La minera de carbón china Baofeng Energy ha empezado a adaptar la que, según describe, será la planta de generación de hidrógeno a partir de energía solar más grande del mundo.
De acuerdo a los cálculos de Baofeng, el uso de electricidad solar para alimentar las instalaciones ahorraría 254.000 toneladas de consumo de carbón al año, lo que llevaría a una reducción de 445.000 toneladas en las emisiones de carbono.
Un sector que se niega a morir (en China)
Para llevar a cabo el proyecto se utilizará una planta de energía solar de 200 megavatios (MW) ubicada en el noreste de China, en la región de Ningxia Hui.
Este proyecto tiene el objetivo de producir 160 millones de metros cúbicos de hidrógeno al año por electrólisis y más de 80 millones de metros cúbicos de oxígeno anuales de forma no contaminante. Es lo que se denomina el hidrógeno verde.
El proyecto contará con dos electrolizadores de 10.000 m³/h alimentados por dos plantas solares de 100 MW. También incluirá una estación de hidrogenación de 1.000 kg/día y dos estaciones de servicio se convertirán para suministrar también gas natural e hidrógeno para fines de transporte.
Los paneles solares se instalarán sobre cultivos de bayas de goji y alfalfa que generarán ingresos adicionales, según Baofeng. Los trabajos de adaptación comenzaron este mes y podría estar terminado a finales de año, mientras que la producción de hidrógeno comenzará en 2021.
El proyecto también implica la creación de estaciones de repostaje de hidrógeno y una colaboración con autobuses urbanos impulsados por hidrógeno.
Baofeng Energy, que es principalmente una compañía minera de carbón y de producción química, cree que el proyecto es una demostración de cómo alejarse de la energía basada en combustibles fósiles y ve un gran potencial en el hidrógeno.
Lo cierto es que China es un país que rema a contracorriente en la lucha contra el cambio climático, y desde hace un año ha retomado la construcción de plantas de carbón, quemando más que cualquier otro país. Desde 2018 el abandono de plantas de carbón ha crecido a un ritmo récord a nivel mundial, mientras que en China aumentó un 12 %.
Actualmente, el plan del país asiático para reanimar la economía tras el coronavirus pasa por el 5G, la Inteligencia Artificial, la construcción de carreteras y también de docenas de nuevas centrales de carbón, superando en capacidad a todo el sector de Polonia.
Según la organización sin ánimo de lucro Global Energy Monitor, en enero de 2020 China estaba levantando 105 centrales de carbón y tenía otro centenar en fase preliminar.
A corto plazo, las centrales pueden dar un empujón al PIB regional, pero en un periodo de tiempo es posible que dejen de se rentables debido a una sobreoferta y a que muchas de sus plantas operan por debajo del 50 % de sus capacidad.
En España, 2023 podría ser el año del cierre definitivo de todas las centrales termoeléctricas alimentadas por carbón, liderando el apagón mundial. Respecto a 2018, la producción de carbón en España ha caído un 66 %, y con ella las emisiones de CO2 del sector eléctrico, que se redujeron un 69 % en 2019.
Volviendo al hidrógeno, Asturias, por ejemplo, está pendiente del 'OK' por parte de la Comisión Europea para albergar una planta de electrólisis de 100 MW en la que poder producir hidrógeno de manera no contaminante. Esta planta de electrólisis contaría con la regasificadora del puerto de El Musel, en Gijón, como almacén del combustible y como punto de salida hacia Europa.
En Motorpasión | El poder de los lobbies en Bruselas. Así están decidiendo si salvan el diésel o el aire que respiras