El futuro del superdeportivo Nissan GT-R lleva a debate casi dos largos años, aunque poco a poco va revelándose parte del misterio que rodea al ya mítico modelo.
Todos los fabricantes ya trabajan en la electrificación de sus coches nuevos, y no parece que para Nissan la próxima generación del GT-R vaya a ser una excepción: el próximo heredero del aclamado -y codiciado a partes iguales- Godzilla, tendrá un corazón híbrido.
Así se extrae de una entrevista que el consejero delegado de la marca, Makoto Uchida, ha concedido a Autocar, en la que además de afirmar que ya se está trabajando en el futuro superdeportivo, da algunas pistas sobre los planes que la marca tiene para él.
Electrificado y con una plataforma totalmente nueva
El archiconocido y tremendo coupé con motor V6 lleva en el mercado más de 14 años sin cambios sustanciales más allá de las actualizaciones periódicas y de todo un elenco de ediciones especiales. Ahora, la próxima generación del Nissan GT-R podría traer consigo una revisión técnica algo más significativa, que llegará de la mano de una nueva plataforma y cierto grado de electrificación.
El consejero delegado de Nissan, Makoto Uchida, ha declarado a Autocar que ya están trabajando en el futuro modelo y estudiando “cómo hacerlo electrificado”, pues a diferencia del Nissan Z (que toma como referencia la arquitectura del antiguo 370Z), el GT-R partirá de una arquitectura nueva y el objetivo es que “el R36 sea el superdeportivo más rápido del mundo".
Para Uchida ostentar ese título aún es posible: “el GT-R tiene que ser el coche más rápido de su clase, tiene que ser el dueño de la pista. También tiene que jugar al juego de la tecnología avanzada: pero eso no significa que tenga que ser eléctrico", sentenciaba.
Sin más confirmación de datos técnicos por parte de Nissan las especulaciones están servidas, pero entre las opciones lógicas que podrían considerarse para la próxima generación del GT-R, por el momento el rumor que cobra más fuerza es que llevará un corazón que combine el ya conocido V6 biturbo con un potente motor eléctrico para buscar unas prestaciones bestiales.
Además de los ajustes en el tren motriz, los cambios en el GT-R para su sexta generación se centrarán sin duda en alinearlo visual y técnicamente con la futura gama de Nissan. El estilo retro del nuevo Z (inspirado en el 240Z) que acaba de llegar al mercado estadounidense y japonés es un ejemplo de las intenciones de Nissan de hacer un guiño a los modelos de éxito de su pasado a través del diseño de sus coches nuevos.
Más, en el caso de un coche con la historia del GT-R. Como ya dijo el vicepresidente de diseño global de Nissan, Alfonso Albaisa: “Es probable que la silueta con bordes rectos del R32 GT-R (1989-1994) influya en el R36”.
Mientras llega en su forma definitiva la próxima generación, el GT-R actual sigue siendo competitivo frente a rivales mucho más frescos como el Porsche 911, que ha estrenado dos nuevas generaciones desde que llegó su rival japonés.
Su motor V6 de 3,8 litros con doble turbocompresor produce hasta 600 CV en su forma más potente, gracias al cual el GT-R Nismo es capaz de cifrar el 0 a 100 km/h en unos 2,6 segundos, lo que significa que sigue siendo uno de los coches de combustión interna más rápidos a la venta.
Por no hablar del Nissan GT-R50 de Italdesign, un vehículo tan potente como costoso: su motor V6 biturbo de 3,8 l es capaz de entregar 720 CV y 780 Nm de par motor máximo, y tiene un precio de cerca de un millón de euros.
Imágenes del post: Nissan GT-R T-Spec
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