Desde aquella época en la que el único botón que tenía un vehículo era el de las luces, y el limpiaparabrisas se movía con la mano, la tecnología toma cada vez más importancia en los coches.
El problema es conseguir que su utilización no se complique a la vez que avanza esta tecnología, y que cualquiera pueda utilizarla. En el tema de los interfaces con el usuario, los coches tienen mucho que enseñarle a otras áreas como la informática: sin conocer un coche puedes comenzar a conducirlo inmediatamente, y en 5 minutos ya podrías conocer todos sus controles. Si bien la complejidad no es comparable, los principios que llevan a conseguir esto sí lo son.
El grupo DaimlerChrysler está llevando a cabo estudios con conductores de diversos tipos y estilos de conducción con un simulador. Con él miden parámetros como, por ejemplo, cuánto tiempo necesita una determinada persona para realizar una acción con el coche, y por tanto cuánto tiempo pierde de atención a la carretera.
Fuente | DaimlerChrysler