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HOY SE HABLA DE
El título es la frase que se me viene a la cabeza al leer esta historia. Resulta que un policía inglés circulaba en su Ford Galaxy de patrulla por una zona limitada a unos 50 km/h (30 mph)... ¡al triple de velocidad!, unos 150 km/h (91 mph). Y no iba en ninguna persecución ni servicio de urgencia.
Pensaréis que es injusto que ellos no paguen multas… pero parece que no es así, ya que este policía se encontró con un radar delante de sus narices y decidió frenar a fondo… perdiendo el control del vehículo y chocando. Toda una demostración de responsabilidad y control.
Vía | autoblog.com