A finales del pasado mes de diciembre de 2024, el Gobierno anunció que prorrogaría hasta el 30 de julio de 2025 el plan MOVES III, es decir, las ayudas a la compra de coches eléctricos e híbridos enchufables. De paso, el Ejecutivo admitió que este plan no era del todo eficaz y que se trabajaría en diseñar uno nuevo.
Pues bien, ese nuevo plan de ayudas a la compra del coche eléctrico dependía de la aprobación por mayoría en el Congreso de los Diputados del llamado decreto ómnibus presentado por el Gobierno. PP, Junts y Vox votaron en contra, por lo que el decreto no ha salido adelante y las medidas que proponía han sido tumbadas, entre ellas, la prórroga de las ayudas a la compra de coches eléctricos.
Ni prórroga del Plan MOVES III, ni nuevas ayudas
El Gobierno ya ha manifestado su intención de volver a presentar el decreto ómnibus en el Congreso y es posible que, para entonces, consiga los apoyos necesarios para sacarlo adelante, pero, hoy por hoy, este decreto y sus medidas son historia.
Lógicamente, la preocupación en el sector del automóvil es enorme, tanto por cómo afectará la falta de ayudas a las ventas de coches eléctricos como por su repercusión directa en la producción de vehículos. Y es que, sin ayudas, las ventas de coches eléctricos se resienten, y es algo especialmente inquietante en España porque el coche eléctrico no termina de despegar en nuestro país, a pesar de que ha tenido ayudas hasta ahora: solo el 5,6% de los coches que se vendieron en España en 2024 fueron eléctricos.
Podemos encontrar antecedentes en países de nuestro entorno. En Noruega, el coche eléctrico tiene mucho peso en el mercado, pero se debe, en gran medida, a las ayudas públicas y exenciones fiscales que han tenido durante años estos vehículos. Cuando se recortaron las ayudas, las ventas cayeron drásticamente.
Por otro lado, Alemania quitó las ayudas al coche eléctrico y tuvo que recuperarlas para evitar el colapso de la industria: las ventas cayeron de forma inmediata. Por su parte Francia tuvo que cancelar su plan del coche eléctrico a 100 euros por exceso de demanda, demostrando que, al menos por ahora, las ventas de coches eléctricos dependen mucho de las ayudas públicas. Sin ir más lejos, en España, las ayudas de la DANA han disparado la compra de coches eléctricos, como cuenta Levante.
Tanto ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones) como FACONAUTO (Asociación de concesionarios oficiales en España) lo han reconocido en un comunicado publicado para mostrar su postura ante la no convalidación del decreto ómnibus.
“Este es el peor escenario que podía acontecer. (...) En 2024 los turismos eléctricos sumaron sólo el 5,6% de la cuota de mercado en España, muy lejos de la media europea que se sitúa en el 13,6%. (...) Sin las ayudas a la compra, como se ha demostrado en otros países de la Unión Europea, se paralizan las ventas de turismos eléctricos”.
Ambas asociaciones aprovechan para decir que “es necesario y urgente reestablecer de modo inmediato al menos, la prórroga del MOVES hasta el 30 de junio y la deducción del 15% del IRPF hasta 3.000 euros durante todo el ejercicio 2025. Sin ayudas, el objetivo de avanzar en la electrificación de la movilidad y la transformación de nuestra industria sería imposible de alcanzar”.
En este sentido, Nuno Coutinho, Director General de Citroën para España y Portugal, ha dicho: “Nos ha caído como una bomba. Lo estamos digiriendo”. También ha hablado de cómo puede afectar la falta de ayudas al sector: “Va a tener impacto, pero no va a colapsar las ventas de eléctricos. No sabemos de cuánto va a ser ese impacto aún. Lo peor de todo para nuestro sector es la incertidumbre y hay que aclarar las cosas lo antes posible. Es un periodo más difícil todavía para las ventas de vehículos eléctrico”.
Coutinho también ha explicado que, con las ayudas que han existido hasta ahora, el Citroën C3 eléctrico cuesta lo mismo que el gasolina y que el C4 eléctrico incluso era más barato que la variante de combustión (18.290 euros del cero emisiones frente a los 18.990 euros del gasolina).
Con esos precios tan similares, cada vez más compradores se planteaban seriamente comprar un coche eléctrico. Los coches eléctricos seguían siendo más caros, pero las ayudas equilibraban la balanza. Sin esas ayudas, la balanza vuelve a desequilibrarse y, lógicamente, muchos dejarán de plantearse la compra de un eléctrico porque elegir un modelo de combustión va a ser mucho más asequible.
Es inevitable pensar que, a partir de ahora, la pelota está en el tejado de las marcas, pero Coutinho ya ha aclarado esa cuestión: “Si la pregunta es si la marca puede asumir la cancelación de las ayudas, la respuesta es no. De momento estamos manteniendo las campañas, pero tenemos que ver qué pasa”.
La incertidumbre, por lo tanto, es máxima. Lo más probable es que cualquiera que estuviera pensando en comprar un coche eléctrico o PHEV para aprovechar la prórroga del MOVES, se espere a ver qué pasa, siempre que no necesite el coche de forma inmediata y tenga tiempo para ver cómo se desarrolla este asunto. Al final, los grandes perjudicados son los consumidores, como suele pasar.
En algún momento, el coche eléctrico debería venderse sin necesidad de que su compra esté incentivada con ayudas públicas, sin embargo, ahora mismo, ese 5,6% de cuota de mercado que tiene en España, deja claro que sus ventas no van a mejorar si las ayudas se acaban.
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