Otra ciudad se ha unido al movimiento de desmantelar carriles bici y devolver espacio al coche en la ciudad a costa de ayudas de Bruselas ha sido Valencia, que va a quitar un carril bici construido por el anterior Gobierno regional.
Lo curioso es que al día siguiente de hacer pública la medida, el propio Ayuntamiento promocionaba en su web la Semana Europea de la Movilidad, "y el Día sin Coche".
Los carriles bici como guerra política
La calle José Andreu Alabarta, en el barrio de San Isidro, volverá a contar con dos carriles para el tráfico motorizado, tras recuperar uno de ellos que había sido convertido en carril bici bidireccional, según ha explicado el Ayuntamiento de Valencia en una nota de prensa.
De fondo, el tira y afloja entre partidos. La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, ha explicado que fue el anterior equipo de gobierno -del PSOE- el que suprimió un carril de tráfico rodado para dárselo a los ciclistas, y que su eliminación "evitará el cuello de botella generado en la ruta escolar".
La actuación, que responde a "peticiones vecinales", argumentan, es la primera de muchas que se llevarán a cabo para ganar espacio al vehículo privado. Una política que los Ayuntamientos de derechas de todo el país están aplicando, usando así las actuaciones en movilidad sostenible como campo de batalla político.
En paralelo, el consistorio está promocionando la Semana Europea de la Movilidad para "sensibilizar a los ciudadanos sobre los beneficios que tiene el uso de los transportes más sostenibles" y el Día Sin Coche, que se celebrará el próximo viernes 22 de septiembre.
Una postura de cara a la galería que no se corresponde con la política urbanística de la ciudad:
"Queremos que los ciudadanos que ya nos conocen, y los que no, dejen el coche en casa para que puedan comprobar las innumerables ventajas para la salud y para el medio ambiente del transporte sostenible", ha dicho el concejal de Movilidad y Seguridad Ciudadana, Jesús Carbonell.
De momento, la ampliación del carril bici del margen norte del río en Valencia tiene una partida presupuestaria de Bruselas de más de 1,3 millones de euros. Una actuación que Catalá asegura que "está en estudio".
Mientras tanto, los espacios peatonales y verdes también han recibido un revés en Barcelona, donde una jueza ha dado la razón a una asociación de comerciantes y ha ordenado restituir el espacio que les quitó a los coches en la calle Consell de Cent, dentro del proyecto de Superillas y cuyas sobras costaron 25 millones de euros.
A Logroño se le une Valladolid, donde se pretenden revertir tanto los carriles bus-taxi como los carriles bus ya instalados en el centro, lo que podría suponer la pérdida de nada menos que 483 millones de euros que está previsto que la ciudad reciba como una de las siete capitales españolas incluida en el "Objetivo 2030".
Algo similar sucede en Elche y en Palma de Mallorca, mientras que el nuevo Gobierno municipal de Gijón ha eliminado recientemente la obligatoriedad de que los coches sin etiqueta de la DGT aparquen en las zonas ORA.
Hay que recordar que los fondos europeos Next Generation están condicionados al principio de No Regresión, de "no causar perjuicio significativo al medio ambiente" y " a la prevención y el control de la contaminación". Esto significa que aquellas ciudades que han recibido este dinero de Bruselas y que, o bien se niegan a implantar medidas o las revierten, han de devolverlo o resignarse a no recibirlo.
