
Si eliges comprar un coche financiado acabarás pagando más que si lo compras al contado. La cuestión es ¿cuánto pagarás de más en caso de financiar?
OCU denuncia que los intereses de la financiación pueden ser tan abusivos que en algunos casos pueden considerarse usurarios. También denuncia las condiciones abusivas que imponen los concesionarios a la hora de financiar.
Hay una fina linea entre una financiación y una tomadura de pelo
No hay que andarse con rodeos: las marcas de coches no quieres que pagues al contado cuando compras un modelo nuevo, prefieren que financies y que lo hagas con la propia marca, que tiene su financiera, por lo que los intereses son directamente un beneficio.
Existen varios tipos de financiación, pero, en todos los casos, esta modalidad es sinónimo de beneficio para la marca por culpa de los intereses, que, normalmente suelen ser muy altos.
Esos intereses son el motivo por el que un coche financiado acaba costando mucho más del precio inicial. El “gancho” de las marcas para incitar a sus clientes a financiar, en lugar de pagar al contado, es hacer ofertas; a menudo, estas ofertas consisten en una rebaja del PVP (precio de venta al público) sujeta a la financiación, pero, paradójicamente, se acaba pagando un precio mucho más alto que el PVP por culpa de los intereses. En algunos casos, el concesionario directamente no permite comprar el coche al contado: o financias o no te lo vende.
Pues bien, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) denuncia que las condiciones que aplican los concesionarios a las financiaciones son abusivas y que los intereses incluso pueden considerarse usura. “OCU detecta tipos de interés usurarios, imposición de seguros, comisiones de apertura desproporcionadas, cláusulas de vencimiento anticipado que se ejecutan con un solo impago, publicidad engañosa, etc.”, dice OCU.
Esta organización denuncia tres cosas. En primer lugar, “la propia publicidad del préstamo, que suele ser engañosa”. OCU aclara que “un vehículo financiado nunca va a resultar más económico que pagándolo al contado” y pone un ejemplo: “un descuento de 3.000 euros en un coche que cuesta 30.000 euros con el requisito de financiar un préstamo con una TAE del 14% supone terminar pagando casi 4.500 euros más que si se hubiera comprado pagando todo al contado”.
Basta con entrar al configurador de cualquier marca que tenga una promoción sujeta a financiación y leer la letra pequeña de esa promoción para encontrar más ejemplos de esto último. Por ejemplo, un coche que tiene un PVP de 30.000 euros, pasa a costar 27.000 euros con las ofertas, pero el cliente acaba pagando 36.000 euros al final de la financiación.
Lo segundo que denuncia este organismo es que esos intereses pueden ser tan altos que es posible declararlos como usurarios. Y pone otro ejemplo: “un préstamo de 20.000 euros a 5 años con TAE al 15% declarado nulo por superar notablemente el tipo medio del mercado del año de la contratación supondría la devolución de todos los intereses ya pagados: 7.960 euros”.
La tercera cuestión que denuncia OCU es que “también podría resultar abusiva la obligación de contratar otros productos y servicios”. Lo que señala la organización en este caso es que las condiciones que conlleva la financiación a veces se van de las manos, como las condiciones de apertura desproporcionadas.
Otros ejemplos son “la ejecución anticipada del préstamo por el vencimiento de un solo impago; la reclamación de posiciones deudoras con cuantías a tanto alzado; los pactos de descuento a cambio de la no amortización del préstamo; los pactos de retroventa con un contrato de arrendamiento; o, simplemente, contratos con un tamaño de letra tan pequeña que resultan casi imposibles de leer”.
“La imposición de un seguro con una determinada entidad o, directamente, la contratación sin el consentimiento expreso del consumidor determinaría la nulidad de la cláusula y la devolución del importe adelantado”, aclara OCU.
Imágenes: Stellantis, BYD, Porsche y XPeng