La flota de coches oficiales en España es de las más numerosas de los países europeos. En un momento de racionalidad se anunció ayer que el números de coches oficiales se reducirá de los 307 actualmente existentes hasta los 103 vehículos. Es una medida que estaba en el programa electoral del PP y solo afecta a la flota del Estado. Se ha hablado largo y tendido sobre estos coches oficiales, sobre todo a tenor de sus normalmente elevados costes tanto de adquisición como de mantenimiento y por el uso irresponsable que en muchos casos se hace con ellos.
El descenso del número de coches oficiales es de un 66%, e implicará que muchos de los políticos que hasta ahora disponían de transporte a cuenta del contribuyente tengan que moverse de un lado a otro por sus medios. Excepto en algunas excepciones que se pueden contar con los dedos de una mano, de gente que necesita coches blindados, la mayoría de estos coches son prescindibles.
Ahora tendrán que compartirse determinados coches y el uso estará más controlado, cosa que se ha pedido en múltiples ocasiones por parte de prácticamente todos los partidos en la Oposición. El ahorro no es muy elevado, 10,3 millones de euros, pero ese dinero sale del bolsillo de los contribuyentes y lo único que podemos exigir es responsabilidad en el uso de ese dinero.
Yo iría un paso más allá, porque con el dinero que se gasta en estos coches oficiales prácticamente se podrían comprar 500 compactos y pagar sus gastos de mantenimiento y combustible. Pero claro, no viste lo mismo un Focus o un Golf que un Audi A8 con 400 kilos de blindaje…
Fotografía | Flickr (Contando Estrelas)
Vía | 20 Minutos y Expansión