Probamos el Audi A1 Citycarver: el utilitario que no quiere ser SUV es más alto pero igual de dinámico (y más caro)
Con la moda de los SUV haciendo estragos en otros segmentos, las marcas se afanan por captar la atención de los clientes. Este es quizá el caso del Audi A1 Citycarver, un coche que evoluciona sobre el Audi A1 Sportback que llegó al mercado en el pasado año 2019.
Manteniendo la misma base que el utilitario premium, el A1 Citycarver añade elementos diferenciadores para ganarse miradas, como una altura libre al suelo ampliada, elementos de inspiración SUV o un equipamiento ligeramente superior. Lo hemos probado a fondo y te vamos a contar si tiene o no tiene sentido este coche situado deliberadamente en tierra de nadie.
Audi A1 Citycarver: ni SUV, ni utilitario
El Audi A1 Citycarver es un utilitario venido arriba, literalmente. Tiene 4.046 mm de largo por 1.756 de ancho (sin retrovisores) y 1.483 de alto. Estas cotas cambian con respecto al A1 Sportback, pero de manera mínima. La longitud de 17 mm superior y la anchura gana 16 mm. Lo que más cambia es la altura que crece 76 mm desde los 1.409 mm. La batalla se conserva en 2,65 metros y el peso sube unos 40 kg.
¿Llega a ser un SUV? No, en absoluto. Ni siquiera podríamos llamarlo todocamino. ¿Sigue siendo un utilitario? Pues tampoco, porque es más alto y con algunos rasgos de aspecto SUV. Entonces, ¿qué es el Audi A1 Citycarver? Pues, es una pregunta difícil de responder.
Audi ha querido jugar una baza un tanto arriesgada con este modelo, al posicionarlo en una tierra de nadie. No es ni un A1 Sportback, ni un Allroad, ni un integrante de la familia Q de SUV de los cuatro aros. Es un coche con una personalidad única en la marca y casi también en el mercado.
Se trata de un coche planteado para un público muy concreto, el de aquellos que buscan un coche de tamaño contenido y carácter urbano que se quieran beneficiar de algunas de las ventajas de los SUV pero sin llegar a meterse en el segmento de los todocaminos. ¿Y cuáles son esas ventajas? Pues una altura mayor y algunos rasgos estéticos más duros.
Estéticamente la principal distinción entre un Citycarver y un Sportback la podemos encontrar en ciertos rasgos. El más llamativo es la doble entrada de aire que el Citycarver tiene justo donde termina el capó, sobre la parrilla singleframe. En el A1 Sportback esta entrada tiene tres aberturas.
Otra característica fundamental es que la propia parrilla cambia notablemente y que cambia los seis lados del A1 Sportback por ocho en el A1 Citycarver. Una parrilla que, además, utiliza un entramado diferente, heredado de la que se utiliza en los SUV de la casa alemana.
El resto de detalles estéticos intentan dar al Citycarver un aire todoterreno, como el perfil inferior del paragolpes delantero con un acabado en símil aluminio que se repite en la parte trasera, las protecciones en bajos o los pasos de rueda en negro.
Pero la mayor diferencia del Audi A1 Citycarver con respecto al Sportback está en su tren de rodaje, que en este caso amplía su altura libre al suelo en 40 mm, repartidos entre 35 mm de las suspensiones más largas y 5 mm del perfil de los neumáticos. Unos neumáticos que se montan sobre llantas específicas del modelo.
En este caso, el Audi A1 Citycarver que hemos probado se trata de la versión especial edition one, una versión de lanzamiento equipada con elementos específicos como los faros oscurecidos, intermitentes dinámicos, elementos en negro (retrovisores, logotipos, protecciones...) o llantas de 18 pulgadas.
Lo que no nos ha gustado es esta tendencia que ha adoptado Audi de añadir elementos superfluos en el diseño. Hablamos de las entradas y salidas de aire falsas que hay tanto en el paragolpes delantero y como en el trasero, que además de ser eso, falsas, también adoptan unas formas extrañas y a nuestro juicio poco agraciadas.
Un interior de utilitario, pero premium y bien acabado
En el interior del Audi A1 Citycarver nos encontramos con un entorno que, ahora sí, es idéntico. No hay cambios en la vista general con respecto al A1 que ya conocíamos, por lo que el entorno es el mismo: bien rematado, con materiales de calidad y aspecto moderno.
El A1 Citycarver edition one se basa sobre el acabado S Line, así que el interior nos dejará algunos elementos de corte deportivo como el volante. El aro es contenido y de grosor medio, agradable al tacto con laterales de cuero perforado, con levas para el cambio automático y con la parte inferior achatado que ya hemos visto en otros modelos.
Es un mando agradable al que sí le pondríamos un pero: la moda de achatar los volantes por el inferior es innecesaria, pero más aún achatar dos porciones más del volante a izquierda y derecha del plano inferior. Haciendo maniobras se hace raro de agarrar.
Los asientos por su parte son de corte deportivo, del S-Line, con contornos que aportan una sujección media, sin pasarse, y mullido apto para todos los públicos. Pese al tamaño contenido del coche la habitabilidad es buena, tanto longitudinalmente como en anchura y altura.
Los ocupantes delanteros tendrán una estancia cómoda, aunque en Audi han tratado de dar un aire envolvente. Así el puesto de conducción está orientado al conductor, con el módulo de la consola central girado a la izquierda y dejando al acompañante un poco de lado, con una vista simple y algo anodina de los salpicaderos que lo apuestan todo al horizontal, con una gran pieza de aspecto metálico y la línea de aireadores sobre ella.
En las plazas traseras el espacio disponible no destaca, pero sí es correcto. Teniendo en cuenta que es un coche que no está pensado para un uso familiar o con mucha compañía, los ocupantes de la segunda fila tienen un espacio razonable para las piernas y buena distancia al techo. Es más alto por dentro de lo que parece.
En lo referente a materiales, el Audi A1 Citycarver pese a ser el coche más pequeño de la marca (con permiso del A1 Sportback) sigue sintiéndose un Audi. Los encajes son buenos y los acabados de calidad. Sí, hay mucho plástico duro, pero bien rematado, como en el caso de la moldura central de aspecto metálico y entramado con efecto de profundidad, aunque es opcional como la iluminación ambiental.
Pasando al apartado de los cacharritos, el cuadro de mandos es el Audi virtual cockpit totalmente digital. Esta pantalla le da al A1 Citycarver un empaque techie la mar de resultón, aunque por ponerle un pero hay que reconocer que no es la mejor de la que dispone en la marca. Se nota una resolución inferior a la que se utiliza en otros modelos así como unas animaciones ligeramente más simples.
A su derecha se encuentra una pantalla de 10 pulgadas táctil y capacitiva propia del edition one. Un módulo que incorpora el sistema de infoentretenimiento MMI Plus que le sienta de maravilla al pequeño crossover de los cuatro aros.
Tiene un funcionamiento rápido, limpio e intuitivo, incorporar Android Auto y Apple CarPlay y controles por voz. Hay que reconocer que si bien la experiencia es muy satisfactoria especialmente si nos fijamos en el sistema de navegación 3D, en cuanto a los comandos de voz Audi está un paso por detrás de la competencia al menos en este segmento.
Otros elementos a destacar son los puertos de carga (dos: USB estándar y USB tipo C) y la palanca del freno de mano. Sí, porque curiosamente en un coche de su categoría y precio no encontramos freno de mano eléctrico, ni tampoco acceso y arranque sin llave, ni plataforma de carga inalámbrica. O al menos no de serie.
Tres cilindros y 116 CV suficientes para el A1 Citycarver
Hora de ponerse en marcha con el Audi A1 Citycarver que, en esta unidad, se trataba del 30 TFSI. ¿Cómo? ¿Un A1 con motor 3.0? Negativo. Después del último cambio de denominaciones en Ingolstadt poco (o nada) tiene que ver la denominación con la mecánica.
En el caso del A1 Citycarver el 30 TFSI se refiere a un bloque 1.0 turbo de tres cilindros que bebe gasolina para ofrecer unas cifras de 116 CV y 200 Nm de par motor. Un motor que nos ha parecido que mueve al utilitario-todocamino con suficiente solvencia como para poder olvidarnos de la mecánica más potente de la gama y sus 150 CV.
Este bloque tiene un comportamiento rumoroso, aunque a cambio nos ofrece un desempeño más que solvente. Puede asociarse a un cambio manual o a una transmisión s tronic automática de siete relaciones y doble embrague, aunque en las variantes edition one sólo está disponible en automático.
Con esta combinación el Audi A1 Citycarver nos pareció un coche muy agradable en uso urbano, con una entrega dócil y progresiva además de una buena insonorización general. Su zona buena está en bajos y medios, donde nos muestra una cara de matices premium a base de sobriedad y confort.
Si apretamos el paso y nos vamos a tramos más rápidos, en autovía el A1 Citycarver nos atreveríamos a decir que genera un mayor ruido aerodinámico que el A1 Sportback, sin haber probado este último. Es fácil percibir que hay rumorosidad extra.
Llegando a tramos revirados nos proponemos como misión buscar cómo se comporta esta variación del A1. Buscamos la zona alta del motor y nos regala una estirada lineal pero que va perdiendo fuelle a medida que se acerca a la línea roja. Está puesto a punto para girar bien en medios pero sin llegar a despuntar en altos, por lo que los amantes de las emociones lo verán un poco escaso.
Sólo para ellos sería recomendale el desembolso extra para la motorización de 150 CV, pero para un público en general es más que suficiente. Jugando con el cambio en modo manual el A1 Citycarver se puede manejar con alegría aprovechándose de un chasis que es noble y muy predecible.
Y hablando de la caja de cambios, en modo automático tanto en modo D como S tiende a hacer más cambios de la cuenta. La electrónica se afana por ir siempre en la marcha más larga posible y cuando le pedimos respuesta peca de lenta y en algunos casos poco precisa a la hora de escoger la relación apropiada. Para un uso cotidiano funciona bien, cuando tenemos que buscar aceleración o emociones mejor tirar de levas. De plástico, por cierto.
Tanto al frenar fuerte en curvas como a la hora de buscar los apoyos se nota cierta transferencia de presos, pero hay que reconocer que el tarado está muy bien puesto a punto y no hay cabeceos exagerados ni impreciosiones. Las suspensiones son incluso más duras de lo que esperábamos y como resultado tenemos un chasis que se comporta de manera precisa gracias también a una dirección no demasiado asistida y sí muy filtrada.
Por otro lado, el equipo de frenos con discos en las cuatro ruedas es más que suficiente para el coche que es y las prestaciones que tiene. Eso sí, las grandes llantas de 18 pulgadas hacen que los discos de freno traseros parezcan microscópicos. Bajo un uso intensivo acaban por ceder un poco.
Dentro del paquete Dynamic se incluye en esta versión el chasis adaptativo con diferentes modos de conducción. Estos modos afectan a la respuesta del motor, al tacto de la dirección, a la dureza de las suspensiones y al sonido del motor. Una variación de sonido que se hace de forma digital, impostada.
El sonido del motor no es especialmente bonito, todo hay que decirlo. Suena a tres cilindros y rodando alto de revoluciones o arrancando en frío tiene ese timbre típico y que resulta un tanto estridente.
Un A1 que roza los 40.000 euros
Al igual que pasa con las prestaciones puras, en lo referente al consumo tenemos cifras superiores a las del A1 Sportback. El Audi A1 Citycarver homologa 6,4 litros, pero en nuestra prueba y después de haber hecho recorridos con un alto porcentaje de tramos urbanos nos acabó por arrojar 8,2 litros de media.
Esta cifra de consumo es a todas luces alta y que no se justifica ni por su mayor altura ni mayor peso sobre la báscula, pero también hay que reconocer que haciendo un uso suave del acelerador y utilizando el modo Efficiency es fácil situarse en torno a los 7 litros y pico, tal y como comprobamos en trayectos parciales.
El maletero del Audi A1 Citycarver cubica 335 litros de capacidad, exactamente los mismos (como era de esperar) que el A1 Sportback. Es un maletero contenido pero suficiente para el propósito de un coche urbano, con formas regulares y sin alardes de practicidad más allá del fondo regulable en dos alturas.
Si lo comparamos con el Audi A1 Sportback, el A1 Citycarver tiene un precio que es aproximadamente 1.500 euros superior, pero hay que tener en cuenta que el equipamiento del Citycarver también es ligeramente superior al Sportback (dejando al margen lo estético).
El Audi A1 Citycarver parte de 24.870 euros, y de los 27.960 euros para el motor 30 TFSI de 116 CV con cambio automático y sigue subiendo hasta esa configuración mecánica con 29.930 euros sin contar los extras adicionales. No es un coche barato, y tirando de extras es fácil acercarse a un utilitario de 40.000 euros.
Respondiendo si tiene sentido el A1 Citycarver siendo un coche básicamente igual que un A1 Sportback pero más alto, más equipado y más caro, sí, tendrá sentido para aquellos clientes que busquen un utilitario premium con devoción por el mundo SUV, que vayan a salir del asfalto y no quieran un coche más grande.
Ahora bien, la verdadera decisión final será una compra que se haga con los ojos, y las ventas realmente se decanten en favor del Citycarver por una cuestión meramente estética.
Audi A1 Citycarver 2020 - Valoración
7.0
A favor
- Diseño diferenciado
- Calidad interiores
- Motor ajustado a sus necesidades
- Versatilidad
En contra
- Precio elevado
- Consumo alto
- Precio equipamiento opcional
- Elementos estéticos innecesarios
Audi A1 Citycarver 2020 - Ficha técnica
Versión probada | A1 Citycarver 30 TFSI edition one | |||
Cilindrada | 1.498 cm³ | Tipo de tracción | Delantera | |
Bloque motor | Cuatro cilindros en línea turbo | Combustible | Gasolina | |
Potencia | 116 CV a 5.000 - 5.500 rpm | Capacidad del depósito | 40 litros | |
Par motor | 200 Nm a 2.000 - 3.500 rpm | Consumo urbano | 7,8 l/100 km | |
Masa en vacío | 1.245 kg | Consumo extraurbano | 6,8 l/100 km | |
Velocidad máxima | 198 km/h | Consumo combinado | 6,4 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 9,9 segundos | Capacidad maletero | 355 litros | |
Transmisión | Automática de siete velocidades | Precio | Desde 29.930 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas.
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