China sigue librando su silenciosa batalla contra los motores tradicionales, y hace unos días anunciaba que en 2018 se reducirá aún más la concesión de placas para vehículos de gasolina: la Comisión Municipal de Transporte solo entregará mediante sorteo 100.000 matrículas; 50.000 menos que este año.
En contrapartida, incentivará el uso de eléctricos e híbridos mediante la extensión de la rebaja de impuestos sobre las compras de estos vehículos hasta el año 2020, tal y como informa Reuters. Y ojo, que el primer mercado del automóvil del mundo también abraza la conducción autónoma, aunque con reservas: temen ser espiados.
200 millones de automóviles
Hace tan solo un día nos hacíamos eco del problema de colapso que tiene China en sus carreteras. La cabecera Asia Nikkei publicaba las guerras de ofertas que se están produciendo en grandes ciudades como Shenzhen, la Silicon Valley china, o Shanghái, donde conseguir una matrícula te puede costar más de 14.000 dólares, y eso a través de subastas mensuales.
Con un parque móvil de 200 millones de vehículos, China trata de gravar a los coches con motores tradicionales, reduciendo gradualmente la cuota de matrículas para estos vehículos. De hecho, quiere reducir el sorteo a 40.000 placas, en comparación con las 150.000 que se subastaron en 2016.
La medida pretende subsanar el caótico tráfico en el país asiático y recortar las emisiones producidas por la combustión de hidrocarburos. Por ello, ha anunciado además que se extenderá una devolución de impuestos sobre las compras de los llamados vehículos de nueva energía (híbridos, eléctricos y plug-in) hasta finales de 2020.
La extensión se produce cuando los fabricantes de automóviles en China se preparan para cumplir con las estrictas cuotas de vehículos a motor a partir de 2019 que están provocando una oleada de ofertas de automóviles eléctricos.
El mercado automotriz de China, el más grande del mundo, se ha desacelerado marcadamente este año, pero los vehículos de nueva energía han sido un punto brillante. Según datos de Faconauto, las ventas de automóviles en China batieron el récord en 2016 con un volumen de 28,03 millones de unidades, lo que supone un aumento interanual de 13,7%, gracias a las medidas fiscales para estimular la compra de coches pequeños (cilindrada inferior a 1,6 litros).
En 2016, los vehículos de movilidad alternativa siguieron siendo muy populares entre los consumidores chinos, con una subida interanual de las ventas del 53 % hasta 507.000 unidades. Las ventas de vehículos eléctricos aumentaron un 65,1 % para situarse en 409.000 unidades, lo que supuso el 80 % del total de ventas de vehículos de nueva energía.
China exportó además 708.000 vehículos en 2016, una cifra que según las previsiones aumentará a 750.000 unidades en 2017. Sin embargo, y siguiendo con datos de Faconauto, las importaciones de vehículos de China continuarán cayendo en 2017 a en torno a un millón de unidades.
¿Y los coches autónomos? Un instrumento de espionaje
Para China, la tecnología autónoma es un arma de doble filo. The Financial Times recoge una serie de testimonios de grandes jugadores en la industria automotriz que refieren encontrar obstáculos y restricciones en el país comunista para desplegar su tecnología autónoma.
Entre estos obstáculo se encuentran el simple hecho de sacar fotos y grabar coordenadas de GPS. Las autoridades ya dejaron claro que el mapeo por GPS solo podía ser realizado por compañías nacionales, pero, existe un pequeño problema, y es que el equipo que trae consigo un vehículo autónomo va mucho más allá de un simple GPS, como ya sabemos.
Sensores, radares, cámaras de vídeo de alta resolución, GPS inercial de alta precisión, sensores de ultrasonidos, LIDAR... Huelga decir que toda esta tecnología puede resultar una clara amenaza para la seguridad nacional, y aunque haya dado luz verde, tiene sus reservas.
Quien quiera llevar a cabo ensayos con esta tecnología (ha de ser una entidad china), tendrá que pedir permiso con antelación de forma que las autoridades puedan examinar minuciosamente el vehículo y establecer un recorrido y unos horarios estrictos para que la prueba pueda ser controlada telemáticamente.
Si bien es cierto que hace unos meses Mercedes-Benz anunciaba su programa centrado en la tecnología autónoma y denominado 'Intelligent World Drive', que recorrería los cinco continentes, pasando por China.
Baidu es pionera en este ámbito en China, y lleva ocho años inmersa en la aventura de la conducción autónoma. Gracias a su Proyecto Apollo, gigantes como Microsoft, Nvidia, Velodyne, TomTom, Ford o Continental se han unido para volcar sus respectivas tecnologías a esta plataforma.