A partir del próximo 30 de enero, Europa pondrá en marcha una serie de reuniones en las que Von der Layen se reunirá con los fabricantes de automóviles.
El objetivo es explorar qué opciones existen para que las marcas puedan cumplir con las normativas de emisiones, a ser posible, sin hacer malabares. Con las ventas de coches eléctricos cayendo, los fabricantes se enfrentan a un panorama muy complicado.
Miedo a multas millonarias por no cumplir los objetivos de emisiones de CO₂
En el año 2020, Europa aprobó el Pacto Verde, un conjunto de iniciativas políticas de la actual Comisión Von der Leyen que tiene como objetivo que la Unión Europea sea climáticamente neutral para 2050.
La expansión del coche eléctrico es clave para cumplir este objetivo, por eso, se establecieron una serie de medidas enfocadas a fomentar el uso de los vehículos de cero emisiones, como la prohibición de vender coches nuevos de combustión en Europa a partir de 2035.
Cuando se aprobó el Pacto Verde en 2020, estas medidas quedaban todavía muy lejos y las perspectivas para la expansión del coche eléctrico eran demasiado ambiciosas, como está demostrando el paso del tiempo.
Cinco años después, el coche eléctrico sigue sin despegar en Europa, ni siquiera en un año 2024 que debería haber sido el punto de inflexión con el lanzamiento de coches eléctricos más asequibles y la avalancha de marcas chinas que han llegado con precios más competitivos.
De hecho, las cifras de ventas provisionales indican que las ventas de coches eléctricos cayeron un 3% en Europa en 2024. Sin ir más lejos, en España, los coches eléctricos apenas tuvieron una cuota de mercado del 5,6% el año pasado.
Evidentemente, con este panorama, cumplir las medidas del Pacto Verde se antoja muy complicado. La prohibición de 2035 todavía queda lejos (aunque ya no tanto como en 2020), pero hay otras medidas que deben entrar en vigor mucho antes, como reducir el límite promedio de emisiones de CO₂ este mismo año para cumplir con la normativa CAFE (Clean Air For Europe).
Con las ventas de coches eléctricos cayendo, muchos fabricantes lo van a tener complicado para cumplir la normativa CAFE. El problema es que, si el promedio de emisiones de CO₂ de un fabricante queda por encima valor estipulado por CAFE, ese fabricante tendrá que pagar multas.
Y no serán multas precisamente baratas: por cada gramo extra respecto al tope de CAFE, cada fabricante deberá pagar una multa de 95 euros... por coche. Por ejemplo, si una marca excede el tope únicamente en 5 gramos y vende 50.000 coches, deberá pagar 23,75 millones de euros.
Para que te hagas a la idea de lo que exige CAFE, el promedio máximo de emisiones fijado en 2020 era de 115,1 gr de CO₂ por kilómetro. CAFE estipula que, en 2025, ese tope debe ser de 93,6 gramos de CO₂ por kilómetro. Algunos fabricantes lo tienen más fácil, como Tesla, que solo vende coches eléctricos, pero la mayoría se enfrentan a un gran problema porque lo van a tener francamente complicado para quedarse por debajo de ese tope de emisiones.
Lógicamente, es algo que preocupa mucho a los fabricantes, así que ACEA (Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles), ha pedido a Europa que se replantee las cosas. Lo ha hecho a través de una carta abierta que ha escrito el presidente de esta asociación, Ola Källenius, que también es CEO de Mercedes-Benz.
En esa carta dirigida “a los líderes de la Unión Europea”, Källenius plantea tres prioridades que tienen los fabricantes:
- “Una vía realista para descarbonizar la industria del automóvil, impulsada por el mercado, y no impulsada por la sanción; encontrar una solución a los costes desproporcionados del cumplimiento del objetivo de 2025 de CO₂ para automóviles y furgonetas".
- "Aplicar las recomendaciones del informe Draghi: crear un marco regulador que mejore la competitividad de las industrias europeas".
- "Promover nuevos enfoques para crear relaciones comerciales a nivel mundial y mutuamente beneficiosos para que la UE siga beneficiándose de un comercio libre y justo”.
Källenius dice que “El Acuerdo Verde Europeo debe estar sujeto a una comprobación de la realidad y un reajuste para hacerlo menos rígido, más flexible y convertir la descarbonización de la industria automotriz en un modelo de negocio verde y rentable. Permítanme ser claro: la industria automovilística de la UE sigue comprometida con el objetivo de neutralidad climática de la UE para 2050, así como con el cambio al transporte y la movilidad de cero emisiones”.
Källenius insta a Europa a que “encuentre una solución para el alivio de la carga de cumplimiento para los automóviles y furgonetas en el objetivo de 2025 sobre el objetivo de CO₂ de 2025”.
Unos días después de publicarse la carta de ACEA, Europa ha dicho que pondrá en marcha “un diálogo estratégico con la industria automovilística europea, los interlocutores sociales y otras partes interesadas”. Será a partir del próximo 30 de enero y Europa aclara que “esta iniciativa tiene el compromiso de salvaguardar el futuro de un sector vital para la prosperidad europea, al tiempo que avanza en sus objetivos climáticos y sociales más amplios”.
Hay que tener en cuenta que la realidad es la que es, por eso, la Comisión Europea “reconoce la necesidad urgente de actuar para proteger la industria automovilística europea y darle un futuro dentro de la Unión Europea”.
La presidente Von der Leyen será la encarga de presidir este diálogo estratégico en reuniones periódicas. ¿Qué se puede esperar de este diálogo? Pues bien, es complicado pronosticar algo, pero existe la posibilidad de que se retrasen, aunque solo sea un año, los objetivos de emisiones que establece CAFE para 2025. Lo que es poco probable es que se modifique o se retrase la prohibición de 2035.
También es posible Europa ponga en marcha medidas alternativas enfocadas a incrementar las ventas de coches eléctricos y, por lo tanto, que permitan a los fabricantes cumplir las exigencias de la normativa CAFE. Como indica el medio Le Journal des Flottes, una de esas opciones es fomentar la venta de coches eléctricos para flotas, puesto que este canal concentra la mayoría de las ventas de coches en Europa.