"Íbamos seis niños y un adulto conduciendo". Un ingeniero de Montijo restauró el Seat 600 que su familia compró en 1971 y ahora pasa la ITV con más de 130.000 kilómetros

"Íbamos seis niños y un adulto conduciendo". Un ingeniero de Montijo restauró el Seat 600 que su familia compró en 1971 y ahora pasa la ITV con más de 130.000 kilómetros
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"Este coche tiene que arrancar algún día". Fue el propósito que se hizo Alejandro Regalado, un ingeniero mecánico de Montijo, Badajoz, en una de sus visitas al cobertizo donde llevaba 17 años abandonado el Seat 600 en el que sus padres le llevaban al colegio en su infancia, junto a sus hermanas y primas.

Alejandro es todo un experto en restaurar y mantener coches clásicos, pero este Seat 600 ha sido su gran desafío. Tras casi dos décadas abandonado, esta joya era poco más que un amasijo de hierros oxidados y agujereados. Hoy pasa la ITV cada año, es protagonista en bodas y eventos familiares y sigue girando cuellos a su paso por las calles de Montijo.

Este Seat 600 arrancó tras 17 años abandonado en un cobertizo lleno de óxido y agujeros

Asomarse a un Seat 600 de 1971 es todo un viaje en el tiempo. Hemos estado en Montijo, en el garaje taller de este ingeniero mecánico que aunque ahora trabaja haciendo camiones, no deja de lado su pasión por los coches. Y especialmente por su Seat 600, un coche del que "tuve la pieza base de su motor en la palma de la mano".

El Seat 600 es un universo totalmente distinto al actual, empezando por la distribución. Si quieres echar gasolina tienes que abrir el capó, porque es ahí donde está el depósito, junto a la rueda de repuesto y la batería. ¿Y el motor? Pues en la parte de atrás, en la zona que en los coches actuales reservaríamos para el maletero.

Mientras nos enseña el motor, Alejandro rememora toda la faena que le dio su restauración. "Quitar el óxido del motor fue lo más complicado. Aunque lo desmontes, alrededor de los cilindros siempre hay galerías a las que es imposible llegar, así que metí el destornillador por todos los recovecos posibles".

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Alejandro no solo quería restaurar el viejo Seat 600 familiar, sino también quería que mantuviese la esencia de su época. Cambiar lo menos posible. "El bloque del motor es el original. No tiene ni un rectificado de cilindros. El radiador es el de fábrica, hasta le puse la misma brida. Los pistones son originales, y la bomba del agua también".

Aunque mantenerlo todo exactamente igual era imposible, así que los segmentos y la tornillería de la culata sí que son completamente nuevos. "Todo el bloque del motor lo tuve encima de la mesa, no había una pieza unida a otra. Todo lo que se podía separar estaba separado", nos asegura el ingeniero.

Y si el motor está detrás, ¿Dónde está el maletero? Pues en un escueto hueco que hay tras los asientos traseros, en los que a duras penas caben un par de maletas finas. "También puedes meter debajo del capó las cosas que no te importen que después huelan a gasolina", añade Alejandro entre risas.

Y es que cuando abrimos las puertas del Seat 600 para ver su interior también todo es distinto. Hay botones de On/Off para las luces, el cuadro y los limpias, la palanca de cambios solo tiene cuatro marchas y básicamente consiste en dos hierros, uno para la propia palanca y otro para la caja de cambios, y el volante, un poco desconchado, es de una simpleza absoluta.

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"Es el original", alega Alejandro cuando le pregunto por el desconchón. Los detalles están tan cuidados en esta restauración que aunque hubo que tapizar de nuevo los asientos, se cosieron con hilo gris en lugar de blanco para que no se notase tanto que era nuevo y mantuviese ese toque clásico.

Además, este Seat 600 mantiene un reflejo inequívoco de su época. Un Clausor en el bombín de arranque para evitar robos que ya se instaló en el coche antes de abandonarlo. "A mi madre se lo robaban tantas veces que lo tuvo que poner", cuenta Alejandro. Y es que robar estos Seat 600 era realmente sencillo trucando su arranque original.

De hecho, Alejandro nos cuenta que en la época había quien usaba otro método anti robo. "Mucha gente cuando aparcaba el coche se llevaba una pieza del motor en el bolsillo, la tapa del Delco, porque así el coche no arrancaba y no se lo podían robar". Pero llegó a un punto que los ladrones ya llevaban su propia tapa del Delco a los robos y hubo que pasar al Clausor.

Los consejos para luchar contra el óxido si se va a abandonar un coche por mucho tiempo

Pero si Alejandro tuvo un gran enemigo en la restauración de este Seat 600 ese fue el óxido. Ya hemos hablado del motor, pero ni mucho menos era la única zona afectada. "El coche estuvo 17 años parados en un cobertizo lleno de humedad, así que estaba plagado de óxido", nos cuenta. Para colmo, el coche se abandonó con todos los fluidos dentro.

"La chapa tenía mucho óxido. En estos coches los suelos se oxidan mucho cuando llueve, no desaguan bien y se te oxidan. Tenía muchos agujeros, sobre todo en la zona de los pedales". De hecho, todavía se puede ver el asfalto a través de un agujero que está debajo del pedal del freno, aunque Alejandro nos aclara que "eso es así de fábrica".

Por ello, Alejandro da un consejo antes de abandonar un vehículo tantos años. "Si vas a dejar un coche parado mucho tiempo lo ideal es extraerle los líquidos. El aceite del motor se vuelve ácido y acaba siendo corrosivo. El agua oxida las galerías, y al depósito de combustible le ocurre lo mismo", explica.

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Aunque este coche puede rondar los 100 km/h de velocidad máxima, "no suelo pasar de 80 para cuidar la mecánica". Y es que el cariño de Alejandro por este coche no se puede disimular. "Nos hemos criado toda la familia en él. Mis primas, mis hermanas mayores... Íbamos al colegio en este coche. Seis niños y un adulto conductor en un Seat 600".

Este Seat 600 no tiene cinturones traseros ni antinieblas, pero pasa la ITV cada año

Muchos se estarán preguntando si un coche tan antiguo puede circular legalmente en la actualidad. Dicho de otro modo, ¿Pasa la ITV este Seat 600? Pues sí, la pasa todos los años y tiene el mismo derecho a circular por las carreteras que cualquier otro coche. Y, aunque no suele salir de Montijo, sí que se ha hecho algún viaje relativamente largo con él.

Eso sí, hasta para pasar la ITV este Seat 600 tiene sus peculiaridades. Por ejemplo, con los cinturones de seguridad. Originalmente no tenía porque no eran obligatorios, pero ya antes de abandonarlo "se compraron unos cinturones y los puso mi madre". Eso en los asientos delanteros, en los asientos traseros este Seat 600 no tiene cinturones de seguridad.

"En los asientos traseros no hay cinturones, pero el coche está exento, así que pasa la ITV. Y es legal ir montado atrás". No es la única excepción que hace la ITV con este coche. Tampoco tiene faros antinieblas traseros, pero "como en su momento no hacía falta, ahora tampoco. Y te dejan pasar la ITV".

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Otra cosa que cuando la familia de Alejandro compró el Seat 600 no era obligatoria fue tener un espejo retrovisor externo. Pero luego la DGT obligó a que todos los coches tuviesen al menos uno, así que se añadió un pequeño espejo circular en el lado del conductor. "Antes de abandonarlo había uno, pero tras la restauración lo cambié por otro más clásico".

También las bombillas de las luces hubo que cambiarlas, más por sentido común que por obligación. "Con los halógenos originales no se veía nada", nos explica Alejandro. Un último detalle: bajo el emblema clásico de Seat se puede leer un breve lema. 'Licencia Fiat' pone, recordando el alma italiana de este pequeño mito rodante que todavía de vez en cuando llena de nostalgia las carreteras de España.

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