Se confirmaron los peores temores de la industria automovilística australiana. En el plazo de diez años, los cuatro fabricantes que mantenían producción local en el país hacen las maletas. Primero fue Mitsubishi (2008), después Ford (2016), luego Holden (2017) y también lo ha hará Toyota (2017).
Los motivos son los mismos, una divisa demasiado fuerte --dólar australiano-- que perjudica la exportación y un mercado interno muy pequeño, en torno al millón de unidades. El cierre de Toyota afectará a 2.500 empleos directos, el de Ford 1.200 y el de Holden 2.900. En la industria auxiliar la cifra será muy superior.
Se pone fin a una historia de 50 años en el país. Actualmente producen localmente los Aurion, Camry y Camry Hybrid. A finales de 2017 se abandona la producción local y los coches vendrán de otro lugar, aún por definir. La (in)competitividad se acaba de cargar un sector productivo entero.
De hecho, la justicia australiana denegó a mediados de diciembre que Toyota hiciese una votación con sus empleados en cuanto a reducciones de sueldo y aumento productividad para reducir el coste de fabricación de los Camry. No pudo ser. Pues la empresa ha hecho jaque mate.
Si nos ponemos a pensar en España, que es el segundo productor europeo, tiene sentido hasta cierto punto bajarse los pantalones y ser más competitivos para evitar esto, que un sector entero se largue y deje con una mano delante y una mano detrás a la industria que depende de él.
Toyota, al igual que los demás fabricantes que tiran la bomba de humo, seguirán vendiendo coches en Australia de forma normal, lo único que ya no serán Made in Australia. Se ha convertido en un país demasiado caro para eso, y si un sector se pone de acuerdo en eso, es por algo.
A día de hoy, Toyota es la marca líder en suelo australiano, Holden es la segunda y Ford no anda lejos.
En Motorpasión | "La industria del automóvil de Australia, en alerta: también se irá Holden":https://www.motorpasion.com/industria/la-industria-del-automovil-de-australia-en-alerta-tambien-se-ira-holden