¿Está el presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, en el punto de mira? Como explicaban el sábado nuestros compañeros de Motorpasión Futuro, la EPA, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos, acusa a Volkswagen de haber instalado en sus coches un dispositivo que falsea los datos de emisiones. No es lo mejor que le puede suceder a una marca en un mercado como el estadounidense, tan sensible en temas que afectan a los consumidores.
Los vehículos afectados por esta presunta práctica ilegal serían 482.000 unidades de las marcas Volkswagen y Audi, con motor diésel de cuatro cilindros, fabricadas entre 2009 y 2015. No se trata precisamente de la opción mayoritaria en Estados Unidos, la del diésel, pero quizá por eso esta operación habría servido al Grupo Volkswagen para apoyar allí sus TDI, que constituyen el pilar principal del catálogo con que cuenta el conglomerado alemán. Hasta ahora, porque Volkswagen ya ha anunciado que dejará de vender TDI en Estados Unidos. El presunto fraude detectado por la EPA podría costarle a Volkswagen 18 mil millones de dólares (unos 16 mil millones de euros).
Y ojo, porque nadie asegura que Volkswagen no haya instalado dispositivos similares en Europa. De hecho, mientras sus acciones caían esta mañana en la Bolsa de Frankfurt un 19,6 % hasta quedar en 130,60 euros, y mientras los analistas recomendaban de manera preventiva no invertir en el grupo de Wolfsburgo hasta que se aclare la situación, el Gobierno de Alemania anunciaba una investigación sobre los datos de emisiones en el motor de nuestro continente.
Otros que están ya investigando son los propios cargos de Volkswagen. Ayer mismo, el presidente de Volkswagen, Martin Winterkorn, reconocía el error a la vez que lamentaba que su marca hubiera fallado a sus clientes. Ahora, los analistas consideran que su liderazgo está en cuestión. Según todos los indicios, esto no va sobre un error en los cálculos, un calibrado deficiente o ni siquiera una negligencia en materia de seguridad a lo Toyota, a lo Takata o a lo General Motors, sino todo lo contrario: una máquina no se programa ella sola para falsear los datos de emisiones. Si se demuestra que Winterkorn estaba al corriente de lo sucedido, mal asunto.
Pero si no tenía ni idea de lo que ocurría en su casa, peor aún.