En 2001 el entonces primer ministro Gordon Brown elevó los impuestos de circulación (Vehicle Excise Duty) a los gasolina por el famoso CO₂, haciendo mucho más atractivos los Diesel. Reino Unido había sido un mercado fuertemente pro-gasolina, al ser el gasóleo más caro y más difícil de rentabilizar. Fue un punto de inflexión.
En 10 años pasaron de 1,6 millones de turismos Diesel a 11 millones, casi diez veces más. Les vendieron su "ecología" por el bajo nivel de carbono, y su mejor economía. Hace días Londres anunció un palo de 10 libras diarias (12,5 euros) para los vehículos Diesel que transiten por la ciudad, ya que contaminan más. Todavía no se ha implantado.
En cristiano, es lo que tiene tomar a los ciudadanos por imbéciles. Primero dicen que el Diesel es más ecológico, luego que es más contaminante y que encima hay que aumentar los costes de uso. Ahora que se venden más Diesel que gasolina en ese país (desde 2011), y el que tiene un gasolina de más de 10 años es clasificado como un loco o terrorista ambiental. Al loro con la tabla del VED:
Hablando en plata, en estos años los británicos han comprado Diesel que cumplen las normativas Euro 3, Euro 4 y Euro 5. Emitirán poco CO₂, sí, pero bastantes más partículas y óxidos de nitrógeno que los gasolina. Por eso se ha producido una dieselización bestial de su parque móvil. Ojo, que no todos los gasolina modernos son "trigo limpio".
Los valores residuales de los gasolina han bajado y bajado, lo que ha incentivado las ventas de coches en el país sin necesidad de ayudas (como en España). Se cree que 18 ciudades británicas podrían copiar la jugada londinense, ahuyentando a los conductores de petroleros.
Eso implicará una caída del valor residual de los Diesel y peores valores de reventa. A su vez, mejorará un poco las ventas de turismos a gasolina. Pero no es tan sencillo, en algunos segmentos se vende un gasolina por cada ocho Diesel. Habrá gente que tendrá que cambiar de coche, ¡pero eso cuesta money!
Cuando le pasó a los "brits" miré hacia otro lado y...
Es más, puede contagiarse a muchas ciudades europeas. Sin mirar muy lejos, Madrid tiene problemas de contaminación importantes por la gran dieselización urbana. El consistorio, además de poner las estaciones de medición de contaminación en parques y jardines, sopesa lo de penalizar a los vehículos que más contaminan. Además, la M-30 no se paga sola.
Desde la más absoluta imparcialidad, sí, los Diesel Euro 5 hacia abajo están relacionados con problemas de salud pública. Además, un Diesel moderno con EGR y filtro de partículas para uso urbano es un negocio para los talleres, porque son propensos a fallar si no salen frecuentemente a carretera, ¡el escape no se calienta lo suficiente!
El rotativo The Sun pide al Gobierno un subsidio de 2.000 libras por barba para desechar viejos Diesel y poder comprar así coches con motores Euro 6. Ya hicieron algo parecido en 2008 con el Scrappage Scheme, una suerte de Plan 2000E/PIVE al estilo británico, que incentivó las ventas en un momento de bajón.
El CO₂ es un gas de efecto invernadero, no un gas contaminante
En España ha pasado algo muy parecido. Se demonizó a los gasolina por su "elevado consumo", hasta llenar las calles de petroleros, chipirones y calamares. Y cuando el humo negro ha dejado de ser invisible, se hace caso a los que en su momento se ignoró: "Oiga, que un gasolina realmente contamina menos que un Diesel aunque emita más CO₂".
Una vez más lo digo, hay que seguir el ejemplo de Japón, erradicando los motores Diesel de las ciudades hasta ser el 1% de las ventas ha hecho que en pleno centro de Tokio el aire sea tan respirable como el de Nara, en las montañas. Es una conclusión personal no empírica, pero el cielo se ve limpio y mis secrecciones mucosas no salían negras (como en Madrid).
Debe haber un equilibrio entre gasolina y Diesel, es decir, que use un Diesel quien realmente lo necesita. Tampoco es bueno que se consuma en exceso un combustible y el otro no. Y ahí la Administración tiene que poner de su parte, pero sobre todo siendo coherente, no mareando al ciudadano cada 10 años.
Fotografía | scambelo (III)
