habitual para él. La versión probada es de 80 CV, es decir, 120 MPI. Mitsubishi España no tenía en la presentación disponibles unidades del modelo básico de 71 CV, con un equipamiento inferior, aunque solo 900 euros más barato.
La marca cree, y estoy de acuerdo con ellos, en que la mayoría de Space Star que se venderán serán de 80 CV, con el motor 1.2 MIVEC de tres cilindros. Funciona a gasolina, y no habrá Diesel, pero tampoco se echará de menos porque sus consumos son muy razonables. Incluso abusando del pedal del acelerador, gasta poco.
Dentro de ciudad se desenvuelve muy bien porque solo necesita 9,2 metros para hacer un giro de 180 grados entre aceras, un dato de los mejores del segmento. La dirección asistida es blandita y permite agilidad, aunque la dirección es muy indirecta y hay más de tres vueltas de volante entre topes.
Un motor marchoso y con voluntad
Cuando llegamos a un semáforo se activa el sistema _AS&G_, es decir, un Stop&Start, detiene el motor casi sin darnos cuenta. Pisando el pedal del embrague arranca de nuevo, y es razonablemente rápido, incluso saliendo con decisión con disco verde. Si nos precipitamos no pasa nada, dejamos el embrague pisado y arranca otra vez.
En el ordenador de a bordo, que hay que accionar metiendo la mano dentro del aro del volante, podemos ver cuánto tiempo ha estado el motor apagado. Eso es gracias a una enorme batería de 66 Ah, que acumula energía para evitar al ralentí. Me preocupa un poco lo que costaría reemplazarla.
Desde luego para ciudad esos 80 CV van sobrados, salvo que queramos circular en quinta por debajo de 50 km/h. El desarrollo es muy largo para eso, pero la cuarta va bien, poco más de 1.500 RPM, y el motor responde bien a pesar de ser atmosférico. La explicación está en el sistema MIVEC, es decir, apertura variable de válvulas.
En carretera abierta se ve que no es ningún cohete acelerando, pero son prestaciones muy razonables. Alcanzar 100 km/h en 11,7 segundos está bien para un coche así, y la punta de 180 km/h no está nada mal para esa potencia. En lo que sí es más perezoso es en recuperaciones, las marchas son más largas que un día sin pan.
Basta con comprobar que se pueden superar los 100 km/h en segunda, y ¡150 km/h en tercera! El corte de inyección llega pasadas las 6.500 RPM. Adelantando la cuarta y quinta son excesivas, pero la segunda y tercera son muy estrujables. Debo admitir que para tener 80 caballitos el Space Star tiene "marcha".
La explicación viene dada por el peso. Con dos adultos no se superan los 1.000 kg, es un coche ligero, y además la aerodinámica le ayuda en autopista. Creo que para el cliente habitual de estos coches está bien motorizado, no me dio la sensación de conducir un cepo, y eso sí me ha pasado con varios coches del segmento.
El consumo de gasolina varió entre los 5,8 l/100 km que hizo un compañero del ramo que iba conmigo, y los 6,6 l/100 km que me hizo, tras haber hecho una conducción muy exigente en términos de recuperaciones y velocidad. Trataba de convertirlo en un Speed Star. Para haber ido tanto tiempo a cuchillo, es un consumo muy razonable (si el ordenador es mínimamente preciso).
La homologación para este motor es 4,3 l/100 km, veo posible acercarse a esa cifra con una conducción suave, sin pasar de 3.000 RPM, y manteniendo el indicador ECO a la máxima puntuación, tres rayas. No es una puntuación histórica, evalúa cuánto se pisa el acelerador en cada momento, instantáneamente.
En cuanto al agrado de uso, para ser un tricilíndrico no me ha parecido desagradable, el aislamiento me parece correcto en ruido y vibraciones. No es el más silencioso del segmento pero creo que en ese sentido no va a decepcionar a nadie. Es más, el Space Star es bastante cómodo para la categoría que hablamos.
Un auténtico "todocamino"
La ventaja de la suspensión blandita es que absorbe muy bien las imperfecciones del terreno. Además, los asientos tienen un mullido generoso y no tendremos la sensación de estar sobre un montón de alambres con un poco de tela por encima. Veo posible hacer un viaje largo sin mentar a los diseñadores al término del trayecto.
La pega es que balancea, y en las rotondas o carreteras de curvas notaremos que el coche no invita a ir rápido. Probando a conducirlo en plan RallyArt se verifica que tiende a subvirar y que el control de estabilidad tiene que actuar. En ningún momento Mitsubishi nos lo vende como un "deportivo", han sido sinceros.
No todo iban a ser alabanzas. El volante no se puede ajustar en profundidad, lo que limita las posiciones al volante. En mi caso, he podido sentarme correctamente, sin tocar nada con las rodillas ni estar excesivamente separado. Mido un poco más de 1,7 metros.
No tiene tanto "Space"
Pero si nos acercamos a 1,9 metros vamos a rozar la cabeza con el techo si tenemos un peinado estándar. La banqueta del conductor no se puede subir ni bajar, solo se cambia el ángulo de la parte inferior. El pasajero lateral ni eso, solo se ajusta en longitud e inclinación del respaldo.
Las plazas traseras son un poco más espaciosas, pero con menor altura disponible. Además, la plaza central va un poco justa para adultos, que es lo habitual en coches de este tamaño. Algunos rivales no se complican y homologan cuatro plazas, pero el Space Star homologa cinco.
¿Qué hay del maletero? Pues ofrece 235 litros, un poco más de lo que ofrecía el retirado Colt (era más grande). Respecto a la competencia, está dentro de la media. No encontraremos rueda de repuesto sino un kit de reparación de pinchazos. Hoy día es lo más normal, en este y otros segmentos. Se puede pedir la "galleta" sin sobrecoste.
Echemos un vistazo al interior. Hay varias cosas que uno no espera encontrar en un coche de segmento A, como el climatizador automático, conector USB (en guantera), mandos en el volante, Bluetooth, ordenador de a bordo, ajuste eléctrico de los espejos retrovisores, control de crucero o equipo de música con CD.
Eso con el equipamiento _Motion_ asociado al motor de 80 CV. Si nos decantamos por el básico, el _Challenge_, no tendremos todo eso pero no faltará el aire acondicionado, ordenador, puerto USB, elevalunas delanteros eléctricos, equipo de música o la dotación básica de seguridad (a la que nada le falta).
Vale, no tiene una tableta táctil _reshulona_ como algunos rivales, pero eso de poder controlar el sistema Bluetooth por voz me gustó mucho. El equipo de música es mucho mejor a lo que se ofrecía hace pocos años en el segmento, y no hay que echar la vista muy atrás para encontrarnos coches de este segmento con radios de carátula extraíble, y si la traían.
Resumiendo, amigos, el Space Star es un coche muy apetecible, miremos los precios. Sin descuentos, ni PIVE ni nada, serían 11.750 euros por el 100 MPI _Challenge_. Pero la marca lo deja, con PIVE y promociones, en 8.600 euros. Si queremos el potente y equipado, 900 euros más. Claramente cunde más el 120 MPI _Motion_.
Si ajustamos diferencias de equipamiento con la competencia, es de los más interesantes del mercado, pero se venderá poquito solo por ser de una marca con menor visibilidad. Mitsubishi España habla de 2.000 unidades al año, que bien podrían ser más si el cliente típico del segmento A lo conociese. Por nuestra parte, dicho queda.
Solo hay dos versiones, cuatro colores de carrocería y como único extra la pintura metalizada. Y ya. Es fácil elegir, por tanto. No habrá versiones Diesel, ni automáticas (de momento), ni de combustibles alternativos. Viene con 100.000 kilómetros de garantía o tres años, lo que antes ocurra.