Ahora que ya conocemos el nuevo Ford Kuga, vamos a verlo en su salsa, que no es otra que la que acompaña al viento que sopla en la Albufera valenciana. Nos hemos trasladado hasta Almussafes para realizar esta toma de contacto con el Ford Kuga en el mismo lugar en el que está saliendo de fábrica y desde donde se exportará a medio mundo.
Para saber qué se siente a los mandos del nuevo Ford Kuga, los responsables de la marca del óvalo azul en nuestro país han dispuesto dos versiones de una misma motorización, la 2.0 Duratorq TDCi, con transmisión manual y automática Powershift. De momento no hay unidades del 1.6 EcoBoost para que las catemos. Más adelante, todo se andará...
Nuevo Kuga, desde Ford Almussafes
Nos llevan a que conozcamos un poco más el nuevo Ford Kuga, y lo haremos al son de las máquinas que le dan vida en la cadena de montaje, donde comparte su espacio con los C-MAX y Grand C-MAX que produce la planta de Almussafes. Allí, una pancarta nos saluda:
Nuevo Kuga: De España para el mundo
En una sala anexa nos cuentan que el Kuga supone el mayor despliegue de tecnología realizado por la marca en Europa. Sobre los sistemas de ayuda que incorpora (Active Park Assist, BLIS, Active City Stop, Lane Keeping Aid, Lane Departure Warning, Auto High Beam, Driver Alert, Traffic Sign Recognition, Curve Control, Sistema de Mitigación de Vuelco y Control de Balanceo de Remolque), flota en el ambiente el orgullo relativo al sistema de tracción total que han creado en Ford:
El nombre que le han dado es Intelligent All-Wheel Drive, y la idea es que a base de analizar sistemáticamente el perfil del terreno, el sistema determina qué ruedas necesitan más par y actúa en consecuencia. Dado que el ritmo de trabajo es muy elevado, del orden de 40 evaluaciones cada 16 milisegundos, el control de tracción casi llega a adelantarse a las irregularidades del suelo.
Se trata de un sistema que ya se vio en el último Salón de Ginebra, pero que ahora es una realidad. El Intelligent All-Wheel Drive va informando al conductor en cada momento de cómo se realiza el reparto de par, y promete una reacción casi instantánea. Habrá que verlo sobre el terreno, porque en la animación desde luego queda muy bien:
Nos cuentan también, además de todo lo que adelantamos ayer al hablar del Ford Kuga, cómo funcionan de forma integrada los sistemas para conseguir que el habitáculo sea especialmente silencioso y que incluye cristales más gruesos, uniones más fieles entre los elementos y todo tipo de pequeños avances para minimizar las fricciones.
Es llamativo el hecho de que el aislamiento acústico se evalúe mediante conversaciones mantenidas dentro del modelo para determinar qué porcentaje de palabras se pierden con el ruido del motor y del viento. En el caso del Ford Kuga, este curioso juego del teléfono roto apenas deja un 5 % de palabras que se lleva el viento, literalmente.
Otras pruebas han consistido en plasmar el sonido con la ayuda de un software específico y un espejo acústico que proporciona a los ingenieros pistas sobre cómo reducir el ruido no deseado. En el fondo, son curiosidades que nos ayudan a abundar en la idea de que cualquier detalle menor equivale a varios montones de horas de trabajo.
Y ahora viene cuando se trata de decidir si todo ese trabajo redunda en un resultado positivo, o si por el contrario hay elementos en los que se habrán echado muchas horas sin que se note demasiado. En otras palabras, ha llegado el momento de echarle un ojo al nuevo Ford Kuga.
Aspecto exterior del nuevo Ford Kuga
En el exterior, encontramos un compromiso entre el Ford Kuga anterior y la nueva imagen de Ford, iniciada por el Focus y continuada por el B-MAX y el Fiesta. Es un juego estilístico de retoques sobre unas dimensiones que han aumentado en longitud y han disminuido en anchura. Todo, sin grandes variaciones de tara entre ambas generaciones.
Por el lateral, desde luego, queda un conjunto muy equilibrado y estéticamente agradable. Las líneas que dibujan el techo descendente y las ventanas de formas ligeramente truncadas ayudan a que el Ford Kuga gane en dinamismo por encima de ser un vehículo robusto. Los flancos marcados ayudan a aumentar la solidez y le otorgan la fuerza que se espera en un todocamino.
Como el Kuga es un modelo global que parte de un diseño local, cuenta con algunos rasgos a los que hay que acostumbrarse. Un ejemplo de esto es el frontal, más americano que europeo, donde la parrila se divide en dos, cediendo mucho protagonismo a la franja central del paragolpes. Esta destaca junto con la parrilla inferior que queda flanqueada por las grandes bocas laterales.
Mientras, la zona de los faros intenta suavizar la imagen general, tanto con la envolvencia de las mismas ópticas como con las líneas sinuosas que perfilan la cubierta del vano motor. Se trata de un continuo juego entre compromisos que se observa a lo largo de todo el Kuga.
La zona posterior, por su parte, recoge herencias asiáticas y europeas, con unas formas rectilíneas muy marcadas que confieren a la zaga una gran verticalidad y que no hacen sino aumentar la sensación de tener un conjunto estrecho y alto, casi más propio de un monovolumen que de un SUV.
Se trata de una sensación que intentan compensar tanto la luneta, baja y ampliada visualmente con la ayuda de un grueso marco oscuro, como los envolventes faros que apuntan hacia el nervio transversal que marca el centro del portón. También contribuye a este intento de compaginar las formas el juego cromático presente en la zona inferior de la trasera.
Como resultado de todo esto, tenemos un diseño llamativo pero bien resuelto. Por otra parte, las calidades de los acabados y las capas de pintura se aprecian a simple vista, ya sea en un tono tan arriesgado como el Verde Ginger Ale que acompaña a estas líneas y que está disponible en todo el mundo, como en el tono que vemos en la otra unidad, Gris Sterling, que es específico para Europa.
Como SUV acaba cumpliendo con su imagen pese a todo. Y como todoterreno puro, no resulta tan urbanita como otros modelos que da más respeto meterlos en el campo. La vocación del Ford Kuga es amplia, así que el concepto en el que se basa su diseño debe serlo también.
Aspecto interior del Ford Kuga 2013
En el interior, encontramos un habitáculo que nos suena del Ford Focus, del Ford B-MAX y del Ford Fiesta, pero que sorprenderá a quienes estén acostumbrados a la edición previa del Ford Kuga. En efecto, la imagen se ha unificado y ahora el SUV de la marca del óvalo habla el mismo código visual que sus compañeros de gama.
Así, tras el volante encontramos la práctica pantalla multifunción que conocemos ya. Su lectura es clara y permite hacer el seguimiento de las variables más comunes. Además, en los Kuga 4x4 la pantalla tiene un valor crucial, ya que es ahí donde obtenemos la información del reparto de par.
Los mandos resultan cómodos al tacto y no aportan demasiadas sorpresas, salvo el conmutador de las luces, que se ve extrañamente... antiguo para un modelo tan evolucionado tecnológicamente como el Kuga. La parte positiva es que lo podemos llevar en modo automático y olvidarnos de él.
También tenemos una zona central presidida por un sistema de audio y navegación común al resto de modelos, y eso tiene sus ventajas y sus desventajas. La principal ventaja es que vista una, vistas todas, no hay sorpresas. La principal desventaja está en la elección de la pantalla, de sólo 5 pulgadas, que queda algo pequeña en un vehículo tan grande.
La acomodación en el asiento es más que correcta, aunque puede resultar complicado encontrar la altura de conducción deseada. Aunque la visibilidad es buena, resulta fácil quedar demasiado alto, lo que veremos fácilmente cuando comprobemos que el panel de instrumentos no nos ofrece una lectura clara de los elementos.
Pasando revista a otros puntos de atención que llaman la atención en el Ford Kuga, no podemos dejar de lado, antes de emprender la marcha, el techo solar deslizante que incorpora. Es práctico, ya que su funcionamiento dispone de varias fases: de un lado, tiene la parte de cortina corredera. Del otro, incorpora la ventana superior que puede pivotar o abrirse para que disfrutemos del aire libre.
Y además, aquí tenemos a la vista uno de esos ejemplos de los detalles que comentábamos antes. Para evitar el efecto del viento al entrar en el habitáculo, son varios los ajustes que se han realizado en puertas y ventanas. El de la ventana del techo es curioso: se trata de un pequeño deflector que se despliega al abrir el techo solar.
Nos entretenemos también con uno de los inventos que trae el Kuga y que, hasta que no te dicen cómo funciona, es muy útil para echarse unas risas. Se trata del portón de apertura automática que se acciona con el pie. Resulta que funciona detectando el movimiento combinado de la pantorrilla y el empeine (además de tener que llevar encima la llave, claro).
Los ensayos dan un poco para todo, algo así como quien intenta utilizar un secamanos que no ve nuestras manos o cambiar de canal de televisión con un mando sin pilas. Al final, reprimimos la tentación de liarnos a patadas con el coche. Eh, y en algunos de los intentos hasta conseguimos que el portón se abra y se cierre. Eso sí, al saber cómo funciona, el juego pierde la gracia.
En fin, ahora que nos ha dado un poco el aire, vamos a ver qué tal se comporta el Ford Kuga en la provincia de Valencia. Nos moveremos desde Manises hasta Almussafes, pasaremos por la capital de la Comunitat Valenciana y también recorreremos las montañas y el incomparable paisaje de la Albufera. Y si nos queda un rato, lo mismo paramos por el camino para degustar un arrocito, que apetece.
Todo, combinando carreteras reviradas con largos tramos de autovía y salpicados con un ratito de circulación urbana. Ah, y un tramito de off-road para ver cómo funciona el reparto de par. Al final, habremos visto hasta qué punto se diferencian las versiones de transmisión manual y automática del 2.0 TDCi de 163 CV y 340 Nm de este nuevo Ford Kuga.
Continuará... Continúa
En Motorpasión | Ford Kuga 2013