Llevo todo el día pensando en el tema a partir de un artículo de nuestros compañeros de El blog salmón titulado “Mejor las autopistas de peaje”.
Es la contestación a un artículo de Público sobre los intereses de las constructoras en las autopistas de peaje.
No estoy muy de acuerdo con mi compañero Onésimo, más por un tema de “eficiencia” que de política. Sin embargo creo que aporta unas ideas muy interesantes con las que sí estoy de acuerdo. Pero vayamos por partes.
Creo que las autopistas deberían de ser gratuitas (en la medida de lo posible) principalmente por un motivo: si hay una alternativa por carretera, la gente no las utiliza. Y ya que se han construido, supone un ahorro de dinero y aumento de la seguridad que todos la utilicen.
Esto va en contra de los “argumentos” de las concesionarias, que dicen que no es justo que las paguen quienes no la utilizan. En teoría estoy de acuerdo, pero en la práctica tener una autopista con un precio que muchos no están dispuestos a pagar voluntariamente me parece desperdiciar los recursos.
Claro que mi visión puede no ser objetiva: para hacer un tramo de 64 kilómetros con la siguiente ficha:
- Comenzó a construirse hace 28 años
- El precio entre Santiago y La Coruña es de algo menos de 5 euros
- En 2004 tenía un tránsito de 22.565 vehículos diarios, cifra que crece cada año
- A pesar del tiempo que lleva y del precio, le quedan otros 40 años de concesión
- Su estado de conservación tiene algunos “baches” (con doble sentido)
(Fuente: Wikipedia)
Estas cifras no quiere decir que no haya que pagarla, si no se hace de forma directa se haría de forma indirecta. Pero si justifica que, si realmente cuesta tanto, casi prefiero pagarla del tirón con impuestos y utilizarla siempre que no utilizarla de vez en cuando y recurrir a la carretera para el día a día.
Costes directos e indirectos a la hora de coger el coche
Ahora bien, también hay argumentos en contra con los que estoy de acuerdo. Por ejemplo, que la autopista no sea de peaje incentiva a utilizar el coche, porque pensamos que los gastos son menores. Y sí, lo son, pero si tenemos que pagar el peaje, además seremos más conscientes del gasto en gasolina y el gasto en matenimiento. De cuánto cuesta un viaje ya hemos hablado en otras ocasiones.
¿Y qué vamos a hacer, quedarnos en casa? Pues no, pero quizás el transporte público sea una buena alternativa. Que no parezca radical, sólo es desarrollo sostenible. No hablo de no coger el coche, hablo de ser conscientes de lo que cuesta (también en términos medioambientales) cuando lo cogemos.
Más información | El blog salmón, Público
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