El nuevo proceso de homologación de emisiones WLTP, que entraba en vigor el pasado 1 de septiembre no le está sentando bien a la industria automovilística europea. No son pocos los fabricantes que no están llegando a tiempo a homologar sus motores con el nuevo estándar, lo que se traduce en la falta de suministro de mecánicas en las fábricas españolas.
Por ello, muchas marcas se han visto obligadas a parar parcialmente la actividad en sus factorías, haciendo caer en picado las cifras de producción este septiembre, con un descenso del 23% respecto a 2017.
Según datos de Anfac, un total de 199.753 vehículos han salido de las líneas de montaje españolas el pasado mes. Para encontrar un dato similar tenemos que remontarnos a 2013: efectivamente desde hace cinco años, septiembre no registraba una cifra tan baja. No obstante, era lo esperado: igual que tuvimos datos inusuales en agosto por la llegada del WLTP, era de prever un retroceso para septiembre, tanto en ventas como en fabricación.
No obstante, en el acumulado del año, se mantiene la tendencia ligeramente al alza: de enero a septiembre se han fabricado 2.169.851 vehículos, lo que supone un incremento del 1,7% en comparación con 2017. Veremos como acaba el año, porque el margen es corto y el último trimestre pinta en bastos.
Los coches caen casi un 24%
La peor parte se la han llevado los vehículos comerciales ligeros, con un retroceso del 35,31% y 15.264 unidades ensambladas, seguidos de los turismos que han registrado un descenso en la producción del 23,8% con 153.245 modelos fabricados. El podio lo completan los todo terreno, con una bajada del 15% y 3.942 unidades producidas. De la quema sólo se salvan los industriales, tanto ligeros como pesados, con un incremento del 15,57% y del 16,98% respectivamente.
Anfac señala como principal causa la implantación de la homologación WLTP, que según defienden, ha tenido un doble efecto negativo sobre la industria: por un lado, la necesidad de homologar los vehículos con la nueva normativa ha producido notables retrasos en las cadenas de suministro de las factorías españolas y, por otro, la anticipación de la demanda en los meses de verano, y que ha sido generalizada en toda Europa, según la patronal de fabricantes.
Esto también se reflejó en las ventas: las marcas, obligadas a dar salida al stock homologado con el anterior ciclo NEDC, ofrecieron notables descuentos en los meses de verano. Así, agosto se cerraba con incremento de las matriculaciones del 48,7% respecto a 2017, una cifra totalmente inusual en un mes por tradición flojo, aunque el pastel se lo repartieron casi al 50% entre particulares y flotas de empresa.
Paros en las principales fábricas españolas y llegarán más
No son pocas las factorías españolas que se han visto obligadas a hacer ajustes de producción, con cierres parciales en sus líneas de montaje el pasado mes. Ha sido el caso de Volkswagen en su planta de Navarra o SEAT en Martorell: la falta de suministro de motores desde las centrales europeas ha obligado a ambas factorías a detener la actividad varios días en septiembre y se prevén más paros. De hecho, la marca española ya ha confirmado que continuarán al menos hasta diciembre y que no recuperarán la normalidad hasta dentro de dos o tres meses.
No son las únicas: Ford acaba de anunciar que se ha visto obligada a aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la factoría de Almussafes, que se traducirá en 22 días de cese de actividad: 13 para las líneas de motores y nueve para el montaje. Los paros comenzarán el próximo 9 de noviembre y estiman que se extenderán hasta enero.
En su caso, la baja demanda en el mercado ha sido su espada de Damocles. Y una vez más el nuevo ciclo WLTP se presenta como principal causa, como también lo es la bajada imparable en ventas que están sufriendo los modelos diésel a sazón de las nuevas políticas medioambientales que se están imponiendo en los estados europeos, lo que incluye a España.
El WLTP también ha reducido las exportaciones
La exportación de vehículos también se está viendo afectada por la llegada del estándar más exigente, que está directamente relacionada con la caída de matriculaciones en Europa la cuál tampoco ha sido nada despreciable: según datos de la Aociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) el descenso de las ventas de turismos ha sido del 23,5% en septiembre.
En España, la bajada fue del 17%, con 69.129 automóviles matriculados, mientras que en otros países europeos ha sido aún mayor: es el caso de Turquía (-67,1%), una cifra preocupante que también encuentra su causa en la crisis que asola el país, así como Alemania (-30,5%), Italia (-25,4%) o Reino Unido (-20,5%).
El pasado mes se exportaron 161.621 vehículos, lo que ha supuesto un descenso del 23,7% en comparación al mismo periodo en 2017. En este caso los peor parados son los comerciales e industriales, con un retroceso total del 37,03%. Por su parte, la exportación de turismos ha caído un 20,86% y la de los todo terreno un 10,62%.
Como hemos visto, el último trimestre del año también apunta a ser convulso, por lo que si bien aún estamos en positivo en ventas, producción y exportanción respecto a 2017 en lo que llevamos de 2018, el margen es tan corto que el año apunta a cerrarse con una tendencia negativa.