Mercedes SL 350, prueba (parte 2)

Mercedes SL 350, prueba (parte 2)
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Si el exterior del Mercedes SL destaca por sus líneas puras y finas con pocas concesiones a la deportividad más irracional, el interior sigue el mismo esquema con altas dosis de confort.

A pesar de ser un biplaza, el habitáculo del Mercedes SL puede llegar a recordarnos más al de una berlina de gran tamaño tipo Mercedes Clase S o Audi A8 que al de un Lotus Elise.

Y es que todo en él está pensado para que los ocupantes se sientan como en el salón de su casa, comenzando por las amplias butacas. Y hablamos de butacas porque los asientos del Mercedes SL son tan voluminosos que permiten a sus dos pasajeros rodar cómoda y placenteramente los kilómetros que sea necesario.

Mercedes SL 350

Son asientos cuyo mullido es blando y que recogen bien el cuerpo gracias a las múltiples regulaciones eléctricas del los asientos multicontorno, un extra que cuesta 1.412,10 euros y que permite adaptarlos a la figura de cualquier persona.

También es seña de identidad de la cada los mandos para ajustar la posición del asiento, que están situados en cada una de las puertas y cuyo uso es muy sencillo e intuitivo porque directamente ves que pieza del asiento estás moviendo.

Y que decir del salpicadero, lo cierto es que poco tiene que envidiar al de un Mercedes Clase S. La disposición de los mandos es exacta a la de la mayoría de Mercedes. La zona central del salpicadero está presidida por dos salidas de aire de forma circular, bajo las que se encuentra una consola central de gran tamaño que separa las plazas delanteras al mismo tiempo que baja en forma curva.

Mercedes SL 350

Como es habitual en Mercedes los mandos de climatización, y manejo de la radio, son cómodos y bastante intuitivos. Es más, el climatizador está compuesto por dos esferas y pocos botones, como si estuviésemos ante un coche sin climatizador. Las pantallas digitales brillan por su ausencia en este punto.

Lo que más me gustó del interior del SL, además de la calidad de todos los materiales que lo componen, es el tamaño que tiene todo. Nada de agobios innecesarios y no encontrar un hueco para dejar objetos. En el SL todo está pensado para que tanto el conductor como su acompañante estén cómodos, y este es sin duda una de sus mejores armas de seducción.

Lo único que sinceramente no entiendo es la palanca de marchas. La unidad de pruebas incorporaba el cambio automático 7G-Tronic, que como su propio nombre indica, tiene siete marchas. Dispones de levas en el volante, que por cierto peca por un aro demasiado grande, pero además de las levas puedes seleccionar la marcha necesaria moviendo la palanca a izquierda y a derecha, en lugar de adelante y atrás. Ver para creer, aunque es algo habitual en Mercedes.

Mercedes SL 350

Tras los asientos delanteros encontramos un amplio hueco, muy cómodo para dejar por ejemplo el abrigo cuando montamos en el coche y no queremos abrir el maletero. Un espacio muy amplio que además no resta capacidad al maletero, que dispone de 339 litros.

Cuando la capota se guarda en el maletero también disponemos de un espacio bastante grande para el equipaje. Todo a lo grande.

Airscarf, con el cuello calentito en todo momento

La unidad de pruebas incorporaba el sistema Airscarf que estrenó el Mercedes SLK en el año 2004. Básicamente se trata de unos ventiladores que echan aire caliente justo por debajo del reposacabezas, un detalle que se agradece cuando quieres disfrutar de la conducción descapotada en un día de invierno, como hice yo.

Mercedes SL 350

El Aiscarf se nota desde que lo activas, y tiene tres niveles de intensidad para adaptar la temperatura a cada necesidad. Junto con los asientos calefactables y ventilados (1.545 euros), forman un conjunto perfecto para esos días en los que apetece sacar la capota para desconectar del mundo real.

Si la calefacción de casa te parece cara, ojo porque el sistema Airscarf cuesta 729 euros. Si eres de los que te gusta usar el coche en modo descapotable cuando realmente se disfruta, en primavera y otoño, te recomiendo que lo incorpores al equipamiento de tu coche.

Continuará...

En Motorpasión | Mercedes SL 350, prueba (parte 1)

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