Mazda Space, un sitio con coches que no es un concesionario sino todo lo contrario
Dentro de la tendencia que están teniendo las marcas de coches a abrir sus miras al mundo más allá de sus hábitats naturales, la opción de Mazda Space es particularmente interesante. En primer lugar, porque el lugar elegido por Mazda Europa para abrir su primer espacio de marca del mundo es Barcelona. En segundo lugar, porque se trata de un sitio donde hay coches... pero nadie intentará vendernos nada. En tercer lugar, porque las puertas están abiertas a cualquiera que quiera asomar la nariz por ahí y darse una vuelta.
¿Qué encontrará el visitante? Básicamente, un espacio que aunque muestre la Historia de Mazda junto a sus modelos actuales y de futuro más inmediato va mucho más allá del mundo del Motor. El Mazda Space ha sido concebido como un espacio en el que se puedan organizar todo tipo de eventos artísticos y culturales: desde conciertos, pasando por exposiciones de diseño, moda o fotografía, o —atención a esto— charlas de cualquier emprendedor que quiera dar a conocer un proyecto suyo. Sólo le pedirán una mínima vinculación con la ciudad y un poco de sintonía con la filosofía de lucha por hacer frente a los retos. En serio: es muy curioso.
Son 2.000 metros cuadrados dedicados a los próximos eventos de la empresa para toda Europa. De hecho, aquí tendrán lugar las próximas presentaciones internacionales de Mazda y como es lógico los actos internos que necesiten realizar en nuestro país. Pero por encima de todo se trata de un espacio de puertas abiertas con el que la marca pretende, en palabras de José María Terol, Consejero Delegado de Mazda en España:
"Que sea una vivencia diferente para el visitante donde pueda disfrutar de un recorrido a lo largo de nuestros hitos, escuchar y ver historias de rebeldes con causa, conocer de forma muy simple los dispositivos de seguridad que incorporan nuestros coches y las claves de nuestra tecnología Skyactiv y, lógicamente, ver algunos de nuestros productos históricos y de nueva generación. Por encima de todo, nuestro deseo es que sea un lugar donde el visitante se sienta cómodo, un punto de encuentro también para navegar por internet, hojear un libro, ver una película o intercambiar opiniones."
Para dar forma a todo esto, a la entrada nos facilitan una aplicación para el móvil y unos cascos para que cada uno se monte la visita autoguiada como le venga en gana. Hay varios subespacios en los que podemos seguir la Historia de Mazda paso a paso y en su contexto social, así como también aprender cuestiones básicas sobre la seguridad de sus vehículos.
Pero la parte más interesante viene con el apartado Mazda Rebels. Allí veremos historias de superación personal a muchos niveles: los aficionados a la Ingeniería capaces de crear un robot en Sierra Leone, el oftalmólogo que programó una aplicación para explorar ojos en lugares recónditos donde transportar el instrumental médico es una quimera o el inquieto inventor que consiguió llevar la luz del sol entre septiembre y abril a una zona montañosa que en esa época del año es umbría.
No siempre son grandes desarrollos los que dan sentido a estas historias; más bien son historias de ingenio que quieren entroncar con la manera de hacer de Mazda: rebelarse contra la tendencia común y marcar un camino propio. De ahí que hablen sobre estos héroes de su tiempo como de rebeldes con causa (y con ganas de cambiar las cosas para mejor, claro).
Nos explican en Mazda el paralelismo entre esto y la filosofía de la firma de Hiroshima, la firma de una ciudad que tuvo que reconstruirse desde cero en 1945. Tras dedicarse a la fabricación de vehículos como el Mazda DA, llegarían sus primeros automóviles de cuatro ruedas: Mazda R360 Coupé y Mazda Carol. Después vendrían el Mazda Cosmo Sport, incorporando el motor rotativo por primera vez en un deportivo, y el archiconocido Mazda RX-7, entre muchos otros. El primer Mazda MX-5 comparte espacio en la exposición con el último heredero de la saga Miata.
De Hiroshima a Barcelona
Entro en el edificio que un día fue un almacén de productos farmacéuticos. Los techos pintados de negro, dejando ver las tripas de la climatización, los grandes monitores que rodean el espacio y los remates vanguardistas en color blanco le dan el contrapunto industrial moderno a un edificio que conserva los elementos básicos que nos recuerdan su pasado: columnas de hierro pintadas en blanco, arcos, estrecho ladrillo visto que evocan aquella modernidad de hace más de un siglo, cuando la industria local se extendía por todo el litoral de la Ciudad Condal.
¿Por qué ha elegido Mazda Barcelona como enclave para este proyecto? Según nos cuentan, la lista de ciudades europeas que iban a ser escenario para el Mazda Space poco a poco se fue reduciendo hasta que quedaron dos: Barcelona y —esta es la única alternativa que nos dan a conocer— Roma. Entre la una y la otra, ganó Barcelona por sus comunicaciones y por el espíritu del barrio donde se han instalado, el Born.
Para quien no lo conozca, hablamos de una de las zonas históricas de la ciudad que más ha cambiado en los últimos años. Cuenta con un sólido pasado como barrio de trabajadores artesanos y mercaderes que se pone de manifiesto en muchos de sus rincones. Reformada en nombre de la gentrificación en su vertiente moderadamente bohemia, la zona del Born es hoy un nuevo centro neurálgico de la Barcelona eminentemente peatonal que cuenta con miles de visitantes cada año.
Se trata, por tanto, de un punto estratégico para dar a conocer un proyecto como este, que se nutre de la vida de barrio en la misma medida que aporta vida al barrio. En el mes de septiembre, con uno de sus eventos internos, Mazda aportó 8.000 visitantes extra a la ciudad, dejando un impacto económico que se guardarán de evaluar y más aún de contarlo, pero que debió de ser interesante.
Como es lógico ante una perspectiva como esta, tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat de Catalunya se han mostrado muy colaboradores con el proyecto en cuanto a todas las gestiones necesarias para darle forma. Sin embargo, la financiación del Mazda Space ha corrido completamente por cuenta de Mazda. Aunque en la firma de Hiroshima son reacios a dar cifras relativas a sus inversiones en marketing, su responsable en Europa deja ir que en la costosa remodelación de este edificio han trabajado más de 300 profesionales, muchos de ellos locales.
Explican que buscan un vínculo especial con la ciudad, quieren ser "unos buenos vecinos del Born". Por eso una de sus primeras declaraciones como espacio cultural se denomina 'Tributo al Born', y es un paseo fotográfico que une instantáneas de Txema Salvans y Jochen Manz. El primero retrata la realidad del Born y el segundo nos muestra Hiroshima para buscar un paralelismo en el carácter inconformista y luchador de ambas localizaciones como "epicentros de vanguardia cultural, de creatividad y de innovación, y como ejemplos de superación y reinvención constante a lo largo del tiempo, pero manteniéndose fieles a sus orígenes".
No, la verdad es que suena bien.
Bajamos la escalera que nos traslada hasta un sótano que ha hecho las concesiones justas a la renovación. Aún huele a pintura por aquí. Los suelos del sótano son los originales, y nos muestran incluso los raíles de aquellas vagonetas que acarreaban los compuestos químicos necesarios para aquel negocio de específicos. Nos confiesan en Mazda que bajo las modernas tarimas que sirven de soporte a la exposición de fotografía han quedado manchas de productos químicos incrustados en las porosas baldosas desde a saber cuándo. Los bajos techos nos hacen viajar mentalmente hacia la época en que ahí se trabajaba duro en nombre de la Medicina y de las medicinas.
En la actualidad, este es el espacio que la marca de Hiroshima ha concebido para quienes quieran pasar un rato de desconexión, leer o pasear entre las exposiciones temporales. Hasta el 29 de octubre, y como buenos nuevos vecinos que quieren ser, tienen en marcha el homenaje fotográfico al Born. Más adelante, ya se verá cuál es la apuesta que llena el Mazda Space de Barcelona. En cualquier caso, el sitio promete aunque no vendan ni un solo coche. O quizá precisamente por eso.
¿Cómo llegar hasta el Mazda Space Barcelona?
Bueno, y cualquiera que conozca la ubicación del Mercat del Born, también, porque el Mazda Space está justo enfrente y no tiene pérdida. Aunque existe un párking subterráneo allí mismo, bajo la amplia plaza del mercado, el paseíto desde la Estación de Francia es en sí mismo un regalo para los sentidos, y esta se encuentra a sólo una manzana de distancia, de manera que el ferrocarril es una buena manera de llegar hasta allí. Si no, una alternativa en transporte público está en ir a buscar el Metro (línea 1) o también el Cercanías de Renfe (líneas R1, R3, R4) en la parada de Arc de Triomf.