Han cazado a un inglés recorriendo Gran Bretaña en plan carrera de película. No va a pisar la cárcel porque al juez le gusta dar vueltas en Nürburgring

Han cazado a un inglés recorriendo Gran Bretaña en plan carrera de película. No va a pisar la cárcel porque al juez le gusta dar vueltas en Nürburgring
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Thomas Davies tiene un récord un poco particular, el de recorrer en coche los 1.407 km que separan el extremo sur de Gran Bretaña del punto más al norte, en Escocia, en tan sólo nueve horas y 36 minutos, en lugar de más 15 horas conduciendo normalmente.

Lo hizo al volante de su Audi S5 Coupé con una media de 145 km/h, evitando en el proceso ser pillado por los 105 radares fijos que hay en esa ruta y eludir al menos unos 15 controles policiales.

Fue en septiembre de 2017 y esperó seis meses antes de proclamar que tenía el nuevo récord, siendo el anterior de 11 horas y 14 minutos, establecido por Neal Champion en 1984. De este modo, las infracciones por exceso de velocidad habrían prescrito y se libraría de pasar delante de un juez. O pensaba, recuerda en este vídeo de VIN Wiki.

Pero la justicia británica no había dicho su última palabra. Se le procesó por conducción temeraria y varios otros cargos, que al final podrían suponer hasta seis años de cárcel.

Al inicio de su juicio, según cuenta el propio Davies en VIN Wiki, el juez iba a por él. Lo podía ver. Sin embargo ocurrió la dichosa pandemia de COVID-19 y todo se paralizó un tiempo. A los pocos meses se reanudaron los juicios y le tocó un nuevo juez.

Mapa Radares Gran Bretana

La fiscalía estaba convencida de que la declarada “ambición del acusado de viajar de uno de esos puntos al otro [de John O’Groats a Land’s End], en un vehículo de motor, más rápido de lo que nadie lo había hecho antes”, así como “todos los métodos ilegales que utilizó para lograr su ambición" serían suficientes.

Los métodos ilegales a los que se refería la fiscalía eran lo habitual para quienes realizan este tipo de carreras, como depósito adicional de combustible en el maletero, varios GPS, varios detectores de radares e inhibidores de radar.

Un vídeo de nueve segundos y un juez asiduo al Nürburgring

Una de las pruebas sometidas es un vídeo de 9 segundos, en el norte de Escocia, en el que se ve a Davies conduciendo su Audi S5 mientras pasa delante de un coche de la policía. En ese momento se oyen varios pitidos.

Sin embargo, según los dos policías que estaban en ese mismo sitio el día del supuesto récord no vieron ningún Audi S5. Al juez ya no le empieza a gustar la escena y pregunta a la fiscalía por qué ese vídeo es relevante. “Se oyen pitidos, señoría”, le contesta el fiscal.

Y el juez le responde que “bien podría ser un microondas por lo que usted sabe”. El fiscal insiste en que no cree que sea un microondas. “Voy al Nürburgring dos veces al año y tengo detectores de radares en mi coche. Si ese vídeo no es del día de los hechos no es relevante y lo declaro inadmisible”.

Audi S5 Thomas Davies

De todos los jueces del Reino Unido, le tocó un petrolhead asiduo al Nürburgring. En ese momento supo que tenía una posibilidad de librarse. Gracias a un pésimo trabajo de la fiscalía, que no pudo explicar por qué ningún radar había pillado a Davies en su viaje.

Tampoco pudo demostrar que conducir rápido en las circunstancias del récord sea peligroso per se. Al final, a la fiscalía sólo le quedó argumentar que tenía el coche preparado para un récord de velocidad. Algo totalemnte circunstancial. Aun así, Davies tenía respuesta para esa acusación. “Era para un evento en Estados Unidos”. Y pudo, además, demostrarlo.

Al final, el juez y el jurado popular le dieron la razón a Thomas Davies. Salió del juicio libre y siendo por una noche una celebridad, pues todas las noticias hablaban de su absolución, incluso la muy seria BBC.

Es evidente que Davies logró eludir los controles de policía con los antiradares que llevaba su coche, aunque no lo reconozca. ​​En su juicio explicó que era "obvio" que había "hecho algunas cosas estúpidas", y añadió: "No soy el hombre que era hace tres años atrás".

Su récord sigue vigente a día de hoy, al menos que se sepa. Y es que no tiene sentido batir un récord si no es para gritarlo a los cuatro vientos.

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