¿Qué tipo de cofre de techo me compro entre las diferentes opciones que hay en el mercado?
Llega la temporada estival, esa época en la que solemos descansar y desconectar de la rutina diaria durante varios días. Y lo más normal es salir de viaje, la mayoría en coche y con destino a zonas turísticas, pero este año no estás dispuesto a pegarte de nuevo con el equipaje acoplándolo de cualquier manera, este año has decidido comprar un cofre de techo.
Sabes que no es la única solución para ampliar la capacidad de carga de tu coche, pero sí la que más te interesa. Claro, que has estado echando un vistazo en una tienda de recambios o por internet y has visto que hay diferentes opciones. Te asaltan mil dudas sobre qué tipo de cofre comprar y aquí estamos nosotros para intentar aclararte y no liarte más.
Básicamente hay dos tipos de cofre de techo, los rígidos y los textiles, pero dentro de esta diferenciación encontramos cofres más baratos, otros más caros, más grandes, más pequeños, alargados, cuadrados, con apertura lateral o trasera, plegables, etc. Parece que no, pero hay una oferta variada y es importante elegir el que más se adapte a tus necesidades.
Primero lo primero, las barras de techo
Antes de nada hay que dejar una cosa clara: necesitas barras de techo trasversales para poder instalar el cofre de techo. Sí, es cierto, has visto por ahí una especie de flotadores con forma de salchicha que sustituyen a las antiestéticas barras portaequipajes, pero generalmente están pensadas para cargas muy ligeras. Es más, arañan el techo y pueden llegar a dañarlo al igual que las gomas de puerta.
Hay algún cofre que se anuncia con este tipo de portaequipajes hinchable, pero no es muy recomendable. Mucho mejor unas barras portaequipajes, preferiblemente bien firmes, con buenos anclajes al techo y, ni que decir tiene, deben estar correctamente instaladas. Ojo, no confundamos con las barras longitudinales que traen de serie o como opción muchos modelos de coche. Éstas son para fijar sobre ellas las portaequipajes, que van situadas trasversalmente, a lo ancho, para que nos entendamos.
¿El presupuesto manda?
Generalmente el precio es uno de los condicionantes y lo normal es que, cuanto más caro, mejor sea el cofre. Imagino que esto no te pilla de susto, pero lo importante para quedar satisfechos con la compra es saber qué necesitamos, qué uso le vamos a dar, cuánto estamos dispuestos a gastarnos y con qué estamos dispuestos a conformarnos si no podemos llegar a comprar el pata negra.
Cuanto mayor sea el uso que se le vaya a dar al cofre, más conveniente es elevar el precio de compra. Los más económicos pueden llegar a bajar de los 100 euros, pero la calidad de los plásticos, bisagras, cierres y sujeciones es muy inferior a la de modelos más caros y también su duración. Pero si lo vas a utilizar poco y no va a estar muchas horas expuesto al sol (lo vas a desmontar cuando no lo utilices), puede servirte.
¿Qué tamaño y forma?
Seguro que te has fijado que hay cofres más grandes y más pequeños, además también tienen diferentes formas. Los más pequeños tienen la ventaja de un precio inferior y menos peso, pero lógicamente ofrecen menos capacidad de carga. Debes valorar cuánto espacio necesitas, porque tampoco merece la pena cargar con un cofre más grande de lo que verdaderamente necesitas.
Los hay con formas más aerodinámicas, lo que reduce la resistencia aerodinámica y, por consiguiente, el consumo. Pero si tienen poca altura debes tener en cuenta que es más difícil cargarlos y que hay bultos que a lo mejor no caben por exceso de altura. Por otra parte hay cofres alargados y otros más rectangulares que cubren más anchura del techo. Estos últimos apuestan por la máxima capacidad.
Los cofres alargados responden a dos ventajas respecto a los que son más anchos. La primera es su menor superficie frontal, por tanto menor resistencia al viento y menor consumo. La segunda es que permiten su instalación en un lado del techo para dejar libre la otra mitad, donde podemos llevar esquíes y hasta dos bicicletas si el techo del coche es ancho, por ejemplo.
Sin embargo los estrechos limitan las dimensiones del equipaje a transportar y, si se instalan en el centro del techo, cuesta más acceder a ellos. Hablando de acceso para la carga y descarga, hay diferentes tipos de apertura, la clásica trasera parece haberse reducido al máximo frente a la más cómoda apertura lateral. Además hay modelos que permiten su apertura por ambos lados para facilitar más aún su manipulación.
Recordemos que los cofres rígidos cuentan con cerradura con llave, otro punto a valorar en función de su utilización, ya que en los más económicos es muy frágil, fácilmente manipulable y con una seguridad ante imprevistos mucho menor.
¿Rígido o textil?
Hemos visto ya varias variantes de cofres de techo, pero queda una muy diferente y menos clásica, los cofres de techo fabricados en material textil. Sí, no son rígidos ni están fabricados en plástico, pero sí son impermeables y cuentan con cremalleras selladas, al menos los de calidad, porque alguno hay que recurre sólo a pliegues para proteger las cremalleras del agua y en este caso sólo sirve para una lluvia fina.
Por precio ya no hay diferencia (antes eran más caros), la ventaja de los textiles es que se desmontan fácilmente y al hacerlo se pueden plegar y ocupan muy poco espacio. No hay más en realidad, aunque no es poco. Seguro que has visto más de uno con el cofre puesto todo el año por la pereza de desmontarlo o por falta de sitio para tenerlo en casa.
Se pueden plegar manualmente o con ayuda de una manivela, en algunos es necesario desmontar alguna varilla trasversal, pero es rápido y permite guardarlo más fácilmente. Por el contrario hacen ruido a alta velocidad, la resistencia al viento es mayor y no los puedes dejar puestos cuando no los usas porque se estropean o te los estropean (o roban). En cualquier caso son una buena solución para un uso ocasional (que es la mayoría).
Por último dos curiosidades, un cofre de techo que se baja para cargarlo con mayor comodidad y otro que se convierte en barca.
Si eres de los que va a estrenar cofre de techo este verano ya sabes las opciones que tienes. Quizá no te habías parado a analizarlo tan a fondo y en vez de solucionarte la vida te has liado más. No te preocupes, paso a paso ve respondiendo a las preguntas iniciales y encontrarás la solución que más se adapta a tus necesidades. ¡Buen viaje!